El temporal que azotó la ciudad brasileña de Río de Janeiro y su región metropolitana entre la noche del sábado y la madrugada del domingo provocó la muerte de por lo menos once personas e inundó decenas de calles, informaron las autoridades locales.
Entre las víctimas, hay un hombre fallecido por un deslizamiento de tierra y otros dos por descargas eléctricas, aunque la mayoría murieron ahogadas ante las crecidas de los ríos, según el Cuerpo de Bomberos del estado, que aseguró haber atendido cerca de 230 incidentes relacionados con las lluvias en las últimas 24 horas.
Asimismo, hay una mujer desaparecida después de la caída de su vehículo en el río Botas en la noche del sábado.
Aunque la lluvia remitió en la tarde del domingo, el alcalde de la segunda mayor ciudad del país, Eduardo Paes, decretó una situación de emergencia en el municipio y recomendó a los ciudadanos evitar desplazarse y quedarse en lugar seguro.
Las inundaciones que surgieron en varios puntos de la ciudad y zonas aledañas dejaron, además del ya mencionado saldo de fallecidos, algunas escenas curiosas que se viralizaron rápidamente
Por ejemplo, el sábado comenzaron a circular rumores que en la zona de Belford Roxo, en el norte de la ciudad, se habían avistado yacarés. Las versiones se confirmaron más tarde.
También en Bleford Rox, y sin miedo a los reptiles, un barbero se ganó el aplauso de los internautas luego de decidir que su dedicación profesional estaba por encima del nivel del agua.
Durante el anegamiento también se ganó su minuto de fama un intrépido repartidor, quien demostró a cabalidad el carácter insumergible de su “emprendedurismo”.
Mientras todo esto sucedía, los parroquianos de un bar también se hicieron virales luego de decidir que un poco de agua en el suelo no era motivo para dejar sus cervezas.
Finalmente, las aguas desatadas arrastraron hasta las tierras cariocas a una criatura mitológica pocas veces avistadas: la sirena de asfalto.