En una
hipotética “zona económica conjunta”, ubicada entre las dos Coreas en pleno
proceso de unificación, transcurre la trama de La casa de papel: Corea,
una adaptación fiel pero particular de la exitosa serie española. La producción
está disponible en la plataforma de streaming.
Si la serie creada por Álex Pina -que se convirtió en la producción española
más vista en la historia de Netflix- comenzaba con el relato de transformación
de la joven ladrona Selene Oliveira en Tokio (Úrsula Corberó), la producción
coreana arranca también con una voz femenina de narradora omnisciente.
Ahora es una adolescente que baila a escondidas de su padre canciones del grupo
de k-pop BTS en la rígida y hermética Pyongyang y que emprende un viaje,
impulsada por las circunstancias políticas y sociales, en el que se ve abocada
a enrolarse en la banda de atracadores más famosa del mundo.
Jeon Jong-seo, una actriz de 27 años conocida por ser una de las protagonistas
de la película Burning (2018), dirigida por Lee Chang-dong, es la encargada de
interpretar a uno de los personajes más carismáticos y queridos de una serie en
la que están todos los personajes concebidos por Pina, con características
similares.
El actor Yoo Ji-tae es el obsesivo “Profesor” y se presenta con sus
representativas gafas; Kim Ji-hun es Denver y conserva su característica
candidez y su risa tonta creada por Jaime Lorente; Jang Yoon-ju es Nairobi y es
tan histriónica y explosiva como lo fue Alba Flores; y Hyun-woo sigue siendo
tan enamoradizo y romántico como el Río creado por Miguel Herrán.
Para encarnar el papel de la inspectora Raquel Murillo los creadores de la
serie eligieron a la actriz Kim Yunjin, conocida por haber interpretado a
Sun-Hwa Kwon en la serie estadounidense Lost. Ella es Seon Woojin y es
apodada “El sol”.
Uno de los protagonistas de El juego del calamar, la serie más vista en
la historia de Netflix, el actor Park Hae-soo, es el encargado de dar vida a
Berlín, uno de los personajes más controvertidos de la serie y de los que
tienen un pasado más oscuro.
Producida en colaboración por las firmas BH Entertainment y Contents Zium, La
casa de papel: Corea está dirigida por Kim Hong-su, quien ha estado al frente
de dramas de la televisión coreana como Voice (2017-2019), Black
(2017) y The Guest (desde 2018). Ha encabezado el equipo de guionistas
Ryu Yong-jae, responsable de otra serie original de Netflix My Holo Love.
La serie se enmarca en una hipotética época de acercamiento entre las dos
Coreas y una apertura de fronteras que hace que miles de ciudadanos del norte
viajen al sur en busca de oportunidades laborales.
Un mundo en el que los coreanos del norte acaban
trabajando en el sur por sueldos míseros y en el que “los pobres se hacen más
pobres y los ricos más ricos”. Bienvenidos al capitalismo.
“Ha llegado el momento de reclamar nuestra parte del botín para los que no
tenemos nada”, cuenta enfurecido “El profesor”, mientras explica el plan a su
banda.
Cuatro billones de wones, que los propios atracadores imprimirán, con el mundo
entero como testigo de un robo a lo Robin Hood convertido en espectáculo.
Aunque ya no es Dalí el representado en las famosas máscaras, los atracadores
siguen conservando su seña de identidad del buzo rojo y es la máscara
tradicional coreana del Hahoe.
El robo se producirá en la Casa de la Moneda de esta presunta zona económica
conjunta, escenario de una trama llena de connotaciones políticas y alusiones a
lo dictatorial del régimen de Pyongyang hoy liderado por Kim Jong-un.
Para resolver el atraco y la primera crisis de la futura nueva Corea, se crea
un equipo conjunto con fuerzas de seguridad de los dos países, que pronto
mostrará sus diferencias.
Paula Escalada Medrano para EFE.