Por The New York Times | Jessica Testa
Había miradas sobre Morgan Riddle.
Fuera de las gradas, mientras Riddle holgazaneaba debajo del sol veraniego, un transeúnte se detuvo, giró, le apuntó con un teléfono y se alejó sin decir ni una sola palabra. Riddle tan solo se ajustó las gafas de sol negras y ovaladas al estilo de Carolyn Bessette-Kennedy.
Una vez dentro del partido de tenis, mientras ella y más de mil espectadores encontraban sus asientos, la gente fue más directa. “¿Eres Morgan?”, “¡Te reconocí!”, “¿Podemos tomarnos una foto?”. Respondió que sí al menos una decena de veces esa tarde.
“¡Eres tan diminuta!”, opinó Sue McDonald, quien había acudido al torneo National Bank Open de Toronto con su hija Jaiden, de 19 años. McDonald le explicó a Riddle que nunca había logrado que sus hijos se interesaran en este deporte hasta el verano pasado, cuando un jugador que salió en la televisión llamó la atención de su hija.
“Estaba sentada viendo Wimbledon y le dije: ‘Ven a ver a este chico’”, comentó. “‘Ven a ver a este chico alto, moreno y guapo’. Entró y dijo: ‘Ay, ¿quién es?’”.
Era Taylor Fritz, un jugador del sur de California reconocible por su altura (esbelto de 1,90 m) y su pelo ondulado de raya en medio como los príncipes de las caricaturas, el cual sujeta durante los partidos con una cinta Nike. Fritz, de 25 años, es el mejor jugador estadounidense de tenis varonil y, en la actualidad, el noveno del mundo.
Sin embargo, no era la única persona a la que miraban los McDonald durante ese partido.
De vez en cuando, la pantalla mostraba a una joven que llevaba un vestido blanco definido y joyería de oro con rizos rubios que le enmarcaban el rostro y estaba sentada ultratranquila en el palco de jugadores con el equipo de entrenadores y seguidores de Fritz. La buscaron en línea y pronto empezaron a seguir a Riddle en redes sociales, donde comparte su vida como WAG del tenis, un acrónimo en inglés de “wives and girlfriends” (esposas y novias) que se popularizó en el Reino Unido a mediados de la década de 2000 para describir, con desprecio, a un grupo de mujeres engreídas y fiesteras vinculadas con futbolistas.
Según Riddle, de 26 años, a ella no le importa el acrónimo. Tampoco le importa que la llamen “influente”, un título con un estigma similar. No se ofende con facilidad y tiene una confianza lúcida en la vida que está construyendo mientras acompaña a su novio alrededor del mundo durante unas 35 semanas al año.
Lo que comenzó a inicios de 2022 con ella probándose atuendos para el Abierto de Australia en TikTok (un video que desde entonces ha recibido 1,5 millones de vistas) evolucionó hasta que Wimbledon la contrató para presentar “Wimbledon Threads”, una serie de videos sobre la moda en el torneo. Este verano, lanzó dos piezas de joyería chapadas en oro —una pulsera (de 125 dólares) y un collar (de 175 dólares), cada uno con un colgante de una raqueta de tenis— en colaboración con una pequeña joyería neoyorquina llamada Lottie.
En Toronto, una de las varias mujeres que se acercaron a Riddle entre los sets de Fritz le mostró la muñeca, para enseñarle su pulsera de raqueta Lottie.
Este estilo de vida no es el que Riddle podría haber imaginado para sí misma hace tres años, cuando ni siquiera conocía las reglas del tenis.
“De verdad no tenía ningún amigo al que le interesara el tenis, ninguno de mis amigos veía el tenis, jugaba ni usaba ropa bonita de tenis”, comentó Riddle, quien todavía no juega tenis de forma regular. Sin embargo, ahora ve mucho tenis y usa mucha ropa bonita de tenis.
‘Ella tiene un plan’
“Si soy sincera, estaba muy aprensiva”, admitió Grace Barber, productora sénior de Whisper, la productora deportiva que creó la serie de moda de Riddle para Wimbledon. Barber sabía poco de Riddle antes de que le asignaran la producción de “Wimbledon Threads”.
“Simplemente, supuse que, como está muy guapa, tiene muchos seguidores y es la novia de Taylor, en esencia no iba a ser nada”, comentó Barber, quien utilizó la expresión “un desastre” para describir sus expectativas sobre el proyecto. Barber reconoció que se equivocó: se dio cuenta de que Riddle era muy trabajadora, divertida y consciente de sí misma mientras grababa la serie, la cual consiste en gran parte en entrevistas con asistentes que describen sus atuendos.
