Seis años después del triunfo de La La Land, el director de cine francoestadounidense Damien Chazelle vuelve a retratar Hollywood pero ahora en su versión cruda y desmesurada, con Babylon, interpretada por Margot Robbie y Brad Pitt.
La película se estrena la semana que viene en España y América Latina. Tiene una duración de tres horas y nueve minutos y describe un Hollywood justo antes de la llegada del cine sonoro, una fábrica de sueños pero también la tumba artística de actores y creadores que no pudieron o supieron adaptarse al cambio.
Babylon narra los sueños de una aspirante a actriz (Margot Robbie), el desencanto teñido de comicidad de un actor en declive (Brad Pitt) y la suerte del debutante (Diego Calva), un ingenuo que se encuentra inesperadamente detrás de la cámara.
El ritmo en la pantalla es desenfrenado, los rodajes son descritos de forma cruda, la vida de los protagonistas es una serie encadenada de excesos, mientras su mundo se desmorona.
“Es a la vez una carta de amor y al mismo tiempo una carta de odio o de crítica a la industria”, explicó Damien Chazelle a la AFP a su paso por París.
“El sol de California”
A los más cinéfilos la película les recordará el polémico libro Hollywood Babylon del cineasta vanguardista Kenneth Anger, publicado en 1965, prohibido y vuelto a publicar en Estados Unidos. Toda una compilación (aunque parcialmente desmentida) de los excesos más sonados de la meca del cine durante décadas.
Hollywood ha mirado en ocasiones con benevolencia hacia atrás: es el caso de Cantando bajo la lluvia (1952), un musical que narra con hilaridad los problemas de adaptación de los actores que carecían de una gran voz al cine sonoro.
O más recientemente, The Artist (2011), rodada en blanco y negro, del francés Michel Hazanavicius, película que ganó cinco óscares.
La La Land (2016) también era un retrato cariñoso aunque triste de la “ciudad de las estrellas”, y ganó seis óscares.
La espectacularidad y la estética brillante de ese musical vuelve a aparecer en “Babylon”, pero esta vez al servicio de una historia desenfrenada, con montañas de cocaína, vómitos y una diarrea memorable...
Los Ángeles era una ciudad aún en construcción cuando la industria cinematográfica la invadió y la transformó irremediablemente. Babylon muestra un mundo deslumbrante, sin reglas, en las que se rodaba a un ritmo desenfrenado, sin las medidas de seguridad actuales.
Chazelle explicó a la AFP que para el rodaje buscó algunos escenarios naturales en los alrededores de Los Ángeles que aún mantienen ese ambiente de antaño.
“El sol de California, los viejos platós de rodaje... ¡nos metimos a fondo!”, explica.
Horas de cine mudo
El director, conocido por su meticulosidad, hizo visionar a sus actores horas de películas mudas de grandes maestros, desde Murnau a Gance pasando por Griffith.
“Solamente los clásicos, para apreciar verdaderamente lo que hemos perdido. Porque creo que perdimos algo realmente muy profundo (...) Desde la llegada del sonido quizás no hemos hecho películas tan sublimes”, asegura.
Al mismo tiempo “hay mucha menos droga en el Hollywood actual”, explicó Margot Robbie. “¡Desgraciadamente es verdad!” bromeó Brad Pitt tras una de las proyecciones de la película.
Chazelle irrumpió en el mundo del cine con Whiplash (2014) y se confirmó con La La Land, con la que se convirtió en el director más joven en ganar un Óscar, con 32 años. En Babylon repite pareja con su director musical Justin Hurwitz, autor de la banda sonora.
Precisamente ese es el único premio que se llevó la película en la reciente gala de los Golden Globes.
Por François Becker para AFP