Por César Bianchi
@Chechobianchi
Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti
Virginia Cáceres (41) estuvo el fin de semana tomando mate en la rambla junto a su pareja. Aprovechó que vivía cerca y se fue con la matera a pasar las calurosas tardecitas del pasado sábado y domingo al aire libre en el paisaje más democrático de la capital: su extensa rambla. Confiesa que nadie la reconoció o, por lo menos, ninguna persona se acercó a saludarla, quizás por aquella manida timidez uruguaya. En cambio, subiendo de la rambla hacia su casa, paró en la pizzería Tasende de la Ciudad Vieja, y ahí sí. “Estuvimos intercambiando sobre algunas de las preocupaciones que tienen de Montevideo. Una pareja me saludó y me hablaron de la inundación de la calle La Paz, porque viven por esa zona, y que cada vez que llovía, les preocupaba eso”, contó la abogada, que es candidata a la Intendencia de Montevideo (IM) por el lema Coalición Republicana.
La anécdota es ilustrativa de cómo Cáceres asume esta etapa en su carrera política. Por estos días está dejando atrás su año y monedas al frente del Codicen para ser la candidata mujer que, elegida por el Partido Colorado, está en el abanico de la coalición opositora en Montevideo. Es curioso, pero ella se tiene fe para conquistar votos de gente “con una visión de izquierda” que crea —como ella— que el modelo frentista en la capital está agotado. Ella cree que hay (casi) unanimidad en la búsqueda de un Montevideo distinto, con mejores servicios a los contribuyentes. Y, para ello, se ve como una buena opción: mujer, joven, feminista y batllista, algo que ella no emparenta con la izquierda, pero sí con la “socialdemocracia”.
En esta charla en la Casa del Partido Colorado, rodeada de cuadros y fotos de Batlle y Ordóñez, Jorge Batlle, Julio Sanguinetti y otros próceres de la colectividad, Cáceres se mostró crítica con la IM por su “falta de planificación” (dice que el sistema de ciclovías es un ejemplo de eso, dado que al día de hoy no se puede medir su impacto), por la limpieza sin solución a la vista (se queja por la falta de papeleras en la ciudad) o una movilidad que está lejos de satisfacer a alguien. Para ese último punto, propone apostar al Tren Tram, revitalizar la vieja Estación Central y sumar más buses eléctricos a la flota de unidades.
Abogada de familia, luego te especializaste en género, con una maestría en Políticas Públicas en la Universidad Austral. ¿De qué forma te ha servido toda esta formación académica a la hora de volcarla en la política?
La tesis del máster la entregué, la aprobé y me entregaron el título el 24 de mayo. Mirá, yo creo en los políticos y en los partidos políticos. No creo en la tecnocracia.
No renegás de “la casta”…
No, no, no, no. Creo en los partidos políticos. Es verdad que en estos últimos tiempos cada vez es más necesario que los políticos tengan una formación, porque eso te ayuda a generar mejores políticas públicas. Entonces, sí me parece que es un componente fundamental la formación, pero sin desprestigiar o sin dejar de lado lo que es la función y el rol de un político. Creo que la combinación de ambas cosas es lo que hace que uno cuente con mejores herramientas a la hora de gestionar.
Te considerás feminista. Te consta que muchas dirigentes de izquierda entienden que el feminismo es de izquierda, que no se puede ser feminista y no ser de izquierda. ¿Compartís?
No, no comparto esa mirada. Me parece que eso es una apropiación que se quiere hacer, de una corriente que es muy amplia y que en su concepción y en su base tiene expresiones de distinta naturaleza, desde el feminismo más radical hasta el feminismo liberal y en algunos momentos hasta con expresiones de feminismo de mujeres católicas o protestantes. Justamente, el valor que tiene esa corriente teórica es su diversidad y su pluralidad, así que no solamente que no lo comparto, sino que además no tiene una base ni se sustenta en los hechos históricos de la corriente feminista.
El gobierno asumió una reforma educativa a la que llamó “transformación educativa”. ¿Cuánto se transformó, de hecho?
