Seré curioso

Un soldado negociador

Yamandú Orsi en Seré Curioso: "En educación es eso de: 'Estás conmigo o estás contra mí'"

El intendente de Canelones suele desmarcarse de las principales voces del MPP, buscando un perfil propio. Como hombre de partido, no descarta ser presidenciable.

05.07.2018 06:38

Lectura: 29'

2018-07-05T06:38:00-03:00
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Por César Bianchi

@Chechobianchi

Fotos: Juan Manuel López

 

            Cuando tuiteó que estaba dominado por la impotencia por el crimen de Claudia Ferreira, la cajera de la estación de servicio de Neptunia, y que era "ellos contra nosotros", algunas figuras del MPP lo llamaron al orden, con sutileza. Algo parecido le pasó cuando con su presencia en el Parlamento legitimó al colectivo EdUy21, y su intención de revolucionar la educación en el país. De nuevo, las principales voces de su sector no fueron, y de hecho, criticaron al think tank de Filgueira, Mir y Renato Opertti. Mucho antes había reclamado una autocrítica del Frente Amplio respecto al Caso Sendic, señaló el riesgo de hipotecar la credibilidad por no actuar con firmeza ante los desvíos consabidos y señalados por la prensa. Sendic, a la sazón, exdelfín político de José Mujica y cuyo sector, la lista 711, lo apoyó en su momento.

            Le pregunto a Yamandú Orsi si está haciendo "la gran Amado", si es consciente que esa postura, arriesgada, es un arma de doble filo. Dice que quizás sí, que él no saca cuentas y que su sector le permite cierto grado de  autonomía, porque está lejos de un pensamiento único. Y en otro pasaje de la entrevista -en un amplio salón de reuniones de la Intendencia de Canelones-  le atribuye a su líder Mujica la transmisión de una necesidad de escuchar y negociar permanentemente con los adversarios políticos. "La clave de una democracia fuerte es la articulación permanente", dice para frase de titular.

            Como exdocente de Historia en Secundaria se permite una visión sobre la educación del país, no del todo benévola. Cree que cada consejo es un ente que no sabe qué hacen los otros, que no puede ser que Secundaria y UTU no tengan rasgos comunes y afines, que habría que replantear el diseño institucional de la educación. "Es un Ministerio  de Educación y Cultura donde la autonomía concedida constitucionalmente a los consejos de educación habría que revisarla. La autonomía terminó generando esta especie de divorcio entre las partes", señala.

            Orsi sabe que su nombre se maneja como posible presidenciable y no le escapa al bulto. Dice que si el partido se lo pide, será "un soldado" a disposición, pero desde las ganas, prefiere luchar por un período más al frente de la intendencia de su departamento. Para ejercer su liderazgo como jefe comunal sale todos los días a las 9 de su casa y vuelve sobre las 21. En el medio, se permite un recreo para almorzar con sus padres. El premio lo tiene al volver: mirar dibujitos con sus hijos gemelos de 5 años.

 -¿Qué diagnóstico hace de Canelones hoy?

 -Hoy es un departamento que tiene futuro, porque hay planes de desarrollo, no sólo por obras de la intendencia. El esquema nacional de ordenamiento ha llevado a que hoy Canelones esté aprovechando la cercanía con el puerto, con el aeropuerto, el crecimiento urbano, que si bien puede tener aspectos negativos, también le ha aportado cosas positivas. Es, junto a Maldonado, los dos únicos que crecen en materia de población. Es un departamento con oportunidades. La particularidad que tiene es la complejidad  y la diversidad que tiene. Se podría decir que ha aprovechado el crecimiento de la economía a nivel nacional. También sufre lo negativo de su crecimiento y tiene los sinsabores de la mala nota que puede tener el país en algún aspecto. Pero la foto de hoy es que hoy sí aparece como un territorio con oportunidades de futuro; si se aprovechan o no, es otra cosa.

 -¿Qué ha logrado mejorar o solucionar desde julio de 2015?

