La intérprete de 36 años Léa Seydoux, protagoniza Crímenes del futuro del canadiense David Cronenberg, y Una bella mañana de la francesa Mia Hansen-Løve. En el rodaje de la segunda, se contagió de la covid y ser positiva le privó de acudir al Festival de Cannes el año pasado, donde tenía La crónica francesa, de Wes Anderson; France, de Bruno Dumont, y La historia de mi esposa, de Ildiko Enyedi, todas ellas en competición, y Tromperie, de Arnaud Desplechin, en la sección no competitiva Cannes Première.

Una bella mañana tiene una dimensión autobiográfica para su directora y Seydoux es su alter ego en la pantalla, Sandra, una mujer que cinco años después de haber enviudado redescubre el amor al mismo tiempo que su padre se apaga debido a una enfermedad neurodegenerativa.

"Era la primera vez que me ofrecían la posibilidad de encarnar a una persona normal, alguien con quien el espectador podía identificarse", dijo la actriz, que recibió el guion durante el primer confinamiento y dijo haberlo aceptado al momento.

Su lectura, apuntó, le sirvió para sobrellevar la situación: "Estábamos viviendo un momento muy extraño y me llegó de verdad. Hay sencillez en el guion y a la vez una emoción muy sincera", señaló la protagonista de la galardonada La vida de Adèle tras ese primer pase ante el público.

El vestuario y los ensayos con el resto de actores la ayudaron a meterse en la piel del personaje y al mismo tiempo en la de la cineasta, que lleva al largometraje su propia vivencia con la enfermedad de su padre.

"Cuando actúo es como si me convirtiera en el personaje. Tengo tal empatía que me llega directamente", recalcó la actriz protagonista de una amplia carrera tanto en Francia como en el extranjero, con títulos como Sin tiempo para morir y Spectre, de la saga James Bond, o Medianoche en Paris de Woody Allen.

A Cannes acudió por primera vez en competición con la ya mencionada película La vida de Adèle (2013), del franco-tunecino Abdellatif Kechiche y coprotagonizada por Adèle Exarchopoulos, que se llevó una Palma de Oro que reconoció tanto el trabajo del cineasta como el de las dos intérpretes.

Con Crímenes del futuro, que se estrenará el próximo lunes, Seydoux cambia completamente de registro. De un filme como Una bella mañana anclado en el día a día, a uno de terror futurista coprotagonizado por Viggo Mortensen y Kristen Stewart, que supone el regreso a la dirección de Cronenberg después de ocho años.

"Tengo el privilegio de poder hacer las películas que me gustan", reconocía la actriz en el especial de la revista Madame Figaro sobre esta 75° edición del Festival de Cannes, que se inauguró el pasado martes y va hasta el próximo sábado 28 de mayo.

En tanto, aseguró que no siempre opta por las cintas más comerciales, pero tiene la impresión de estar en el buen lugar, y trabajar en el extranjero le sirve para salir de su zona de confort y ponerse a prueba.

"Los rodajes fuera, con actores formados en otras partes, a menudo son para mí una invitación a superar lo que me bloquea. Al final sé que de ahí sale lo mejor de mí", agregó la francesa, convencida de que todos sus papeles son en el fondo una variación de sí misma, un solo personaje al que presta sus emociones y rasgos de su personalidad.

Con información de EFE.