La espectacular mansión ubicada en el padrón 811, de Punta del Este a solo 100 metros de la playa mansa, continua en un limbo legal, ya que todavía no hay definición por parte de la DGI, sobre cuál será el futuro de la Mansión Blanca, donde el fallecido modisto argentino Carlo Di Dómenico, tuvo su casa y atelier, junto a César Juricich.

En el año 2006, se presentó una denuncia judicial contra los diseñadores, ya que la DGI, habría constatado algunas inconsistencias en los manejos administrativos y financieros que no coincidían con los respaldos contables, para el ingreso de mercaderías y ventas en el Uruguay.

Una nueva luz roja se encendió en 2007, alertando a Impositiva, de una ¨maniobra simulatoria y pauliana¨, que consistió en la venta de la propiedad en un valor irrisorio de 110.000 dólares, (precio varias veces menor), según actuación del escribano Nelson Eduardo Suarez Pérez, con el agravante que esta operación se realizó hacia una sociedad anónima Vía Florentina S.A., perteneciente a la pareja Didoménico-Juricich.

Esta maniobra fue desestimada por el juzgado de Maldonado que anuló la operación, años más tarde, retornando la propiedad al patrimonio de la pareja.

Durante el 2013 fue arrendada, según consta en la entrada 7362 de la Dirección General de Registros, nuevamente con la actuación del notario Nelson Suárez Pérez, el mismo de la venta ¨simulada¨, cuyo arrendatario es un señor de iniciales M.C., y a partir de ahí, la propiedad registra los embargos específicos, que son de rigor, por parte de la DGI en el año 2016, y nuevamente reinscrito en 2021.

El embargo general que hoy pesa sobre Cesar Juricich, ex pareja de Di Doménico, ascendía hasta febrero 2021, a la suma de 101.490.883 pesos uruguayos (2.500.000 dólares a la fecha de reinscripción).

Por otra parte el propio Di Doménico había manifestado en sus últimos años, su tristeza al no poder volver a su casa, ya que estaba alquilada. Esta arrendataria conocida en Punta del Este como la ¨señora P¨, quien en posesión de la casa, arrendó nuevamente hace poco tiempo, a un grupo de jóvenes emprendedores, que tienen una actividad vinculada al negocio del cannabis.

Los contratos de la ¨señora P¨, y de los nuevos ocupantes, no figuran en el registro, por tanto la DGI, quien tiene la obligación recaudatoria del impuesto IRPF a los alquileres, no ha informado si está percibiendo el dinero producto de los impuestos que se debería pagar como cualquier operación de alquiler.

Más dudas surgen cuando en una solicitud realizada por la producción periodística según la ley 18.381, de acceso a la información, la DGI resuelve: ¨Deniégase el acceso a la información pública, por estar alcanzada por el secreto tributario en base las disposiciones del artículo 47 del Código Tributario¨.

Sobre esta resolución denegatoria y sin especificar cuál será la suerte de la mansión de Di Doménico, ¨la cuestión de fondo¨, se realizó una nueva solicitud a la DGI, para que informe cual es la situación real del bien, y cuáles serán los próximos pasos

Según surge de la información registral, la propiedad sigue estando a nombre de los diseñadores, ya que hubo una acción de venta anulada, y además hay embargo general y específico solicitado por Impositiva. Hoy en día La Mansión Blanca, se encuentra en una situación incierta, pero desde el punto de vista jurídico, el estado uruguayo, podría avanzar en la resolución de fondo.

De venderse, podría significar un importante ingreso para las arcas del estado, cerca de medio millón de dólares según las tasaciones de expertos inmobiliarios, y de paso terminar con las pretensiones de algunos oportunistas que se consideran ¨nuevos dueños¨ y que hoy reciben ganancias de un bien que debería estar en el inventario estatal y no en el limbo.

Por Gustavo Descalzi