 -Me cuesta mucho separar qué es lo logrado en la Administración Orsi sin hacer mención a todo el período de Marcos Carámbula, donde fui secretario general y primer suplente. Hay una relación de continuidad evidente. La respuesta me lleva a pensar qué cosas distintas o cuáles son los diferenciales de mi gestión... Creo que por estar en un escenario -generado en aquellos tiempos- de mayor tranquilidad de carácter financiero, nos permite planificar en base a proyectos, lo que antes no era posible. Entonces hoy hemos priorizado la elaboración de proyectos y su seguimiento. Esa podría ser una de las novedades que me satisfacen. No con la dinámica que uno quisiera. Pero recuerdo que en épocas anteriores, cuando estaba con Marcos, esto era imposible, porque tenías que irla llevando en base a la caja que ibas teniendo y en base a cómo el viento te iba empujando, porque estabas muy justo. Tener cinco años de superávit te permite trabajar con otra tranquilidad. Creo que ahí hay uno de los logros: centrar la atención en proyectos concretos y no en trabajos por direcciones, exclusivamente.

 

"El nivel de ejecución de las cosas debe ser mucho más ágil. A veces pensás: 'Hay que asfaltar tal camino' y tenés que pensar en que va a estar pronto ocho meses después... te querés morir. Y no es sólo un tema de burocracia"

Otra de las cosas que uno podría decir que hemos logrado de concretar es un evidente fortalecimiento de los recursos logísticos: maquinaria, flota, recursos logísticos para gestión ambiental. Tengo la suerte de haber estado en aquellos tiempos y tenía la sensación de andar siempre con lo justo. Hoy como que podemos decir que mejoró la caja, y eso te permite decir: "Vamos a comprar tantas camionetas o tantos camiones" con mucho más aire. Cierto es que en todo esto también tuvo que ver la herramienta del fideicomiso -algo muy similar a un préstamo- y algo para agregar: la aprobación que tuvimos en la Junta Departamental no sólo del fideicomiso, sino también del presupuesto, que fue votado por la mayoría de la oposición. Es una nota distinta y a mí me satisface, de verdad. Parto de la base que siempre vas a tener un mejor desempeño cuánto más apoyo tenés de la oposición. Es un respaldo que no tiene precio.

 -¿Y con qué no ha podido, con la mano en el corazón?

 -Con la agilidad que pretendo para la ejecución de las cosas: desde que tomás una decisión hasta que se ejecuta. El tiempo que transcurre sigue siendo inaceptable. Recién me escuchabas hablar por teléfono de un tema puntual (exigía que se solucionara en el día la falta de agua en la residencia municipal), bueno, esa es la constante con la que luchás acá adentro. Tomaste una decisión y después tenés que andar atrás... Si yo hoy te quería recibir en la residencia municipal, no podía hacerlo. Y no es solo un tema de burocracia, a veces es un tema de mecanismo de resolución de las cosas, de ejecución, a veces hay ausencia de compromiso en algunos de nosotros (en el que tiene que ejecutar), y a veces no saber cuál es el mejor camino para llegar a destino. Los problemas que tenemos los gobiernos departamentales muchas veces no son problemas financieros, la mayoría de las veces son problemas de ejecución. El nivel de ejecución debe ser mucho más ágil. Cuando hay un evento climático y nosotros salimos a pedirle al gobierno nacional más recursos. ¿Sabés qué nos dice siempre el gobierno nacional? "Pero usted tiene 10 millones más para ejecutar de obras y todavía no los ejecutó. Saque de ahí". Y nos deja sin palabras. A veces pensás: "Hay que asfaltar tal camino" y tenés que pensar en que va a estar pronto ocho meses después... te querés morir.

-¿Cuál es su verdadera vocación?

-Servidor público. Hoy es esa. Me gustó mucho la docencia, después que ejercí, porque no entré a estudiar profesorado por vocación. Me gustó después que estuve adentro, y me gustó mucho la adscripción en el liceo, además de dar clase. Si lo traslado al presente, en mí funciona una especie de satisfacción por poder hacer, cambiar y concretar cosas. Por eso cuando me preguntan cómo veo en una función legislativa, tiendo a pensar que me aburriría. Me gusta el hacer, lo público, y de 10 cosas que tenés por día, hay seis o siete pálidas y dos o tres buenas y esas no tienen precio...

-Es profesor de Historia, título que obtuvo en 1991 en el IPA. ¿Extraña la docencia?

