Por César Bianchi
@Chechobianchi
Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti
Polemista por excelencia, la escritora Mercedes Vigil (64) no se queda en tópicos como la escritura, las novelas históricas o su condición de best seller sin proponérselo, luego de años de escribir malos cuentos y mediocres poesías. Le gusta opinar de política, es una feroz crítica de la izquierda y se reconoce en esta entrevista de “centroderecha y conservadora”.
La excusa fue hablar de El lugar vacío (Penguin Random House), la última de una veintena de novelas en su curriculum, que tiene una trama de espionaje, tráfico ilegal de petróleo en Medio Oriente, un romance lésbico y un choque de visiones geopolíticas, con Yemen de fondo.
Después, en el mismo sofá donde la entrevisté en 2018 para este mismo espacio, Vigil se hizo tiempo para opinar sobre su forma de ver la política uruguaya. Una noticia también fue el trampolín para esta charla: ella y un grupo de notables reunidos en el llamado Foro de Montevideo -un think tank de “liberales”, que creen en la mínima expresión del Estado- firmaron una carta enviada al presidente Luis Lacalle Pou donde le piden que libere a los presos en Domingo Arena. Allí “hay algo más que un montón de viejos soldados, allí estamos presos todos, está presa nuestra democracia, detrás de las rejas del pasado está preso el futuro. Libérelos y libérenos, señor presidente, y cierre de una vez la fractura", dice la misiva que concluye con el hashtag #TodosEstamosPresosEnDomingoArena.
La novelista estima que en Uruguay no se respetan los plebiscitos, las leyes y la Constitución, y eso la hace sentirse “insegura” en su propio país. Además, critica la Marcha de la Diversidad, al colectivo LGTBI+ y al “feminismo radical” y dice que lejos de haber un patriarcado, en Uruguay manda un “matriarcado”, porque las leyes benefician a las mujeres.
Y dice que se siente tan ignorada en este gobierno por el Ministerio de Cultura y el canal 5 como en las pasadas administraciones frentistas. “No ha cambiado. Sigue la misma inercia. Yo lo voy a llamar por el nombre que tienen: son intelectuales orgánicos. En el Ministerio de Educación yo no he visto ningún cambio”, dice, ya que salvo el ministro Da Silveira, “los demás son agentes culturales de izquierda”.
"Hace 10 años escribí un cuento sobre Yemen. Cuando después de nueve años abrí el archivo, Yemen era otro: habían pasado cuatro emiratos, había nacido Al Qaeda en la península arábiga (AQPA). ¡Era otro Yemen!"
-¿Cuándo se dio cuenta que quería ser escritora?
-Yo vengo de una familia de escritores. Abogados, pero escritores. Yo no recuerdo cuando empecé a escribir, pero hace poco tuvimos reuniones con compañeras del colegio y una de ellas recordaba que yo, con 11 años, me sentaba en el patio y les leía poemas. Durante mis embarazos empecé a escribir más, pero escribía cuentos cortos (horrible), poesía (horrible), pero es que yo nunca creí que me iba a dedicar a esto. Cristina Apratto trabajaba en Fin de Siglo y le daba clases a mi hija en casa, que estaba con mononucleosis. Un día le comentó al director de la editorial, Edmundo Canalda, que había una señora en Punta Carretas que escribía y tenía varios manuscritos en la biblioteca. Y Edmundo me llamó. Yo le dije que no le iba a interesar a nadie, que yo escribía porque me gustaba nomás. Él me insistió y un día le llevé un manuscrito. Lo leyó, me llamó y me dijo: “Este va a ser el libro del año 2000”. Y efectivamente lo fue, era Una mujer inconveniente.
Veinte años después sigo escribiendo pensando que a la gente no le va a interesar lo que yo escribo. ¿Sabés por qué? Porque un día sueño con una gitana o con el cuadro de Clara García de Zúñiga, y me pongo a escribir, totalmente distraída del impacto que pueda tener o no.
-¿Puede vivir de sus libros?
-No. Yo nunca viví de mi trabajo de escritora. Pero depende el concepto que tengas de “vivir”. Yo he tenido tres hijas en universidades privadas al mismo tiempo, y he viajado mucho. En ciertos momentos, y sobre todo desde el extranjero, me han entrado miles de euros. He tenido ingresos importantes por los libros.
-¿Cómo nace la idea de escribir El Lugar Vacío, una novela centrada en el Medio Oriente, un viaje tras el origen de la Piedra Negra del Islam, el tráfico ilegal de petróleo, espionaje, contrabando, secuestros, con toda la tensión entre Occidente y Oriente?
-Yo hace 10 años fui a Yemen. En aquel momento hubo uno de los tantos golpes de Estado en Yemen y se dio una escisión. Cuando volví, escribí un cuento, y lo guardé. Hace un par de años me escribió una agencia norteamericana preguntando si yo tenía algo como para empezar a negociar una serie o un soporte audiovisual. Yo le dije que no, y después me acordé de este cuento. Cuando abrí el archivo, hacía 9 años que no lo tocaba. Y jugando me puse a desarrollarlo y transformarlo en una novela de 30 capítulos, que pudiera ser (o no) una serie. No sé cuál será el destino.
