El pasado 3 de junio se cumplió un siglo de la muerte del escritor checo Franz Kafka, autor de clásicos inmortales como La metamorfosis o El castillo. “Hay algún malentendido y ese malentendido será nuestra ruina”, escribió alguna vez el novelista, frase que se empeña en demostrar una y otra vez su vigencia.
Un ejemplo muy fresco de ello es la controversia surgida en las últimas horas a raíz de un posteo en X de la comunicadora Tania Tabárez.
“Capaz, a lo mejor, quizás, no sea el momento para adoptar una mascota”, escribió la periodista. La frase acompañaba una foto en la que aparecía el excandidato colorado Andrés Ojeda junto a su nueva novia, la estadounidense radicada en Uruguay Kelsey Clay.
Ojeda hizo la “presentación oficial” de Clay en la noche del domingo, cuando visitó junto a ella el búnker del Partido Nacional, lugar donde había decenas de reporteros y camarógrafos.
El vínculo de Ojeda con la norteamericana había sido objeto de controversia en lo previo a las elecciones nacionales de octubre, especialmente luego de que circularan fotos de la joven cargando a hombros un leopardo muerto.
En redes sociales de su país natal, Clay es señalada como aficionada a la caza y se la acusa de matar animales silvestres. Y si bien la caza —según de qué especies y en qué circunstancias— es legal en casi todo el planeta, se señaló la contradicción entre dicha actividad y el discurso animalista en el que el político insistió durante la campaña electoral. De hecho, en una de sus piezas publicitarias aseguraba estar “pensando muy seriamente” en adoptar una mascota.
En ese contexto, el breve tuit de Tabárez resultó factible de polisemia y generó —tal como profetizó para siempre Kafka— un lamentable e innecesario malentendido.
Así, mientras algunos entendieron que la comunicadora se refería a la “extraña pareja” entre un autoproclamado animalista y una cazadora, otros —entre ellos el diputado electo por el PI, Gerardo Sotelo— interpretaron que Tabárez comparaba a Clay con una mascota, más concretamente un gato.