-¿Vos sabés que no? No... Al principio sí. Aparte, no sé cómo me iría hoy trabajando en Secundaria. Creo que  habrían cosas que me harían enojar demasiado.

-¿Cómo cuáles?

-Como la falta de compromiso que estoy viendo en muchos docentes.

-¿Y de las autoridades de la educación?

"Se perdieron los códigos en la delincuencia, aquello de no meterse con los del barrio, no robarle a los ancianos, no existe. Se pasó un límite hace tiempo. Veo actores que son asesores en temas de seguridad y defienden a delincuentes pesados"

-Puede ser... Yo creo que el sistema, el esquema, no funciona. Es como un cuerpo que tiene varios pedazos y cada cual actúa como le parece mejor en su momento, pero me acuerdo que cuando yo era docente, había cosas que no hacíamos... Hoy cuando ves el ausentismo docente... Yo me acuerdo de haber trabajado en liceos con condiciones edilicias muy complicadas, pero la tarea fundamental era el gurí que tenías enfrente, lo otro (lo edilicio) vemos cómo lo arreglamos. Y militábamos, armábamos lío, pero no dejábamos de dar clase por eso. Algunos paros siempre hubo, pero había otras reglas de juego para eso, que hoy creo que no existen.

-En las elecciones departamentales se dio un duelo entre profes de Historia: era usted o Mahía...

-Sí, José Carlos. Con un año de diferencia en el egreso, él egresó del IPA un año antes.

-Mahía ha dicho que usted se benefició del aparato municipal para llegar a ser jefe comunal, que era el caballo del comisario tras 10 años como 2 de Marcos Carámbula. ¿Fue así?

-Que me beneficié del aparato municipal es su opinión. A ver, si la gestión (de Carámbula) es buena, es claro que hay una relación de continuidad que la gente va a apoyar, pero de ahí a decir que uno se beneficia del aparato municipal, creo que es diferente. Pero bueno, podemos discrepar. Económicamente no recibí un peso de la intendencia, no sería correcto además. Lo hubiera observado la Corte Electoral. Prefiero no ahondar en ese tema, porque no llegaríamos a nada.

-A fines de mayo recibió críticas, sobre todo de su partido y su sector, tras haberse expresado en Twitter cuando se desahogó por el crimen de una trabajadora en Neptunia. "La rabia y la impotencia me dominan. Algo tengo claro: acá sí son ellos contra nosotros". ¿Qué quiso decir?

-La mala gente existe. No tiene clase social y no tiene partido. Fue una de las cosas que intento decir (a veces sale, a veces no) es que hay  gente a la que no le importa nada la vida de un igual, de un trabajador -en este caso una trabajadora que tenía que irse a pie a su casa-... yo a esa gente no la quiero conmigo.  Tenemos que buscar la forma de que no esté, que esté en la cárcel y que cuando vuelva, sea otra persona. Mientras eso no ocurra, considero que no podemos convivir. Yo entiendo las críticas, porque es muy poco científico lo que yo plantee. Pero no hay justificativo para eso.

-Le criticaron por hacerse eco de un reclamo por mayor seguridad, rubro a cargo de un ministro del MPP, su propio sector. Algunos connotados militantes frentistas, y dirigentes del mujiquismo como Alejandro "Pacha" Sánchez le pasaron factura por ese comentario, dijeron que no contribuía al debate. ¿Cómo lo tomó?

-No fue contra el Ministerio del Interior. De verdad cuando escribí eso en el que menos estaba pensando era en Bonomi, estaba pensando más en las políticas sociales nuestras, en nuestro formato de Justicia, que en el accionar de la Policía. Algo no funciona bien. El tema con la delincuencia tiene múltiples enfoques, y hoy vemos que son muchas instituciones del Estado que se tienen que hacer cargo. Y quien mejor actuó, sin dudas, fue un Parlamento que se dio cuenta que había que cambiar las reglas del juego, hablo del CPP. Ahora, todos vieron que algo hay que modificar.

-¿Le llegaron mensajes o WhatsApp de referentes frentistas cuestionando sus comentarios en Twitter?

-Sí, llegaron, hubo llamadas también...