“Tiene una directiva muy clara, a nivel creativo, de hacia dónde quiere ir”, afirmó. “Ella tiene un plan”.
Ya se encargó la serie para la edición de Wimbledon del año que viene, siempre y cuando “él siga jugando y ella lo siga queriendo hacer”, mencionó Barber. En julio, después de la eliminación de Fritz en la segunda ronda (de siete) del torneo, la producción aceleró su calendario, consciente de evitar las críticas en línea que cuestionaban por qué la novia de Fritz seguía trabajando en Wimbledon cuando él ya no lo hacía.
Y aquí es donde las cosas pueden complicarse: al menos en el mundo del tenis, la exposición de Riddle sigue estando en parte ligada al éxito de su novio.
Muchos aficionados que se toman selfis con Riddle la conocen de “Break Point”, la serie de Netflix que sigue los altibajos de varias estrellas en ascenso del tenis. En el programa, Riddle anima a Fritz con todo el glamur de una muñeca vestida al estilo “preppy” —y, un poco menos glamurosa, come comida para llevar con él en la cama de su hotel— mientras su trama pasa de una gran victoria sobre Rafael Nadal en Indian Wells, California, en 2022, a una sorprendente derrota en la primera ronda del Abierto de Estados Unidos más tarde ese mismo año.
Desde entonces, Fritz no ha superado la tercera ronda de ningún torneo de Grand Slam. Por lo tanto, el equipo de “Break Point” no ha pasado mucho tiempo con la pareja en la segunda temporada, según Riddle. Ella cree que no volverán a aparecer a menos que él consiga una gran victoria.
Dejando a Netflix de lado, la diferencia entre ganar títulos de Grand Slam y no hacerlo puede ser complicado a nivel financiero, incluso para los mejores jugadores como Fritz, quien ya ha ganado 12,9 millones de dólares en premios a lo largo de su carrera, junto con patrocinios de Nike y Rolex. Según Forbes, ganar el Abierto de Estados Unidos en 2021 se tradujo en 18 millones de dólares en patrocinios al año siguiente para Emma Raducanu, que ahora modela para Dior. Después de que Carlos Alcaraz gano su título del Abierto de Estados Unidos en 2022, firmó acuerdos de alto perfil con Calvin Klein y Louis Vuitton.
A pesar de todo, Riddle ha priorizado la independencia económica de una forma en la que no lo hacen todas las WAG. Según Barber, quien es esposa de un golfista profesional, ha visto a mujeres más jóvenes dejar de lado sus objetivos profesionales, tentadas por el estilo de vida de los viajes por el mundo con apoyo económico.
“Durante más o menos el primer año, es como un cuento de hadas”, comentó Barber, quien ahora tiene 36 años. “Pero no es tu sueño. Quieres apoyar a la persona que amas, pero sabes lo rápido que pasa el tiempo y de pronto ya pasaron diez años, no tienes carrera propia y estás aburrida de vivir de una maleta”.
Riddle ha encontrado la manera de no aburrirse —canalizando la mayoría de su energía creativa en un canal de YouTube que abrió este año para hacer vlogs más largos— y de mantenerse por sí sola. Riddle aseguró que sus ingresos por un tiktok son unas cinco veces superiores a lo que ganaba en un mes en su anterior trabajo de tiempo completo. (Antes era directora de medios de una organización que llevaba videojuegos a hospitales infantiles). ‘No es una mal trato’
Riddle y Fritz se conocieron en Los Ángeles en 2020, durante los primeros meses de la pandemia, en la aplicación privada de citas Raya. Riddle acababa de mudarse a California a inicios de ese año y vivía al lado de influentes, tras hacerse amiga de miembros de Hype House, pero todavía no era una de ellos. La criaron en Minnesota una ejecutiva de la radio pública y un pescador que daba visitas guiadas. Luego, estudió Literatura Inglesa en la universidad Wagner College en Staten Island, Nueva York.
Fritz creció cerca de San Diego y fue el hijo de dos tenistas. (Su madre, Kathy May, fue la número diez del mundo en 1977). Se incorporó al circuito profesional a los 17 años después de ganar el Abierto de Estados Unidos junior. Fritz había crecido rápido: cuando conoció a Riddle, a los 22 años, ya se había casado, había tenido un hijo y se había divorciado. No obstante, debido a la COVID-19, por primera vez en su carrera se encontraba en una pausa prolongada del tenis.
