El pasado 30 de diciembre, el fallecimiento de Jorge Lanata causó mucha conmoción en los medios rioplatenses. El periodista argentino llevaba internado desde el 14 de junio y murió por una falla multiorgánica.
A 15 días de la pérdida de su esposo, Elba Marcovecchio habló en un mano a mano con Ángel De Brito para LAM de los últimos días del conductor. “Me costó porque no la podía caretear, estaba triste, y la respuesta básica que tenía que era decir que era ‘bien’, no me salía, no podía mentir. Es lo más normal que esté triste”, comenzó.
“Yo a Jorge lo veía en paz y me mataba. Lo veía irse y no podía hacer nada. No podíamos hacer nada con los médicos, y los últimos días Jorge no tenía nada, y yo le leía y le leía como si pudiera forzarlo hasta por una cuestión de egoísmo, y le leía todo el tiempo. En mi corazón sentía que se iba, pero una parte de mi corazón esperaba el milagro, y no llegó. Y cuando no llegó el milagro, le agradecí a la doctora Mariana Lestelle, que me dijo que no hable más de batallas, que no se ganan o se pierden batallas”, continuó.
Luego, con la voz quebrada la viuda de Lanata recordó el punto de vista que tenía frente a la vida. “Hablábamos sobre la muerte con él, y también hablábamos bastantes cosas, sobre todo después de la internación más feroz que tuvo, la anterior. Jorge estaba muy sensible porque para él fue como volver de algo grave. Cuando nosotros hablábamos y Jorge me decía que tenía miedo de morirse, yo le decía: ‘Vamos a ver Batman 3', porque la mejor explicación del miedo es esa película. El miedo está cuando vos apreciás lo que perdés. Ahí es donde vos tenés miedo, es donde sacás todas tus fuerzas y cuando Batman sale de esa cueva donde estaba tirado. Y yo le regalé a un Batman, pero no era uno cualquiera, era uno de cristal. Para que él viera lo lindo que era estar”, agregó.
“Jorge quería vivir a pleno, quería todo. Jorge tenía miedo de hacerse ese estudio, el del 14 de junio. Me acuerdo que ese día estábamos a las 5 de la mañana preparándonos y Jorge tenía una cosa de nene conmigo, que a mí me encantaba y a él también. Me decía que tenía miedo porque era claustrofóbico. Entonces le dije: ‘si te portás bien te compro unas medialunas con jamón y queso cuando salgas’, me pidió que se las prepare tostaditas, y le dije que sí. Cuando yo lo abrazaba él se ponía acá, en el pecho, muy fuerte. Ahí tuvo un paro, de 6 minutos y yo no lo podía creer, no podía entender nada”, sostuvo.
Para cerrar, la letrada se refirió al proceso de internación de Lanata y dijo lo siguiente: “Él se recuperó bastante bien de ese primer episodio, al día siguiente estaba casi para el alta, pero ese día lo empecé a ver que se dormía y reconocí que era dióxido, se empezó a complicar de vuelta, y yo estuve en ese segundo episodio. Es muy feo ver las cosas porque la imagen se te queda en el cuerpo. Cuando lo vi ahí me puse a llorar. Le mandé un mensaje a mi mamá y le pedí que viniera. Fue muy duro”.