-¿Qué le dijeron?

-Nos plantearon que de repente no estaba bueno decir eso en un tuit, porque no se puede explicar lo que uno quiso decir. Los mensajes que recibí es que (piensa) corro riesgo de estigmatizar, y ahí habría que salir a aclarar que no me la estoy agarrando con una cultura, la cultura "plancha", digamos. Mirá, ahora que estoy más en contacto con el Ministerio del Interior, los jefes de policía, y los comisarios, me consta que laburan y mucho. Entonces, jamás me metería con los que trabajan. Por eso también me dio bronca que se metieran con el comisario de mi barrio, no se lo merece. Después, lo bueno es que se aclaró el caso. Vuelvo al origen de esto: es una minoría muy chica que considera que la vida del otro no importa nada. Son aquellos que ya no te roban por necesidad, sino que van, te matan y después ven. Creo que se perdieron los códigos en la delincuencia, aquello de no meterse con los del barrio, no robarle a los ancianos, aquella solidaridad con el igual, no existe. Se pasó un límite hace tiempo, que tiene que ver con el crimen organizado o cuando veo actores que son asesores, incluso, en temas de seguridad que defienden a delincuentes muy pesados... ahí ya digo: esos son ellos, no nosotros. Atraviesa las profesiones y las clases sociales.

-¿Cuál fue su principal aprendizaje para luego aplicar en su administración, al lado de Carámbula durante una década?

-Mucho, mucho... Lo principal: armar equipos, y con ciertas características, priorizar a las generaciones nuevas y darles bolillas. Me quedó eso. Armar equipos jóvenes.

-¿Y cómo se dan sus inicios en política? ¿Qué lo impulsó a involucrarse en política?

-Cuando entré al IPA en el año 86 tenía 19 años, aquello era un polvorín, una explosión, por la vuelta a la democracia. Estaba difícil ir al IPA y no involucrarse en actividad gremial y política. En esa época todos los jóvenes que teníamos entre 17 y 19 años -me acuerdo que en quinto de liceo había una barra de gente de (Los) Cerrillos y eran todos colorados, año 84-, estábamos todos muy politizados... Y después engancharme en una actividad como la carrera de docente, llevabas impreso un compromiso con lo gremial muy fuerte.

-¿Y por qué meterse a militar en la izquierda, cuando sus padres votaban a blancos y colorados?

-Creo que ahí tuvieron mucho que ver algunas lecturas, (Carlos) Quijano, por ejemplo, con los Cuadernos de Marcha. Y por otro lado, la música fue muy importante. Yo siempre fui muy hincha del folklore. Mientras mis compañeros escuchaban rocanrol en aquella época, yo escuchaba folklore. Y folklore y canto popular se enganchan en los 80 y quizás los primeros mensajes políticos me entran por ahí. No me entró por lo intelectual, sino más por la sensibilidad. Me acuerdo que me enganché con el concepto de socialismo, pero con una visión más nacionalista, de ahí quizás mi simpatía con el MLN. Tengo ahí una veta nacionalista, y creo que Quijano tuvo algo que ver, leer a Vivián Trías después...

-¿Cómo tomó la noticia -dada por Gabriel Pereyra en El Observador- de que Trías, exsecretario general del Partido Socialista, había sido espía rentado por el servicio de inteligencia del régimen comunista de Checoslovaquia durante 13 años?

-Me sorprendió, pero tampoco me horrorizó. En época de Guerra Fría, cuando no tenías mucha chance salvo la Tercera Vía, no sé... de verdad, o soy muy inconsciente o no me resulta tan extraño que en aquella época donde se enfrentaron dos imperios muy potentes, algunos tuvieran que hacer una opción para un lado o para el otro. Fue la historia de la revolución cubana, con la que todos simpatizamos. Había dos opciones y optábamos. Es cierto que la realidad demostró que era mucho más complejo que eso, ¿no? Pero vuelvo a tu pregunta: me costó creerlo, pero tampoco me cambia la imagen de un intelectual de izquierda brillante como fue Vivián Trías.

