Por The New York Times | Alexis Soloski
“Casi nunca he interpretado al tipo que se queda con la chica. O el chico”, afirmó Christopher Walken. “¿Romántico? No va por ahí la cosa. Por lo general soy el que descuartiza personas o algo así”.
Esto lo dijo hace poco, una mañana entre semana, durante una videollamada entre Walken y su viejo amigo John Turturro. En “Severance”, una serie de Apple TV+ que obtuvo 14 nominaciones por su primera temporada, Walken y Turturro interpretan a Burt e Irving, colegas en una siniestra megacorporación llamada Lumon Industries. (A continuación, se revelan algunas partes de la trama de la primera temporada). Para trabajar en Lumon, los empleados deben ofrecerse de forma voluntaria a la “separación”, un procedimiento quirúrgico que bifurca la mente para que el yo del trabajo —el “intus”— no tenga conocimiento del yo del hogar —el “exus”— y viceversa.
La compañía mantiene estrictas divisiones entre sus departamentos, y la confraternización romántica no es bien vista. Pero el Burt de Walken, que pertenece al departamento de Óptica y Diseño, y el Irving de Turturro, que trabaja en Refinamiento de Macrodatos, logran de alguna manera encontrar un camino que los une en un conjunto de escenas dolorosas y de ritmo pausado que le valieron a cada actor una nominación a los premios Emmy.
En el sexto episodio, los dos hombres se encuentran en lo que parece ser un invernadero. Hablan en voz baja, y sus rostros y cuerpos se acercan. Casi llegan a besarse, hasta que Irving le recuerda la posición de la compañía sobre las relaciones en el trabajo. “Entonces, ¿esto no puede ser romántico?”, pregunta Burt. “¿Nada romántico en absoluto?”. Una vida entera de anhelo —dos vidas— está concentrada en esos pocos segundos.
¿Intentaron ambos actores en algún momento interpretar la escena con un beso? No. “Soy muy viejo, así que habría sido un poco difícil de ver”, afirmó Walken.
Aunque es posible que se hayan conocido en una fiesta de la Escuela de Drama de la Universidad de Yale a principios de la década de 1980 —no están seguros— Walken, de 79 años, y Turturro, de 65, no trabajaron juntos sino hasta la sátira del mundo del espectáculo “Buscar y destruir”, de 1995 (un crítico de The New York Times la describió como “vacía pero delirantemente fascinante”). Turturro terminaría contratando a Walken para tres de las películas que dirigió: “Illuminata”, “Infidelidad y romance en Nueva York” y “The Jesus Rolls”.
No socializan mucho fuera del trabajo (Walken se culpa a sí mismo: “Vivo de una forma algo aislada”, afirmó). Pero siempre esperan con ansias compartir alguna situación con una cámara, incluso una videollamada, durante la cual demostraron afecto y respeto mutuo.
“Soy admirador de Chris”, aseguró Turturro, quien vestía una camiseta blanca y su rostro y hombros llenaban la pantalla. “Nos llevamos bien y compartimos el mismo sentido del humor”.
“Nos divertimos”, confirmó Walken. Estaba vestido todo de negro y estaba sentado más lejos de la cámara. (Turturro lo había saludado con un: “¿Cómo estás, Elvis?”).
Turturro fue contratado para “Severance” primero. Leyó los primeros guiones, y cuando se reunió con Dan Erickson, el creador de la serie, y Ben Stiller, director y productor ejecutivo, sugirió a Walken para el papel de Burt. Se conocían y llevaban bien, afirmó, por lo que no tendrían que batallar para crear química. Stiller estuvo de acuerdo.
“Inmediatamente dije que sí, porque no estoy loco”, contó Stiller a través de un correo electrónico.
“Severance” fue filmada en una locación en el norte del estado de Nueva York, antes de que las vacunas contra el COVID-19 estuvieran disponibles. Incluso en circunstancias más ideales, participar en un rodaje largo se parece un poco a someterse a la cirugía de separación: separa a los actores de sus vidas personales.
“He estado en demasiadas habitaciones de hotel; tengo demasiados artículos de papelería”, afirmó Turturro. “Sí, puede ser así de desgastante”.
El plató de “Severance” quedaba suficientemente cerca como para que ambos hombres pudieran dormir en sus propias casas la mayoría de las noches. Debido a las precauciones contra el COVID-19, Walken y Turturro pasaron la mayor parte de sus días de trabajo con cubrebocas y protectores faciales, lidiando con un plató laberíntico que Walken describió como el más grande que ha visto. “Solía perderme”, contó.
Es por eso que sentían como un alivio el poder filmar juntos, en salas pequeñas, sin cubrebocas. Estaban cómodos el uno con el otro, y compartían el pan de plátano que la esposa de Turturro, la actriz Katherine Borowitz, horneaba. A menudo, entre tomas, charlaban.
“La gente cree que los actores hablan sobre la motivación y la actuación”, afirmó Walken. “En realidad hablan mayormente sobre cocina, películas y a veces chicas”.
En algún momento Turturro quiso convertir estas conversaciones en un libro llamado “Talkin’ and Walken”, pero Walken mató la idea. No quería herir los sentimientos de nadie que estuviera vivo.
Es por eso que, cuando las cámaras se encendían, ninguno tenía que esforzarse mucho para invocar el amor entre Irving y Burt.
“Si los pones juntos en una toma y les permites reaccionar y dictar sus propios ritmos, obtendrás algo realmente hermoso”, escribió Stiller.
¿Qué podría explicar esa facilidad? Turturro señala una similitud de estilo. “Chris no es un actor ‘mental’: sientes su cuerpo en la escena”, afirmó. “También me gusta usar el cuerpo, así que creo que hacemos una buena combinación”.
Walken fue un poco más sentimental. “Cuando las personas actúan juntas, puedes percibir si se conocen y, en particular, si se agradan y se sienten cómodas juntas”, afirmó. “Es algo tácito, pero realmente se nota. Es lo que llaman química, supongo”.
¿Por qué Burt e Irving se sienten tan atraídos el uno por el otro? “Porque Burt e Irving son en realidad Chris y John”, afirmó Walken. Lo que quiere decir que los actores no se sometieron a ninguna cirugía de separación.
Ninguno de los dos actores pasó mucho tiempo pensando en las vidas de Burt e Irving fuera de Lumon. Sin embargo, les gusta pensar que Burt e Irving se llevarían bien fuera del trabajo. Les gusta pensar que quizás visitarían museos, o irían a la ópera.
“Son amantes de la cultura”, dijo Turturro.
¿Y qué me dicen del marido “exus” de Burt? Ambos creen que entendería la situación. ¿Le gustaría a alguno experimentar el proceso de “separación”? Turturro no sonó muy entusiasmado, pero a Walken no le disgustó la idea.
“Soy un actor inconstante”, afirmó. “No estoy seguro de haber hecho alguna vez una película en la que fuera lo suficientemente bueno durante todo el proceso. Así que sí, eliminaría muchas cosas si pudiera hacerlo”.
A través de la pantalla, Turturro negó con la cabeza y soltó una especie de risa carrasposa. “Creo que eres fantástico”, afirmó. Christopher Walken y John Turturro, ambos nominados a los premios Emmy en la categoría de mejor actor de reparto, aprovecharon su años de amistad en la serie de Apple TV+ “Severance". (Jim Stoten/The New York Times).