Yo creo que se transformó mucho. Lo que pasa es que la transformación que se hizo fue una transformación desde abajo. Desde las raíces se transformaron todos los documentos, se cambió a un sistema educativo por competencias, y todo eso es muy difícil de visualizar al principio. Va a llevar un tiempo para que se vea el cambio. Entonces, es más difícil explicarlo. Pero sí creo que fue un cambio profundo. Fijate que se cambiaron todos los documentos, se cambió el marco curricular nacional pasando a competencias, se cambiaron todos los programas, se cambiaron todos los planes de todos los ciclos educativos, se generó un plan único y con una coherencia a partir de los 4 años y el ciclo básico, hasta noveno ahora. Hubo un cambio muy importante. Creo que es difícil de visualizarlo en los primeros años.
En diciembre de 2023 te pregunté para este espacio qué pretendías lograr en ANEP para febrero de 2025, cuando terminara tu mandato. Me contestaste: “Implementar la transformación, es decir, terminar de implementar y de diseñar los documentos que faltan. Y mejorar la gestión en todo lo que se pueda. Hay varios proyectos que tienen que ver con eso”. ¿Lo lograste?
Sí, lo logré. Terminamos todo el proceso de diseño de la transformación educativa y además llevamos todo un año de implementación (un año mientras que yo estuve, más el año anterior de la implementación), que se hizo bien, se trabajó mucho en equipo. La verdad que lo hicimos aprendiendo de las dificultades que habían existido el año anterior. Las pudimos tomar como referencia y modificar, ir cambiando algunos aspectos que tenían que ver con cuestiones más operativas y que hacían la diferencia.
En ese punto me parece que cumplimos y dejamos todo el proceso pronto, ahora ya en los últimos dos años de implementación. Pero también avanzamos en esto de los procesos que te decía: hicimos el proceso de inscripción web. La verdad es que cuando las cosas suceden y se hacen bien, pasan desapercibidas, pero fue un cambio muy importante de un reclamo que se venía haciendo hace muchísimo tiempo. Todos los años teníamos titulares en los diarios y móviles de los canales con las colas inmensas en la puerta de las escuelas para poder inscribir a los chiquilines, y eso no sucedió.

“Me parece que cumplimos y dejamos todo el proceso de transformación educativa pronto. También hicimos el proceso de inscripción web. La verdad es que cuando las cosas suceden y se hacen bien, pasan desapercibidas, pero fue un cambio importante”
Es un proceso que lo hicimos y que funcionó muy bien; las familias se adaptaron rápidamente. Por supuesto que, como en todas las políticas que se inician, tiene que tener mejoras, pero en lo sustancial salió muy bien y fue una gran apuesta que hicimos.
Y, por otro lado, yo me llevo en lo personal algo que tal vez no estaba dentro de la planificación que yo había hecho cuando asumí, pero que terminó haciéndose. A partir del plan de convivencia, hablo de todo el tema de la participación de los estudiantes, que fue de las cosas que más disfruté en el Encuentro Nacional de Estudiantes que hicimos, con los estudiantes del Parlamento Juvenil del Mercosur que trabajaron en el diseño y después en la implementación del plan de convivencia. Trabajaron en un montón de documentos con el modelo de Naciones Unidas. Eso me generó muchas instancias de diálogo directo con los chiquilines. Y me parece que es por ahí que el sistema tiene que seguir caminando, con una participación mucho más activa. Siento que hubo un ida y vuelta con los chiquilines que a mí me enriqueció mucho y que me lo llevo como un aprendizaje.
¿Temés que la reforma o transformación educativa pueda quedar trunca con el nuevo gobierno del Frente Amplio [FA]?
No, yo creo que no. Después de las declaraciones públicas que se hicieron con respecto a que no venían con ánimo refundacional y que este año iba a funcionar todo como estaba, eso generó mucha tranquilidad para los docentes que participaron de todo el proceso y que dedicaron tantas horas de su tiempo para armar todos los documentos. Así que yo me remito a lo que dijeron las nuevas autoridades designadas.
¿Por qué aceptar la candidatura a la IM por el Partido Colorado y la Coalición Republicana? ¿De qué forma entendés que podés sumar?
Mirá, en lo personal me pasa que yo milito en el partido desde que tengo 15 años. Desde que me vine para acá empecé a militar y no paré. Y la verdad es que me encanta la militancia política, me encanta el rol que tienen los partidos políticos en la construcción democrática, en la construcción de país. Y después de haber dedicado tantos años y de formarme acá adentro, de creer en esto como un proyecto, que tu partido piense que tu nombre puede ser el que lidere un proceso de elección, en este caso departamental… es imposible decir que no. Primero que lo siento como un honor, como una distinción que me hace el partido al darme esta posibilidad.
