Contenido creado por Ignacio Alcuri
Pantallazo
Ni olvida ni perdona

Una cantante denunció a Cacho Castaña por abuso en su juventud

Vicky Buchino contó en Facebook que el artista se masturbó delante de ella, luego de prometerle la grabación de un disco.

11.01.2018 10:04

Lectura: 4'

2018-01-11T10:04:00-03:00
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Montevideo Portal

"¿Te acordás, hermano Cacho Castaña? ¿Te acordás cuando comenzamos juntos a cantar? ¿Vos, Valeria Lynch, Susan Ferrer, Kim Caram? Yo era una nena, vos, bastante más joven; pero lo suficientemente grande como para saber lo que hacías", publicó.

"Nos hicimos amigos. En verdad, nos hicimos amigos de vos y tu entonces mujer, PG. una bellísima persona, con una carrera prominente. Entraste a mi casa. Te hiciste íntimo de la Negra y el Negro Buchino. Tomabas mate con ellos y, cada tanto, venían a cenar vos y tu pareja. Eras recibido en lo de 'los Buchino' como un amigo. Con la calidez que siempre caracterizó a mis viejos; 'puertas abiertas y orejas, comida y mates para quien los necesitara'".

El relato continuó. "Un día, en una cena, le dijiste a mi viejo que estabas pensando seriamente en que yo debía grabar un disco. Yo lo único que deseaba era cantar y encontrar la oportunidad (que afortunadamente al tiempo apareció) de colocarme en el medio, como una artista que le hiciera honor a su apellido, de manera impecable, con trabajo y esfuerzo. Como lo sigo haciendo ahora, ya que, teniendo la posibilidad, nunca me metí en escándalos mediáticos".

"Recuerdo haber saltado de alegría ante semejante propuesta. Después de acordar con vos qué tipo de material discográfico se pensaba hacer, mi papá dejó todo en nuestras manos; las tuyas y las mías, ya que éramos como hermanos, vos eras como un hermano mayor".

El relato se acercó al momento fatídico. "Una noche, después de que tu mujer de entonces iniciara una gira por México que le llevaría alrededor de tres meses, llamaste a mi casa para comenzar a darle forma a ese disco que jamás se realizó. Llamaste y después de charlar con mi madre, como tantas veces, le pediste permiso para invitarme a cenar, para hablar del proyecto. A lo cual mi madre dijo: '¡Preguntale a ella, Cacho! ¿Cómo pedís permiso? ¡Sos de la casa!'. Me viniste a buscar, fuimos a cenar a Edelweiss. Hablamos de repertorio. Mi entusiasmo crecía y el tuyo también. Era lindo todo. Vos, un tipo de la casa; 'familia', como decían mis viejos. Tus canciones, hechas para mí. Tu producción... En fin, todo era interesante".

"De pronto me pediste que te acompañara a un lugar por microcentro, a lo cual accedí. No recuerdo mucho, solo que había 'mujeres desnudas' bailando. Striptease, mucho alcohol y gente que iba y venía. A las 4 AM te pedí que me llevaras a casa. Ya tenía sueño, no íbamos a seguir hablando del disco y yo me preguntaba que hacía allí. Aceptaste, y en tu Peugeot 504 blanco y 'pistero' estacionaste en la puerta de esa casa que conocías tan bien. Nos despedimos ante la promesa de hablar un par de días después y de repente, cuando me iba a bajar, me dijiste que esperara".

"Comenzaste a decirme que yo 'te volvía loco', que mi 'piel', mi 'boca' y bla bla. Pero no te conformaste con eso, comenzaste a MASTURBARTE. En mi 'face', mientras hablabas de mis 'atributos'. Yo, como en las películas, no encontraba (seguramente por el pánico) la manija del auto. Cuando la encontré, te dije algo... no recuerdo. Y salí corriendo para despertar a mi mamá y contarle todo. No me voy a olvidar jamás la cara de mi madre y sus palabras: 'No hagas caso, hija. Está mal de la cabeza. Eso sí, qué desilusión. No le digas a tu padre porque lo mata'. Esto lo superé. Gracias a mi terapia y a entender que eras un pobre tipo. Fin".

Y continuó con un consejo: "No hables más, Cacho Castaña. No nos nombres más (a las mujeres, digo). Ya sabemos de tus hazañas; del 'baúl' de Mar del Plata. Y de todas tus historias con medio ambiente artístico. Pero ya fue. No hables más de las mujeres. Canta como puedas, escribí. Y agradecele a Dios, el universo o quien sea, tus logros. Pero no hables más de 'las mujeres'; que SÍ tenemos cerebro. Y que no nos entiendan los hombres, hace que seamos iguales; nosotras, muchas veces, no entendemos lo que pasa por la cabeza (la de arriba) de ustedes a la hora de accionar. ¡Ah! Por cierto, te felicito por considerarte un 'poeta', haciendo referencia al párrafo anterior. Y no vuelvas a referirte a violaciones... No sabés de que hablás. Sé hombre. Alguna vez; Humberto Castaña. Ya va siendo hora. Buena vida y mucha salud; sobre todo mental".

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