Fritz sabía que su vida nómada se iba reanudar en algún momento, así que se lo explicó a detalle a Riddle.
“Lo prologué”, comentó Fritz, sentado en su habitación de hotel en Nueva York, la semana previa al Abierto de Estados Unidos. “Le dije: ‘Mira, esto no va a ser así. No tengo tanto tiempo libre. Voy a viajar todas las semanas’. Pero también le dije: ‘Bueno, no es un mal trato… puedes viajar por todo el mundo, si te parece’”.
A ella le gustó el trato. Y a él le gustaba tenerla cerca. Se fueron a vivir juntos después de salir tan solo durante unas pocas semanas.
“Me insiste mucho en que coma sano, que duerma mucho”, mencionó Fritz, quien parece tímido fuera de la cancha, pero que, como muchos jugadores, habla mucho consigo mismo y su equipo mientras está en ella. “Son las cositas que crean una rutina saludable para mí y esto me ayuda a rendir mejor”.
Cuando se conocieron, Fritz estaba en el puesto 24. Ahora está en el noveno. No obstante, Riddle sabe cuán desagradables se volverían sus mensajes y su sección de comentarios —de por sí un lugar en el que algunos aficionados la denigran por vestirse elegante para los partidos, vender productos de tenis y, en general, tener opiniones sobre el deporte— si esos números se invirtieran. Una pareja exitosa
“Una pareja exitosa” fue el título que Tennis Channel le dio a una foto en la que aparecen Riddle y Fritz mientras paseaban por Wimbledon en junio. A inicios de ese mes, ambos se convirtieron en memes después de que el público de París abucheara con fuerza a Fritz, quien acababa de derrotar a un jugador francés. Él los hizo callar con un dedo en los labios, como profesor de guardería; a Riddle se le vio una sonrisa diabólica detrás de su cámara rosa. Los torneos pueden ser elegantes; a veces hay carpas de champaña, suites decoradas con Ralph Lauren y celebridades sentadas a nivel de cancha. Durante el Abierto de Estados Unidos, Fritz y Riddle se hospedan en el Equinox Hotel New York —un hotel de lujo y orientado al bienestar con el que Fritz colabora— y toman un helicóptero Blade hasta el Centro Nacional de Tenis Billie Jean King en Queens.
Sin embargo, a veces son indescriptiblemente aburridos. El último día de Fritz en Toronto, Riddle y yo estuvimos una hora entera viendo cómo secaban una cancha después de una tormenta, con unas máquinas parecidas a aspiradoras, centímetro a centímetro. El día anterior nos habíamos quemado con el sol. Ahora había viento y hacía frío. Riddle le envió un mensaje de texto a Fritz, quien esperaba el retraso de juego en los vestidores, para pedirle prestada una chaqueta. Esperaba que no fuera fea, comentó.
“Bienvenida a la glamurosa vida de una WAG”. Durante el retraso de juego por la lluvia, busqué el nombre de Riddle en X, antes conocida como Twitter, y encontré una imagen que hizo un aficionado con ella y Fritz como Barbie y Ken. No fue la primera vez que Riddle había visto la comparación. Riddle, quien tiene una funda para iPhone con el tema de Barbie, había decidido aprovecharlo: cuando Fritz apareció en la portada de una revista en julio, Riddle comentó: “¡Hola, Ken!” en su Instagram.
A ella le gusta bromear con que Fritz es su seguidor y a los seguidores de Riddle les gusta bromear con que los partidos de Fritz son “recepciones para conocer a Morgan Riddle”. Esto empezó más o menos cuando el eslogan de un póster de “Barbie” (“Ella lo es todo. Él solo es Ken”) se hizo viral.
El equipo de publicidad de Riddle, con el que empezó a trabajar este verano, incluso sugirió “ella es Barbie y él solo Ken” como el concepto para una sesión fotográfica de la pareja que acompaña a este artículo.
Algo como: Ella lo es todo. Él tan solo es el mejor tenista de Estados Unidos. Morgan Riddle y Taylor Fritz en Nueva York, el 23 de agosto de 2023. (Krista Schlueter/The New York Times) Morgan Riddle lleva una pulsera chapada en oro con un colgante de una raqueta de tenis que lanzó en colaboración con una pequeña joyería neoyorquina llamada Lottie, en Nueva York, el 23 de agosto de 2023. (Krista Schlueter/The New York Times)