Y segundo, si militaste toda la vida, es para estas cosas, es para que todo lo que aprendiste, todo lo que trabajaste, ponerlo en evidencia. Y así lo vivo. Lo vivo como un orgullo, como un honor y como un desafío, obviamente. Creo que mi candidatura aporta tanto a la interna del partido como para el afuera. Tiene que ver con una mirada de renovación, con un aire nuevo de alguien que viene de la política. No es un aire nuevo de alguien que viene de afuera como outsider, no... Es alguien que se formó acá adentro, que forma parte de las estructuras, que cree en los partidos políticos y que como proceso natural de todos esos años hoy tiene la posibilidad de liderar un proceso. Y a mí me parece que eso es muy valioso para el sistema político en general.
El FA es gobierno en Montevideo desde hace 36 años. El senador blanco Sebastián Da Silva ha dicho que los montevideanos “viven en la mugre” y “nadan en la mierda” y, aun así, siguen votando al FA. ¿Tiene razón?
A ver... Claramente la ciudad no está como nosotros queremos. No importa a quién hayas votado a nivel nacional, no nos gusta cómo está la ciudad. En eso creo que ahí tenemos un punto de encuentro, más allá de las opciones político-partidarias a nivel nacional que se tengan, o inclusive a nivel departamental. Hemos llegado a un punto en el que no nos gusta cómo funciona el servicio de transporte público, cómo está el tránsito, cómo está la limpieza de la ciudad. No nos gusta. Eso es un punto de acuerdo que tenemos.
¿Por qué los montevideanos siguen eligiendo un proyecto político que entiendo está agotado o se ha agotado? Bueno, creo que hay que ser bastante amplio en tratar de construir esa respuesta, porque ahí hay una cuota de responsabilidad también de los partidos tradicionales, que no hemos logrado sostener a lo largo de los años un proyecto departamental que motive a los montevideanos y que los convenza. Porque, en definitiva, nosotros lo que le estamos diciendo a la gente cuando empieza una campaña electoral, lo que le estamos pidiendo a la gente es: “Depositá tu voto y confiá en este proyecto para cambiar la ciudad”.
Evidentemente no estamos logrando llegarle a la gente de Montevideo de la manera idónea como para que tenga las ganas y la voluntad de apostar a un cambio. Creo que ahí hay una cuota de responsabilidad de quienes estamos ofreciendo una posibilidad de cambio. Y ahí es a donde nosotros vamos a apuntar. Yo creo que, después de tantos años que uno elige algo, es muy difícil elegir otra cosa. Es aquello de “más vale malo conocido que bueno por conocer”. A la gente le cuesta generar ese cambio porque es apostar a algo distinto, algo nuevo, algo que no conocés y que hace muchos años que no forma parte de lo estable.
La obligación, la responsabilidad y el desafío que tenemos nosotros es de salir a convencer a los montevideanos de que si queremos cambiar la ciudad —estoy segura de que ahí nos encontramos todos, todos queremos una ciudad con cosas distintas y con una ciudad más limpia y con mejor servicio de transporte público—, hay que cambiar de proyecto político.
¿Y qué te hace pensar que esta vez sí se le puede ganar a los candidatos frentistas?
Y porque creo que, en estos últimos años, sobre todo de 20 años para acá, a la ciudad le falta planificación. Montevideo se ha transformado, ha ido como en una bajada de falta de planificación, de que cada administración que viene le pone su impronta y cada vez más los problemas más básicos como la limpieza y el transporte, en una ciudad que no tiene grandes cambios en infraestructura, que no tiene grandes apuestas a la modernidad y a la gestión, empiezan a notarse más.
El tema de la basura no es un tema que lo haya puesto el sistema político sobre la mesa, sino que lo puso la ciudadanía como la principal preocupación en el marco de esta campaña. Entonces, cuando el proyecto político se agota, hay que motivar a la gente para que haga ese cambio, en una ciudad en donde en los últimos años no existieron cambios significativos que acompañen el crecimiento de la ciudad. El sistema de recolección de residuos está a tope, hay que modificarlo, ya no da para más.

