Volvieron del funeral de su hijo mayor y un auto atropelló y mató a la hija menor

El trágico accidente ocurrió en la tarde del pasado sábado en Queens, Nueva York. La familia McDonald acababa de regresar del velorio de Tysheem, su hijo de 18 años.

Tras el entierro, la familia se reunió en la casa del tío paterno del fallecido. Minutos después de llegar a la finca, la pequeña Domantea, de cuatro años, corrió repentinamente hacia la calle. Su madre intentó sujetarla, pero no lo logró, y la niña fue embestida en la calzada por una camioneta.

“Venía de enterrar a mi hijo, ella solo me vio un momento después de eso, no se suponía que dejaría el mundo así”, dijo con evidente congoja Michael McDonald, padre de ambos fallecidos, en declaraciones a The New York Post.

De acuerdo con el citado medio, la madre de la niña fue golpeada en una pierna por la camioneta que mató a su hija. El conductor del vehículo permaneció en el lugar y brindó asistencia. No se presentaron cargos contra él.

“Dos en un mes, duele”, dijo el tío de los hermanos muertos, Maurice McDonald.

Tras el atropellamiento, la niña sobrevivió algunos minutos.

“Todavía estaba consciente y se retorcía en el suelo, gritando por su madre”, dijo su padre, quien trató de sujetarla y mantenerla en calma hasta que llegaran los paramédicos.

“Dijeron que no había que moverla, así que la mantuve en el piso, tratando de calmarla. Sus ojos estaban muy abiertos. Estaba tratando de levantarse. La mantuvimos allí durante el tiempo que tardó en llegar el Departamento de Bomberos”, recordó el padre.

Cuando los bomberos llegaron al lugar, hicieron que todo el mundo se alejara. Uno de ellos la dio vuelta para ver si tenia hematomas, y ella gateó un poco hacia su madre. Luego murió allí, en el pavimento”, contó con dolor el progenitor.

La policía dijo que la niña sufrió “un traumatismo craneal grave y lesiones internas” y fue declarado muerta en un hospital de Long Island.

“Domantea tenía necesidades especiales porque era autista. Era el alma más maravillosa del mundo, la niña más maravillosa que alguien podría querer conocer”, prosiguió Michael, quien acusó de negligencia a los servicios de salud.

“Permitieron que ella se moviera”, dijo.

Su hijo mayor, Tysheem, fue asesinado a tiros el 7 de agosto, en un incidente que, según la policía, se enmarcaría en un conflicto entre pandillas.

“Tysheem vivía en las calles. Lo acepto. Ese era mi hijo. No pude decirle nada. Su madre no podía decírselo, sus tíos no podían decírselo. Quería ser él mismo a su manera”, dijo el padre.

“Pero él amaba a su hermana pequeña, y cuando ella lo veía iba hacia él. Domantea no acudía al llamado de nadie, pero cuando veía a su hermano, iba con él”, contó.