"Frente a los tanques, ¿Qué puedes hacer con tu arte? Nada", se dijo Zhanna Kadyrova cuando las tropas rusas invadieron Ucrania. 

Pero la artista, de 42 años, cambió de opinión cuando las galerías del mundo entero empezaron a interesarse por sus obras inspiradas en la guerra y pudo, de ese modo, recolectar fondos para ayudar a los soldados y a los civiles ucranianos. 

Al inicio del conflicto, Kadyrova fue evacuada de la capital, Kiev, a una zona rural del oeste. Lejos de su taller y sin sus herramientas, empezó a usar como material imponentes piedras pulidas por la corriente de un río, instalándolas de manera que evocaran las grandes hogazas de un pan tradicional, el "palianytsia".

"Concebimos este proyecto en un segundo y superó todas nuestras expectativas. Ya participé en cuarenta exposiciones (...). Acabo de regresar de India, fui a Tailandia, Taiwán, Estados Unidos, Europa", contó Kadyrova. 

"Después de esto, ya no me sentí decepcionada con el arte", añadió.

Las ganancias por la venta de sus obras sirvieron para enviar ayudas al frente, apoyar a los soldados y a otros artistas. 

"Nunca había ganado tanto dinero. Y la totalidad sirvió para ayudar a la gente", dijo. 

Bailar

Una galería de Kiev, expone actualmente una serie de obras llamada "Anxiety" (Ansiedad). Esta muestra está compuesta por tapices que representan flores y gatos "kitsch", sobre los cuales borda mensajes con alertas de ataques aéreos.

Son obras que representan "lo contrario a la guerra", afirmó. "Cuando agrego la inscripción 'Air Alert', logro un contraste. Es nuestra realidad."

Frente a la Ópera Nacional, en el centro de la capital, un muro hecho con casquillos de bala representa a una bailarina en puntas. 

"Pienso que es importante recordarle a la gente que estamos en guerra", comentó Nadiya, una transeúnte que le hizo una foto a la instalación. 

Para realizar esta obra, el ecuatoriano Felipe Jácome, de 37 años, fotografió a Svitlana Onipko, una bailarina ucraniana de 26 años, que ahora vive en los Países Bajos. 

El artista usó una impresora 3D para imprimir la imagen sobre un entramado de casquillos de balas adheridos con resina.

La venta de versiones en pequeño formato de esta pieza permitió recolectar fondos para huérfanos de la guerra, y materiales para enviar al frente. De momento, se han recuadado "más de 50.000 dólares", según Jácome.

Él quiere exponer esta obra en Europa y en Estados Unidos para que no se olvide lo que pasa en Ucrania. 

Rusia

Cerca de allí, en la galería Pinchuk Art Center de Kiev, Maksym Khodak, de 21 años, observa una obra que realizó junto a dos blogueros TikTok a los que convenció para que le acompañaran a Járkov, una ciudad del este devastada por la guerra.

Pasaron allí varios días en octubre, bajo los bombardeos. Los dos blogueros, Roman y Viktoriya son del oeste de Ucrania y nunca habían vivido combates tan violentos.

"Uno se vuelve paranoico pensando en la idea de que se arriesga a ser bombardeado, incluso estando acostado en la cama", contó Roman.

El montaje del video se ve en tres pantallas diferentes. Incluye memes humorísticos, como una imagen del ex primer ministro británico Boris Johnson bailando con un sable láser o un juego que dispara a una especie de "orcos" rusos, en referencia a los personajes maléficos de los libros de J.R.R. Tolkien.

"Quise reflexionar sobre lo que podría ser un nuevo lenguaje político, es decir una forma de hablar a mi generación", explicó Khodak, que anima a los jóvenes blogueros a hacer lo mismo, inventando su propio estilo para hablar de Ucrania a su generación. 

Roman comparó la relación de Rusia con Ucrania con la de "una ex pareja tóxica". 

"Nosotros no queremos nada con ese pasado", declaró.

AFP