“Claramente la ciudad no está como nosotros queremos. Hemos llegado a un punto en el que no nos gusta cómo funciona el servicio de transporte público, cómo está el tránsito, cómo está la limpieza de la ciudad. No nos gusta”
La ciudad está sucia. Las veredas están rotas. El sistema de movilidad de la ciudad es un caos. El sistema de transporte público no funciona bien. El colector: ahora nos enteramos por una nota de prensa que, aparentemente, el colector tiene cinco años de vida útil y que va a haber que hacer una obra nueva con lo que significa una obra de esa magnitud. Creo que hay un cúmulo de situaciones que se vienen dando desde hace unos cuantos años y que la gente está como en un momento en el que… Creo que hay una posibilidad más clara de motivarlos y de incentivarlos con este proyecto.
Está claro que la prioridad de la gestión de la IM hoy es mejorar la limpieza del departamento. Entrevisté a Mario Bergara en Buscadores y a Salvador Schelotto y a Verónica Piñeiro para este espacio y todos tienen un plan para mejorar el sistema de recolección de residuos. ¿Cuál es el tuyo?
A mí me parece bárbaro que los candidatos del Frente Amplio tengan un plan para mejorarlo. Estaría buenísimo que, sobre todo, los que estuvieron en la gestión, lo empiecen a implementar, porque es una situación que ya no da para más. Escucho propuestas que hablan de la cantidad de consumo, que los montevideanos consumimos más, que hay un cambio cultural que hay que hacer. Pero yo no escucho propuestas que vengan desde la gestión administrativa de la Intendencia de decir: “Bueno, sí, consumimos más, hay que hacer esto”. O “necesitamos involucrar a los ciudadanos en un cambio cultural”. Para eso tienen que volver las papeleras, porque sacar las papeleras no va en el sentido de generar un cambio cultural.
Hoy tenés que caminar por todo Montevideo y no tenés dónde tirar un papel, porque en algún momento, desde la gestión departamental, alguien entendió que simplemente el hecho de retirar las papeleras de la ciudad iba a generar un cambio de paradigma, que la gente iba a empezar a ser más limpia y no iba a tirar las cosas en la calle. Se iba a meter la cáscara de banana que comió en su cartera y se la iba a llevar a su casa o la iba a tener allí hasta cuando saliera de trabajar a las siete de la tarde.
Esos son cambios que no van en un sentido lógico de querer generar un cambio cultural. Yo estoy de acuerdo en que hay que involucrar a la gente en mantener limpia la ciudad. Pero para eso hay que generar acciones que vayan en esa línea, no en la contraria.
Nosotros tenemos una propuesta que tiene que ver con la descentralización territorial. Hoy Montevideo tiene un único sistema de recolección de residuos, salvo una excepción, que es una propuesta nueva que se está haciendo en Santiago Vázquez, que son los contenedores intradomiciliarios. El resto de Montevideo tiene el mismo sistema de recolección, lo único que varía es en la cantidad de veces que pasan los camiones a recolectar y limpiar los contenedores. En un departamento absolutamente dispar como es Montevideo, no podemos tener un único sistema de recolección de residuos. Para eso hay que generar un mayor nivel de descentralización a través de los municipios. Los municipios hoy se han convertido en el espacio de cercanía de los vecinos. El vecino tiene un problema y va al municipio para que se lo solucionen.
Hay municipios que trabajan muy bien, pero es poco lo que pueden hacer porque los niveles de competencias que tienen son muy cortitos. Entonces, realmente les pueden solucionar poco a los vecinos, no porque no quieran, sino porque no lo pueden hacer. ¿Qué mejor que la gente que está en el municipio y que conoce su territorio para definir cuál es el mejor sistema de recolección de residuos? Creo que tanto el diseño como la ejecución tienen que depender del sistema de los municipios y de las alcaldías. A partir de allí, diseñarse. Y eso va a significar que Montevideo va a tener distintos tipos de recolección de residuos. En algunas zonas de Montevideo se puede ir por los contenedores intradomiciliarios. En otras zonas se tendrá que tener contenedores dentro de los edificios. Y en otras zonas pasará el camión a recolectar por las casas como se hacía antiguamente.
Pero lo importante es tener la capacidad de que cada territorio, cada zona de Montevideo, pueda definir en base a la densidad poblacional que tiene, a la cantidad de habitantes que tiene, a cómo circulan esos habitantes de la zona. Los municipios decidirán cuál es el mejor sistema de residuos para su zona. Por supuesto, la IM tendrá una rectoría, porque es la que se tiene que encargar de controlar que efectivamente se lleve a cabo el sistema de recolección, cómo se dispone, y además brindar los recursos técnicos y humanos para que se pueda llevar adelante el proceso que se define.