Pero cuando después de nueve años abrí el archivo de aquel cuento inicial, Yemen era otro: habían pasado cuatro emiratos, había nacido Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), donde hoy tiene su base. ¡Era otro Yemen! Fijate que en 2014 y 2015 hubo avances enormes de Al Qaeda, se formó la Liga Árabe con base en Arabia Saudí. Fue una aventura, el primer año de la pandemia vi y leí todo lo que había pasado en estos 10 años en ese lugar del mundo al que Occidente no le da bolilla.
-¿Qué países del Medio Oriente recorrió para escribir El lugar vacío?
-Yo conozco mucho Egipto, lo visité varias veces. Cuando fui por primera vez había mandado un mail al Supremo Consejo de Antigüedades de Egipto (son 6.000 egiptólogos de todo el mundo) y cuando me fue a buscar el embajador uruguayo, me dijo que el presidente del Supremo Consejo, Zahi Hawass, me quería recibir. No solo me esperó con una carpeta enorme de la Dinastía VI del Imperio Antiguo, sino que además me invitó a las pruebas, fue fantástico. Conozco mucho Turquía, Capadocia, y en Yemen, donde pensaba estar 15 días estuvimos cuatro porque ahí se dio una división en Yemen, en 2010.
-Tiene mucho de series como Homeland o la israelí Fauda. ¿Hay una influencia de lo audiovisual en formato serie?
-Las ubico, pero no vi ninguna de esas dos series. Sin lugar a dudas hay una influencia de las series, porque mi interés en escribirla nace después de un pedido para una serie. Pero soy autodidacta: no miré ninguna serie para imitar esa realidad, ni tampoco hablé con amigos que se ofrecieron. A mí no me gusta escribir guiones, ni tampoco me gusta escribir teatro. Yo no puedo estar un año y pico de mi vida escribiendo algo que no me gusta… Entonces pensé: si en algún momento alguien considera que esto puede ser aplicado, se contratará a un guionista especializado.
-El libro tiene muchos detalles de sitios específicos, de historia, de política en Medio Oriente, incluso. ¿Cómo fue el proceso de investigación, previo a la escritura?
-Leí de todo, escuché y miré de todo. Hay series que no veo porque no me interesan, pero además porque tengo problemas cuando no tienen traducción al castellano, porque no veo, no alcanzo a leer, ni aún en televisiones grandes, por mis problemas de visión. Pero me vi en YouTube todas las conferencias en castellano o traducidas de los últimos 10 años, leí algunos libros, y aprendí mucho también de Afganistán… Aprendí del bombardeo en Israel de movimientos terroristas, de ISIS, en fin, me vi todo lo que pude y leí todo lo que pude de conflictos en Medio Oriente. La Yihad, el proceso de casi todos los grupos terroristas, incluyendo Al Qaeda en la península arábiga, tienen el mismo proceso, entonces para entenderlo me vi y escuché todo lo que pude.
"Yo no quiero que el Estado se siente en mi casa a decirme con quién tengo que tener sexo, ni quién tiene que cambiar a los bebes, y es algo que los movimientos feministas radicales y los movimientos LGTBI impulsan, y para mí, es un retroceso"
-Me voy a temas de actualidad y política. A propósito de la Marcha de la Diversidad del viernes 24, al otro día escribió un tuit que decía: "Dividirnos en tribus, llevando a la esfera política nuestras apetencias sexuales va en el camino contrario al desarrollo libre del individuo. Ese es el fin del marxismo y debemos resistir sus embates". ¿Me puede ampliar este concepto?
-Mirá, aquella consigna del Mayo Francés (1968) que fue muy divertida es lo peor que nos ha pasado. Aquello de “lo personal es político”. Yo no quiero que el Estado se siente en mi casa a decirme con quién tengo que tener relaciones sexuales, ni quién tiene que cambiar a los bebes, ni cómo tengo que educarlos, y esto es algo que los movimientos feministas radicales y los movimientos LGTBI impulsan, y para mí, es un retroceso. Yo estoy hablando contigo, te valoro como periodista o como persona, pero me interesa un bledo lo que vos hacés en tu dormitorio. Detenernos en esas diferencias no solo atrasan en este siglo XXI.
-En realidad, lo que usted dice va en consonancia con la marcha: “Lo que yo haga en mi cama es tema mío”. La diversidad sexual es eso mismo.
-Es lo que se dice. Si tú decís “lo que pase en mi cama es tema mío”, pero hacés una marcha declarando el orgullo de una tendencia sexual… En este mundo, en Occidente, no tiene sentido reclamar o dar explicaciones del uso del cuerpo cuando todos asumimos que el cuerpo le pertenece a cada quien. Están marcando una diferencia.