"Veo que es un MEC donde la autonomía concedida constitucionalmente a los consejos de educación habría que revisarla. La autonomía terminó generando esto que te decía de una especie de divorcio entre las partes"

-Trabajó como almacenero durante 22 años en un negocio familiar. ¿Algo de esta experiencia le sirvió para la política? ¿El contacto directo con la gente, quizás?

-Sí, yo creo que sí, lo comunicacional. Estoy seguro que sí. Aparte desde gurí nos hacían trabajar a nosotros y me parece que estaba bien. Ayudar a la familia y en el campo ni hablemos, digo porque esto (del trabajo de menores) siempre está en cuestión... A mí no se me ocurre que en el campo los niños no den una mano. En aquella época había que apechugar, mi hermana tiene siete años más que yo y siempre ayudó. Y nosotros desde chicos lo hicimos. Como que esa fue la cultura del trabajo que nos enseñaron. La prioridad para mis viejos fue el estudio, que estudiáramos. Me bancaron la carrera.  Pero creo que lo que aplico en política es el contacto directo con la gente y también la docencia me fortaleció ese tema comunicacional.

-¿Eran tiempos de pobreza familiar?

-Pobreza no. Mucha escasez sí, cuando vivíamos en campaña, siempre lo justo, pero era normal. Y después cuando vivimos en Canelones siempre con lo justo. Ahora en casa mis gurises tienen refresco todos los días, cuando yo era niño era los fines de semana y un litro de cocacola -del almacén de casa- tenía que alcanzar para todos. Nunca nos faltó nada de lo necesario. Capaz que lo que está cambiando es que hoy son muchas más necesarias otras cosas. Pero yo no diría que tuve una infancia pobre, siempre tuve lo que precisábamos. Mis primeros cinco años de vida fueron sin luz eléctrica, en zona rural. Y cuando vinimos a la ciudad, vivíamos en el depósito del almacén, y la puerta de acceso era unas tiras de náilon y ahí pasabas para la casa. Pero nunca pasé frío ni hambre.

-Volvamos al presente: hace un par de semanas logró un acuerdo salarial con Adeom sin que le hagan ni un día de paro. ¿Cómo hizo?

-Hubo gente que se sentó a conversar desde el principio con la propuesta más avanzada posible desde el arranque. Como que en cierto momento el equipo -ahí no fui yo, sino la figura del secretario general y el prosecretario- entraron a ver qué es lo que teníamos para ofrecer. Y no se escondió casi nada de arranque. Digo "casi" porque equis cosa se podría haber ofrecido, pero mejor esperar, porque capaz que no te lo piden, te salen pidiendo otra cosa. Es aquello de poner (casi) todo arriba de la parrilla. El planteo inicial de Adeom era un 15% de aumento por encima del IPC. Imposible. Entonces, dijimos: pongamos todo lo que podemos ofrecer. Hubo buenas sugerencias del sindicato. Y se logró un vínculo con la dirigencia sindical muy franco. Muchas veces la metodología es empezar a acercarte y provocar el reclamo, o incluir en la vinculación el conflicto como un elemento de presión o admitir que eso por ser inevitable te obliga a vos a esconder la mitad del paquete. "Como vos igual me vas a armar lío, yo me guardo algunas cartas". No: acá fue bien distinto el planteo. Fue: "Tenemos esto", que era un propuesta compleja y larga. Y a su vez los dirigentes de Adeom bajaron aquella pretensión disparatada y pensaron en otras cosas posibles.

-Tiene fama de ser un buen negociador con los suyos y con los adversarios políticos. Acá se ve un caso. ¿Cómo adquirió esa habilidad?