Todos ellos señalan que la realidad actual sería distinta si la Junta Departamental no hubiera bloqueado el préstamo del BID para la limpieza de la ciudad...
A mí me suena a una excusa. La verdad es que me suena a excusa absoluta. Ustedes se acordarán que primero había un préstamo que tenía que ver con saneamiento y con limpieza. Ese préstamo no salió y se rediseñó, y terminó saliendo un préstamo para el BID que era 100% saneamiento, que se aprobó. Y después terminó haciéndose un fideicomiso, que también se aprobó, que era para la compra de contenedores. Unos contenedores maravillosos, antivandálicos, que iban a permitir que no existiera más basura en el entorno de los contenedores. Los compraron, los pusieron, y al otro día la tapa de atrás se levantaba, no eran antivandálicos, funcionaban igual que el resto de los contenedores. La única diferencia es que en la parte de adelante tenías un cuadradito para poder meter la basura, pero del otro lado se levanta la tapa y funcionan igual que cualquier otro. Entonces, no se generó ningún cambio, ningún impacto, ningún nada.
¡La responsabilidad siempre es de otro! Nunca la intendencia asume una cuota parte de la responsabilidad que tienen como gestores hace 36 años. Y en estos últimos cinco años no asumen la responsabilidad de decir: “Bueno, le erramos, la planificación no estuvo bien, el sistema que estamos utilizando no es bueno”. Siempre la culpa es de otro. Entonces, me parece que los préstamos salieron igual, tanto el de saneamiento como el otro para la compra de contenedores, y no dieron los resultados que se esperaban. La culpa no es de la Junta, es de quien está planificando la intendencia que no logra generar un cambio.
¿Cuáles son tus propuestas para mejorar la movilidad? Muchos usuarios son críticos con el hacinado y caro sistema de transporte capitalino, sostienen que los buses no llegan en hora y no dan ganas de usarlo…
Y como no dan ganas de usarlo, la gente cada vez elige más usar sus autos particulares, tanto motos como autos, para movilizarse por la ciudad. Eso ha hecho que el sistema esté absolutamente colapsado. Y como decíamos al principio: sin un crecimiento o una apuesta a la infraestructura que ayude a mejorar eso, es imposible. Nosotros creemos que hay que ampliar el sistema de transporte público a otras modalidades, y para eso hay que empezar a dar los primeros pasos para que se materialice el tren que une Montevideo con El Pinar.

“Me parece bárbaro que los candidatos del FA tengan un plan para mejorar el sistema de recolección. Estaría buenísimo que, sobre todo, los que estuvieron en la gestión, lo empiecen a implementar, porque ya no da para más”
Hablo del Tren-Tram. El Tren-Tram tiene una financiación que es por privados y que se financia toda de esa manera, lo cual le facilitaría a la IM en cómo encarar el proyecto, lo cual no quiere decir que no tengan que estar sentados en la mesa todos los que forman parte de esto, que obviamente son las dos intendencias (Montevideo y Canelones), pero también el gobierno nacional, las empresas de transporte colectivo y, por supuesto, la empresa que va a llevar adelante la propuesta. Esto va a hacer que tengamos un medio de transporte nuevo, distinto, que tenga menores costos, que sea más rápido, pero también que empiece a generar un poco de competencia en lo que tiene que ver con el sistema de transporte público.
Además, va a terminar mejorando cómo funcionan los ómnibus en el departamento por una cuestión lógica: que cuando tenés opciones dentro del sistema de transporte público, la competencia hace que esto mejore. Entonces, el tren, por un lado, pero también hay que apostar a la conectividad para el otro lado, con Canelones, con Montevideo, con La Paz y Las Piedras. Y ahí nosotros tenemos las vías del Ferrocarril Central, que ya está todo dispuesto, está todo pronto, están allí, son nuevas. Está toda la infraestructura a disposición. Hay que generar un tren de pasajeros que una Montevideo con La Paz y Las Piedras para generar una mejor movilidad para ese lado de Montevideo, que también tiene un flujo de personas muy importante.
Y en la propuesta que nosotros vamos a hacer, eso va acompañado con la reestructura y la puesta en funcionamiento de la vieja Estación Central. ¿Cuánto hace que escuchamos hablar en Montevideo de por qué no tenemos un subte, por qué no tenemos un tren? Hay 20 millones de propuestas, y nunca prosperó ninguna. Lo de la Estación Central también: 20 millones de propuestas, nunca prosperó ninguna. Dentro de los equipos técnicos hay dos arquitectos que están ayudándonos a armar la propuesta. Ellos mismos fueron de los que se presentaron a las propuestas e hicieron unas maquetas divinas, un proyecto de cómo generar ahí una plataforma. No nos podemos dar el lujo de tener en Montevideo un espacio de la calidad histórica que tiene la Estación Central en el estado que está.
