La actriz de origen puertorriqueño Chita Rivera, estrella de musicales de Broadway, falleció este martes a los 91 años, según informó su hija, Lisa Mordente, al diario The New York Times.
Dolores Conchita Figueroa del Rivero fue actriz, bailarina y cantante, y se convirtió en una influyente figura de Broadway tras saltar a la fama en 1957 con su interpretación de Anita en el estreno original de West Side Story.
Debutó en los famosos teatros de Nueva York en 1952, iniciando una larga carrera que la llevaría a protagonizar éxitos como Chicago, El beso de la mujer araña, Nine, Bye bye Birdie y su secuela Bring back Birdie.
Ganó dos premios Tony, considerados los Oscar del teatro, y fue nominada diez veces, más que ningún otro actor o actriz de musicales; además, en 2018 fue distinguida con el Tony honorífico por sus logros vitales.
Está en el selecto club EGOT, al que se entra con las mayores distinciones del espectáculo en EE.UU.: el Oscar, el Tony, el Grammy y el Emmy; y la lista de galardones incluye la Medalla Presidencial a la Libertad, el más alto honor a un civil.
“Creo que he sido bendecida porque he podido interpretar muchos papeles, y cuando llegó West Side Story fue el musical perfecto”, dijo en una entrevista con EFE en 2013, antes de encabezar ese año el Desfile Puertorriqueño de Nueva York.
Y Rivera, que nunca escondió su sentir latino ni su amor por Puerto Rico, añadió sobre su papel como la puertorriqueña Anita: “Pudimos contar nuestra historia y llamar la atención sobre los problemas que teníamos para esa época”.
De West Side Story se llevó algo más: se casó con su compañero de reparto Tony Mordente en 1957, de quien se divorció nueve años después pero con quien tuvo a su única hija, Lisa, que también se dedicó al teatro musical.
Empezó en el ballet a los 11 años
Rivera nació en Washington D.C. el 23 de enero de 1933, hija de Pedro Julio Figueroa del Rivero, un músico puertorriqueño, y de Katherine Anderson, de ascendencia escocesa, italiana y puertorriqueña, que trabajó en el Pentágono tras quedarse viuda cuando su hija tenía siete años.
“Mi padre tocaba el saxofón y el clarinete, y mi madre siempre quiso bailar, pero tuvo cinco hijos”, recordaba Rivera, a quien su madre matriculó en una escuela de ballet a los 11 años, encauzando un talento que pronto empezaría a dar frutos.
A los 15 años, fue aceptada en la Escuela de Baile Americano de Nueva York, fundada por George Balanchine, donde sentó las bases técnicas del baile que la acompañarían para siempre en los escenarios, según dijo en una entrevista.
Rivera tuvo una activa carrera que además de los teatros abarcó la música, la pequeña y gran pantalla: sus títulos más recientes son el musical The Visit (2015) y la serie One Day At a Time (2017) de Netflix, en la que estuvo tres temporadas.
“He trabajado duro. Soy una persona positiva que olvida lo negativo. Hay que confiar en Dios, tener sentido del humor y reírse de uno mismo, hay que disfrutar la vida”, afirmó la artista hace once años a este medio.
EFE