-Yo descubrí con el tiempo que tengo una vocación republicana muy fuerte. Creo mucho en eso. Y creo mucho en la necesidad del otro. Dicho de otra forma, no muy tempranamente, pero sí a lo largo de mi experiencia militante, fui tomando distancia de aquel concepto del partido único. Y ahí tuvieron que ver mucho algunos referentes como el viejo, el Pepe (Mujica) es uno de ellos. La necesidad de articular con el otro, pero para eso tiene que existir el otro. Yo puedo partir de la base que el otro no existe, y es una forma de hacer política. Hay casos extremos como la eliminación del otro, como pueden darse en los regímenes totalitarios, o prescindir del otro, lo que implica la necesidad de obtener una mayoría necesaria, o cooptar al otro, para disminuirlo. Entendí con el tiempo que una república y una democracia fuerte es la que se apoya no en la alternancia -puede ser o no-, sino en la necesidad permanente de ese ping-pong de debate, contraste y confrontación. Si eso existe y existe de una manera no exclusivamente polarizada, sino lo más plural posible, podés conseguir mucho más cosas para la gente. Lo otro tiene patas cortas. ¿Qué es lo otro? Ponerme el balde, plantarme en la mía y darle hasta donde llegue. Incluso, cuando estás convencido que tenés la razón, tarde o temprano te aparecen otras razones que vos no tuviste en cuenta, y aquel que vos considerabas que estaba en las antípodas, capaz que no lo estaba tanto o capaz que tiene razones que vos no las ves. La clave de una democracia fuerte es la articulación permanente.

-¿Cómo ve la educación, su hábitat natural, por otra parte?

-La educación la veo como un escenario con demasiadas rispideces. Demasiadas. Yo viví la experiencia de la reforma de Rama, donde ya se instaló eso de ellos contra nosotros. Fue clarísimo. Hoy, cuando se discute de educación, se repite eso de estás conmigo o estás contra mí. Está difícil encontrar grises en la educación. O todo anda fenómeno, y no hay nada para arreglar, o es todo un desastre. Y yo creo que hay matices, hay grises, y hay cosas en que se ha avanzado y mucho. En Canelones ya van 70 Caifs -algunos dicen que eso no es educación-, pero la primera infancia es prioridad para este gobierno. O la universidad en el interior, que para mí es el desafío fundamental: que no se caiga, porque parece que salir de Montevideo fuera irse a la estepa.

-¿El debe, entonces, cuál es?

-Articular todos esos miembros desarmados, como que un brazo no sabe lo que hace el otro. Los consejos (Primaria, Secundaria, exUTU) para empezar, y en el nivel secundario como que desde hace tiempo debería haber una sola institucionalidad, que ha sido imposible: Secundaria para un lado, UTU por otro.

-Y definir quién manda: ¿Codicen o el MEC?

-Ah, el diseño institucional: por ahí pasa gran parte del desafío. Ah sí... yo veo que es un Ministerio  de Educación y Cultura donde la autonomía concedida legalmente, constitucionalmente, a los consejos de educación habría que revisarla. La autonomía terminó generando esto que te decía de una especie de divorcio entre las partes. Y ahí incluso tenés a la Udelar -creo se ha dado un paso gigante con la Utec-, ahora... En el debe también está eliminar algunos criterios corporativistas que tenemos. Es un tema nacional, no sólo de la educación. Pero como que hacemos barra y está difícil bajarse de eso.

 

""Fui más duro con el FA que con el compañero Raúl. Se le dijo: 'No pasó nada'. Creo que ahí no cuidás al compañero, al revés. (El Plenario del FA) no se pronunció, creo que está en un debe todavía"

-Fue llamativa su presencia en la presentación del Libro Abierto de EdUy21 en el salón de los Pasos Perdidos del Parlamento... ¿O debería decir que lo llamativo fue la ausencia de las autoridades de la educación?

-Lo segundo. Lo llamativo fueron las ausencias. A mí me invitaron y fui. ¿A dónde me invitarían y quizás no voy? Y... quizás si me invitan a algo que es de otro partido, o una cosa religiosa. Pero en algo sobre educación y en el Salón de los Pasos Perdidos, me invitaron y fui. Aparte fui docente. Me sorprendió de verdad, y se lo plantee a (l director general de Primaria, Héctor) Florit, que estaba ahí...

-¿Y qué le dijo?

-"No sé, capaz que viene alguno más... Yo vine", me dijo. Ahí me dí cuenta que estábamos corriendo un riesgo, que es volver a partidizar una política que tiene ser política de Estado. Me alegró que algunos de los planteos que se hicieron en esa presentación se reconocieran algunos avances de la educación en la actualidad, así como también me alegró ver frenteamplistas participando de eso.