Hay que darle vida de alguna manera. Nosotros vamos a proponer que eso se transforme en una estación multimodal, correr la estación de trenes para ahí y que además funcione una estación de ómnibus. Pero, además, por supuesto, con los privados, generar espacios de arte, salas de teatro, salas de cine, generar un espacio allí que sea como un punto de referencia para la ciudad, con museos, con arte, con tecnología y también con las estaciones de trenes y de ómnibus.
Y avanzar en lo que tiene que ver con el sistema de transporte público que tenemos hoy actualmente, el de ómnibus. Hay que seguir avanzando en el cambio de la flota para un sistema eléctrico, que eso es fundamental.
Las ciclovías que implementó Carolina Cosse ¿fueron buena cosa?
Yo creo que la ciclovía es el emblema de la falta de planificación a la que yo me refiero. Ninguna ciudad moderna y sustentable puede darse el lujo de no tener una ciclovía. Obviamente que tenemos que tener una ciclovía que invite y facilite el uso de ese medio de transporte, de la bici y del monopatín y de todos los medios que hay ahora de esa categoría.
Ahora, yo hoy te puedo decir lo que intuyo de lo que veo en la ciclovía. Estaría buenísimo tener datos concretos, tener datos efectivos. No los hay. Lo que hay en la página web de la Intendencia es un contador, una cámara que marca por la ciclovía de 18 de Julio, la cantidad de bicicletas que pasan por hora en el punto en donde está puesta la cámara. No tenés una referencia de cómo funcionaba antes. De la ciclovía de la rambla no hay ninguna medición, por lo menos en la página de la IM no surge ninguna, está solo la 18 de Julio, que lo que te hace es eso, es medir la cantidad de bicicletas.
Ya llevamos dos años de ciclovía, y no hay comparativo que nos muestre un crecimiento exponencial del uso de bicicletas. Tampoco sabemos si la gente la usa como una distracción cuando termina su horario de trabajo y decide salir a andar en bicicleta, si la usan como un medio de transporte para ir a trabajar, si eso ha impactado o no, si tenemos más o menos accidentes de tránsito, que es algo que se ha puesto sobre la mesa, si ha mejorado la movilidad en Montevideo, si ha bajado el uso de medios de transporte personales como autos o motos. Todos esos datos ayudan a medir el impacto de una política, y no los tenemos. Tenemos el dato duro de cuántas bicis pasan por ahí, que no aporta a la construcción de una política pública, o de medir la política pública.
Creo que las ciclovías hay que pensarlas en el marco de la planificación de la movilidad de toda la ciudad, no pensando: “Yo la quiero poner en 18 de Julio”. O la de la rambla. Yo ayer estuve en la rambla tomando mate hasta tarde, y vos mirás y la verdad es que... achica todo. De las percepciones que surgen es que te saca un carril entero entre la ciclovía y los autos estacionados. La rambla te queda con dos carriles solamente. Cuando del otro lado de la rambla tenés una cantidad de espacio que podrías haber hecho perfectamente una ciclovía del otro lado que no complicaba la circulación vehicular.
Además, casi que no la usa la gente, porque los niños que andan por la rambla en patines o en bicis andan sobre la rambla, porque es mucho más seguro, entonces casi que no ves circular bicicletas por ahí.
El candidato blanco a la IM por la Coalición, Martín Lema, dijo que cerraría TV Ciudad y Casinos Municipales, para “ordenar las prioridades”. ¿Compartís su idea de cerrar TV Ciudad y Casinos?
Yo lo dije en la primera ronda de prensa que me hicieron, cuando me preguntaron si iba a cerrar TV Ciudad y dije que no, porque a priori no hay en ninguna de nuestras propuestas una mirada de cerrar ninguna de las dependencias de la Intendencia. Me parece que TV Ciudad, particularmente, es un canal que hace un aporte a la cultura y a la educación. Lo que sí creo es que hay que trabajar para que realmente sea un canal como había sido hasta ahora: plural, y que tuviera como objetivo transmitir la vida de la ciudad, del departamento.

