En un vídeo grabado para la organización benéfica Age UK, de la que es patrón, y difundido en Twitter, Carlos, sentado a la mesa de su despacho en su mansión de Birkhall (Escocia), envía ánimos a sus conciudadanos y agradece su labor a los servicios sanitarios y de emergencia.
Vestido con traje y corbata y un pañuelo en el bolsillo, explica que, tras padecer síntomas "por fortuna leves" del coronavirus, lo ha superado, pero continúa estando "aislado" y respetando "la distancia social".
"Como todos vamos aprendiendo, esta es una experiencia extraña, frustrante y a menudo angustiante, cuando la presencia de la familia y los amigos deja de ser posible y las estructuras normales de la vida desaparecen repentinamente", dice.
Él y su esposa Camilla, que patrocina a su vez la organización Silver Line contra la soledad en la vejez, piensan "en particular en aquellos que han perdido a alguien en estas circunstancias difíciles y anormales, y en los que deben afrontar enfermedad, aislamiento y soledad", afirma.
Resalta la solidaridad mostrada por los británicos entre ellos y "la batalla heroica" que libran los empleados del servicio nacional de salud (NHS, en inglés) para atender a los enfermos y frenar la propagación del virus.
También pide que los sanitarios sean tratados "con una consideración especial" cuando por ejemplo, al final de sus "agotadores turnos" y preocupados igualmente por sus propias familias, "van a comprar" (y se encuentran con las estanterías de los supermercados vacías por el acopio de otros).
"Como nación, afrontamos una situación con profundos desafíos, de la que somos conscientes que amenaza la subsistencia, negocio y bienestar de millones de nuestros conciudadanos", señala el primogénito de Isabel II.
"Nadie puede decir cuándo acabará esto, pero acabará. Hasta que esto suceda, tratemos de vivir con esperanza y, con fe en nosotros mismos y en el prójimo, esperemos la llegada de mejores tiempos", declara el príncipe, de 71 años.
Con información de EFE