-Pero el mujiquismo criticó al think-tank, diciendo que casi todo lo que proponían ya se estaba haciendo, y usted legitimó a EdUy21 con su presencia. ¿Es una estrategia separarse un poco de las voces unívocas de su sector? Porque puede ser un arma de doble filo...

-Confieso que yo pensé que ahí iba a haber un montón de legisladores de mi sector. De verdad. No llamé a nadie, ni pregunté quién iba a ir. Por supuesto pertenezco a un sector donde el pensamiento único está lejos. Y tampoco fue una opción estratégica.

-Pero reitero: antes hablábamos de la crítica a la seguridad y hay un ministro del MPP, ahora legitimó a EdUy21 y los que salieron a criticarlo y pegaron el faltazo fueron del MPP. ¿Hay una estrategia política de desmarcarse de otras figuras de su sector y hacer "la gran Amado"? Porque si es buscado: puede salir muy bien o puede salir mal.

-Ah, puede ser, sí, pero yo no saco cuentas. Y aparte me lo permite mi partido. Yo soy un hombre de partido: una vez que se resuelve algo como fuerza política, me encolumno detrás. Hablé con algunos compañeros después y me dijeron que todo eso (que se dijo en la presentación del Libro Abierto de EdUy21) ya se estaba planteando, eso me alegró, porque significa que tan lejos no están. Bravo sería que los planteos de EdUy21 estuvieran en las antípodas de lo que se está haciendo. Creo que arrancamos bien. La crítica que yo escuché y es de recibo es: eso ya se estaba planteando, pero hay un tema presupuestal atrás. Bueno, hay un punto de arranque. Pero digo: pertenezco a un sector donde se nos permite un grado de autonomía, pero por otro lado, yo no puedo olvidarme que soy intendente de Canelones y hay un departamento que visualiza la figura del intendente como un referente de lo canario. Acabo de firmar un acuerdo donde entre 10 y 11 predios le acabamos de asignar a la Anep para nuevos centros educativos. Yo soy socio de la Anep, nos llamamos con Wilson Netto y le digo: "Mirá que precisamos un liceo en tal lado" y lo resolvemos. Así como no sólo respeto sino que apoyo las autoridades de la enseñanza, también creo que cuando surgen propuestas de la sociedad civil como la de EdUy21, plurales, no está mal que se sepa que al intendente de este departamento le interesan esos temas.

-Algo similar también pasó cuando usted fue crítico con las actuaciones de Raúl Sendic. Lo curioso es que la 711 lo había apoyado a usted. Y Mujica tuvo a Sendic como delfín en algún momento.

-Yo creo que fui más duro con el Frente que con el compañero Raúl. Creo que el principal error fue no haber advertido a tiempo el error que estábamos cometiendo... no haber advertido a tiempo que no era el camino trasladar la responsabilidad afuera, cuando era de adentro. Si un compañero mío se equivoca, lo mejor que puedo hacer es ayudarlo a que se dé cuenta del error y seguir caminando.

-¿Qué es lo que se debió haber hecho antes, entonces?

-Cuando surgió aquel primer tema del título, algo menor, el Frente debió haberlo reconocido. No se reconoció el error y después el efecto bola de nieve es evidente. El Frente después fue resolviendo bien algunos aspectos, cuando el Tribunal de Conducta saca un veredicto. Ningún partido tiene eso, de verdad.

 -También es cierto que Sendic termina presentándose, sorpresivamente, ante el Plenario Nacional del FA y éste termina evitando una pronunciación, que finalmente no se tomó.

 -No se tomó. Y en algún momento hay que tomarla. Capaz que lo que correspondía en ese momento era aceptar la decisión del compañero, que no era menor, era inédita, y después tomarse un tiempo para procesarlo y resolver algo. Creo que estamos en un debe ahí todavía. Incluso hasta por respeto a los compañeros que están en el tribunal. 

 -Todo el episodio Sendic (es decir, desde el título de licenciado que nunca apareció, hasta el uso indebido de las tarjetas corporativas), ¿le puede pasar factura al FA en las elecciones del año que viene? Usted mismo dijo en su momento que por no lastimar a Sendic se hipotecó la credibilidad del partido, que -sabemos- es el gran capital de los políticos y los partidos. 