“¡La responsabilidad siempre es de otro! Nunca la intendencia asume una cuota parte de la responsabilidad que tienen como gestores hace 36 años. Y en estos últimos cinco años no asumen la responsabilidad de decir: ‘Bueno, le erramos’”.
Lo que no puede pasar es lo que ha pasado en los últimos años, no dicho por mí, sino dicho por periodistas que han trabajado ahí: que hubo bajadas de línea, políticas institucionales de cómo se tenía que trabajar en el canal o de cuál era la mirada política que tenía que tener el canal. Eso no puede suceder.
Creo que hay programas que están muy interesantes, que están relacionados con la ciencia, que me parece que son muy buenos. Creo que hay que transitar por dos caminos. Primero, que TV Ciudad pueda empezar a tener publicidad privada y que eso suba al financiamiento. Y para eso, en todo el departamento hay que empezar a mostrar un poco más la vida del departamento. Hay un montón de clubes sociales, de clubes de baby fútbol en los distintos barrios que hacen un montón de cosas por los barrios. Bueno, hay que empezar a mostrar eso, a aprovechar ese canal.
¿Y te consta que eso no está pasando? ¿Ves TV Ciudad?
Sí, lo veo. Veo sobre todo los programas periodísticos. El lado B lo miro, y el informativo también. Hay que empezar a generar eso como enganche para conseguir publicidad, en el caso de que se habilite la publicidad, que me parece que es algo que hay que hacer.
Y después también el cargo de director técnico del canal, que tal vez es lo que ha generado más polémica en estos últimos años. Que no sea un cargo de asignación directa de confianza del intendente, sino que sea a través de un concurso, que tenga formación y trayectoria en el ámbito y que eso permite de alguna manera proteger esto de que no se transforme en proselitismo político.
“Me siento capaz de captar el voto de quien votó al FA, de conectar con otra sensibilidad”, dijiste en entrevista con El País. ¿Por qué un frentista, que además tiene la opción de una mujer frentista (Verónica Piñeiro), te votaría a ti?
Yo lo que digo es que hay algunas personas que tienen una visión de izquierda, digamos, más que sentirse frentistas. Y que sienten que este proyecto político que está gobernando la Intendencia se agotó, que no se sienten identificados, que no se sienten motivados y que quieren un cambio. Bueno, en ese marco creo que puedo generar que esas personas depositen su confianza en este proyecto.
Pero si son de izquierda, ¿por qué votarían a una candidata del Partido Colorado?
Yo me defino como una mujer colorada y batllista.
Entonces entendés —como mucha gente— que el batllismo es de izquierda.
El batllismo es batllismo. El batllismo es socialdemocracia. Y yo me considero una mujer batllista. Y desde ese lugar creo que puedo captar mejor ese voto.
Si tú resultaras electa intendenta de Montevideo, sería un batacazo político. ¿Qué te hace creer que es posible?
Yo creo que es posible por varias cosas. Primero, por el estado general, el clima que se vive en Montevideo. Esto de una necesidad de cambio. Esa voluntad de cambio que hay, donde coincidimos todos en que queremos una ciudad distinta. Y segundo, porque creo que, más allá de mi candidatura, hay un equipo de personas que tienen mucha experiencia en la gestión, que están trabajando para este proyecto, que son los equipos técnicos. Hay un montón de personas que vienen trabajando hace cinco años a través del “gabinete en las sombras”, y que tienen mucha experiencia porque han trabajado inclusive en el gobierno departamental, y que tienen muchas ganas de cambiar la ciudad.

Creo que esa fuerza, ese creer que este proyecto vale la pena, que estamos dispuestos a salir a contarlo y que realmente tenemos unas ganas tremendas de hacer cosas porque vemos que hay muchas posibilidades de cambio, de cambiar la ciudad. Esa convicción que tenemos a la hora de proponer las propuestas y de salir a contarle a la gente va a convencer a las personas de que nos depositen esa confianza para el cambio.
¿Qué será de tu futuro laboral si no resultás elegida intendenta?
La verdad es que en este momento no lo estoy pensando, porque estoy realmente 100% metida en la campaña. No es algo que me preocupe. Yo tengo mi profesión, así que seguramente tendré opciones para trabajar. Tengo proyectos personales y profesionales que están ahí en un cajón, esperando su momento.
¿Sos feliz?
Sí, soy feliz.
Por César Bianchi
@Chechobianchi
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