Británica de padres españoles, Natalia Tena, la Osha de "Game of Thrones", desprende una energía contagiosa mientras habla de su trabajo y su vida, la misma con la que conquistó a George R.R. Martin, quien, tras ver su interpretación en la serie, quiere ampliar su personaje en la saga literaria.
"Siempre que veo a George le doy muchos abrazos para que siga así, y le he pedido ser reina, no morir nunca y tener un dragón y todo...", explica la actriz en una conversación con Efe durante un receso del rodaje de la serie de ciencia ficción "Refugiados", que acaba de iniciarse en Madrid con producción de Atresmedia y la BBC.
Natalia Tena (Londres, 1985), hija de extremeña y vasco, vive con la misma expectativa que el resto de fans de "Juego de Tronos" la evolución de la saga de Martin, dado que la serie está a punto de alcanzar las tramas literarias, y son legión los seguidores que le piden al autor estadounidense que acelere la publicación de "Vientos de invierno", sexta de las siete entregas previstas.
"¡Vamos Martin!, estoy deseando que salga el número seis", bromea la actriz, aunque señala que "la obra es muy difícil de ampliar, con tantos nombres y tramas, tiene que tomarse su tiempo...".
Tena se ganó el papel de la salvaje Osha, que en los libros "es mucho más flaca y más vieja", insuflándole la energía que la caracteriza, "como si fuera un leopardo".
Ahora se enfrenta a un rol muy diferente en "Refugiados", el de una madre que contempla junto a su familia, aislada en una casa en el campo, el mayor éxodo de la humanidad: 3.000 millones de personas del futuro viajan al presente huyendo de un desastre global.
"Hacer de madre me gusta mucho porque siempre he hecho personajes un poco extremos, aunque esta es una mujer que tiene muchos secretos, reservada, todo lo contrario yo, que hablo mucho", señala la actriz con un español que mezcla el acento londinense, el deje extremeño y la contundencia vasca.
Y es que Natalia Tena veranea desde pequeña en Hornachos (Badajoz), "un pueblo precioso" situado en el suroeste de España, del que es originaria su madre, y que ella sigue visitando todos los años, ajena a la fama de la televisión: "Para ellos sigo siendo la misma, son gente sanota y les da igual", asegura.
Además, está encantada por poder vivir este verano en Rascafría, el pequeño pueblo de la sierra de Madrid donde se graba "Refugiados", aunque tenga que viajar los fines de semana para actuar con su banda, Molotov Jukebox, con la que practica una mezcla de "música tropical, urbana y gitana" que consigue que "cada canción sea diferente".
Añade que la producción de "Refugiados", una serie original de Bambú Producciones, "ha sido muy generosa" con su faceta musical y le permite viajar los fines de semana para presentar con su banda su disco de debut, "Carnival Flower", como acaba de hacer en festivales de Eslovenia e Inglaterra y hará el próximo 25 de julio en Cullera (Valencia).
Asegura que no encontró diferencias entre este rodaje y el de "Game of Thrones"; "solo se nota en la comida, es mucho mejor en España, ¡por favor...!", exclama.
Más en serio señala que si en "Game of Thrones", además del texto y el trabajo de los actores, los temas como el sexo y la muerte, "que interesan a todo el mundo", son los que le dieron el éxito global, "Refugiados" enganchará al espectador al "introducir el 'thriller' en lo cotidiano".
"Lo importante es que el guion sea bueno, da igual dónde se vaya a rodar", asegura, aunque también habla sin tapujos del "nepotismo" que ha encontrado en el cine español, en el que debutó con éxito con la cinta "10.000 KM", dirigida por Carlos Marques-Marcet y con la que ganó el premio de mejor actriz en el Festival de Málaga.
"Durante 20 años no logré ni una prueba para el cine en España, es difícil entrar porque es un mundo muy cerrado, en Inglaterra es más fácil y de hecho conseguí el papel de '10.000 KM' gracias a mi agente americana", asegura la actriz, que también fue la bruja Nymphadora Torks en la saga "Harry Potter".
Ahora tiene previsto rodar una película con un director amigo en Hornachos (Extremadura), aunque no le gustaría "nada" vivir en un pueblo, "un lugar donde todo el mundo cree que puede juzgar a los otros"; prefiere el barco que tiene como casa en los canales de Londres donde, explica, no tiene televisión.
(con información de EFE)