 -Le puede pasar factura, claro. Yo lo que digo es que se pretendió proteger a un compañero de la peor manera. Se le dijo: "No pasó nada". Creo que ahí no cuidás al compañero, al revés. Lo terminaste lastimando mucho más. Además del tema de la credibilidad. Y si puede significarle un revés al Frente, creo que es un elemento más, pero no creo que sea lo que termine de definir un voto. Es un elemento más. Incluso el proceso éste termina como corolario en que el propio compañero renuncia a un cargo de altísima responsabilidad, y fue votado por la gente. Fue una decisión inédita e inesperada la de su renuncia...

 

-Yo le diría que fue muy esperada mucho antes. Hasta hubo dirigentes frentistas que reclamaron su renuncia mucho antes, como Esteban Valenti...

" Mi corazón o mi sentir está más orientado a trabajar en Canelones que a un desafío nacional. Pero me ofrezco como un soldado más, como persona de partido que soy, para que se maneje mi nombre "

 

-Bueno, pero Valenti hace tiempo que no es oficialista y él mismo lo dice.

-El propio presidente Vázquez diciendo que él, en su lugar, hubiera renunciado, mucho antes...

-También estuvo su defensa cerrada con aquello del bullying, ¿no? A ver, sin dudas son cosas que mellan la confianza del propio frenteamplista. Afecta la credibilidad sí, en la medida que no resolvés bien las cosas o seguís diciendo gre gre, ahí aparece cierto descontento en la propia gente que confió o te votó. Nadie está vacunado contra algún tipo de desvío, y no hablo solo de corrupción, hablo que tiene que ver con ser creíble o no, ahí entra el tema de la ética. Es evidente que tres períodos de gobierno te afectan en el desgaste, sobre todo en algunos puntos donde no estuviste firme. Me preocupa, a partir de todo esto, que se afecte la confianza en las empresas públicas. Eso me preocupa, porque si ha habido motor de crecimiento y desarrollo de este país ha sido por las empresas públicas.

 

-¿Qué aspiraciones políticas tiene? 

 

-Seguir cinco años más en la Intendencia de Canelones.

 

-Sin embargo, el periodista Carlos Tapia de Qué Pasa de El País escuchó cómo usted le dijo al alcalde de Tala: "No lo descartes", cuando él le preguntó si se iba a tirar a presidente... ¿De qué depende su candidatura?

 -De cómo el Frente procese la articulación entre sectores a la hora de ir a una interna que tiene que ser muy movilizadora. De cara a una interna muy movilizadora, que creo que es lo que tiene que pasar, me ofrezco como un soldado más, como persona de partido que soy, para que se maneje mi nombre. Así como también creo que van a haber muchos más nombres que los que hasta ahora se han manejado, que hará que quizás no sea el mío el que aparezca con más fuerza en una interna.

 -Pero, si dependiera únicamente de usted, ¿se tiraría o prefiere pelear en las municipales para seguir como intendente?

 -Mi corazón o mi sentir está más orientado a trabajar en Canelones que a un desafío nacional. Lo digo más desde las tripas que del razonamiento. Pero creo que a todos los actores políticos nos gusta asumir responsabilidades mayores. Pero uno tiene que tener claro cuál es el momento y cuál es el escalón más adecuado para donde uno está plantado en la vida. Es muy positivo ir subiendo escalones, pero lo peor es subirte a un escalón que no es el tuyo, y ahí lo que tenés es un precipicio.

 -¿Qué es lo primero que hace al llegar a su casa, después de su jornada laboral en la intendencia?

 -Jugar con los gurises, a la hora que sea. Suelo llegar tipo a las 21, si tuviera que hacer un promedio. Son dos gemelos de 5, Victorio y Lucía. Juego a lo que venga, desde el fútbol en el garage, hasta dibujar o mirar dibujitos también. Me los conozco todos.

 -¿Es feliz?

 -Sí, sí. ¿Sabés qué pasa? Me costó mucho tener hijos, y llegaron los gemelos ya de grande, por fertilización in vitro. Esa es la felicidad más grande. Y sumale que tengo a mis padres vivos, mi viejo tiene 85 años y pensaba que no iba a ver más mundiales... ¿Sabés lo que estoy disfrutando este Mundial con él?