-Pero tiene que ver con la discriminación, Mercedes. La población trans, por ejemplo, es tremendamente discriminada en lo laboral, en la salud, tienen una expectativa de vida que no supera los 40 años.
-El otro día escuché un zoom de un periodista uruguayo con la representante de un grupo importante de trans, y el reclamo se difumina. Estaban preocupadas por los suicidios en las personas trans, y por el difícil acceso a la salud mental. Esos dos ítems reclamaban. Y yo llevo años diciendo que es increíble que la población en general demore un año o año y medio en darle a una persona atención psicológica o psiquiátrica, cuando somos un país top en suicidios. Uruguay empezó el camino tendiente a eliminar la discriminación en la educación. Entonces, nosotros no necesitamos educar mejor a los trans, o educar mejor a los rubios, o a los zurdos, a los judíos o los cristianos. Necesitamos educar mejor a todos. Y lo segundo: nosotros no necesitamos atender mejor psicológicamente a la población trans, ¡necesitamos atender mejor psicológicamente a los ciudadanos todos!
-Esto daría para largo… Ahora, no me quedó claro su reparo con la marcha y por qué alude al marxismo.
-Esto obedece a la segunda generación de la Escuela de Frankfurt. Cuando los griegos empezaron a trabajar en república convocaron a todos los jefes tribales, y estos depusieron sus reclamos individuales en aras del bien común. Esa es la formación de todas las sociedades modernas. Nunca las naciones se han agrupado en los tiempos modernos en torno a sus diferencias, se han agrupado en torno a sus semejanzas.
Me parece que hacer una marcha para reclamar derechos de ciudadanos que están integrados en una sociedad es absolutamente regresivo. Sin contar que la segunda generación de la Escuela de Frankfurt (Marcusse, se cita mucho a Gramsci) se dieron cuenta que la lucha de clases no había resultado simpática y que lo sucedido en Rusia no iba a poder ser replicado en el resto, y está escrito eso. Nos intentan separar en tribus. Cuando la comunidad LGTBI y el feminismo radical hablan de patriarcado… Ahora hay un matriarcado.
¿Qué significa matriarcado o patriarcado? Son sistemas durante los cuales las leyes benefician a un sexo. Mirá el femicidio: tú matás un bebé varón o un hombre en silla de ruedas y su vida vale menos para el sistema jurídico que la de una mujer. Eso significa matriarcado, fíjense en el diccionario. El patriarcado es el sistema jurídico que define en su sistema legislativo privilegios en las leyes para un sexo. ¡Estamos viviendo un matriarcado! La no tenencia compartida, que el niño quede con la madre es una discriminación inaceptable en el siglo XXI, y sin embargo existe. Y para que eso persista se ocultan los últimos números de Unicef que le dan a la madre y al concubino de la madre el primer lugar de violencia sobre los niños. Hay una tendencia a desequilibrar el sistema jurídico de Occidente, que tanto nos costó conseguir… Se está viendo el espejo de lo que nos costaba conseguir a principios del siglo XX. Y eso está mal, porque de una vez por todas los seres humanos debemos entender que el color de piel, la estatura, nuestras apetencias sexuales o nuestra religión no deben ser diferencias a llevar al Estado a legislar distinto.
-Pero es que hay que legislar para que las poblaciones más vulnerables compensen la discriminación que sufren en el día a día, y sobre todo en lo laboral y el sistema educativo. Por eso el Estado debe velar más por esas minorías, porque lo necesitan más.
-Yo estoy de acuerdo con la legislación que impida la discriminación. Ahora, ojo: porque es igual que cuando se habla de la población negra. ¿El problema es el color de piel o el tema es que el sistema político no ha logrado un sistema igualitario en cuanto a la educación? El grave problema de la pequeña población negra es el poco acceso a la educación y a los bienes de consumo. Entonces, tenemos un problema de educación. Es el sistema educativo el encargado de igualarnos.
Volviendo al tema de la Marcha de la Diversidad, vuelvo a decir: dividirnos debilita. Yo creo que tenemos que luchar por una educación de calidad que nos iguale a todos, como lo intentó hacer José Pedro Varela y se logró durante infinidad de décadas. No quiero decir que debamos volver a la reforma vareliana, pero sí buscar algo similar. Porque la grieta, la verdadera grieta de la que tanto se habla, está en la educación.
"Cuando la comunidad LGTBI y el feminismo radical hablan de patriarcado… ¡Ahora hay un matriarcado! La no tenencia compartida, que el niño quede con la madre es una discriminación inaceptable en el siglo XXI, y sin embargo existe"
-Es fundadora del Foro de Montevideo, un movimiento formado a comienzos de setiembre, que se autodefine como "un grupo para generar pensamiento crítico", un "centro de pensamiento que trabaja en el ámbito de la Fundación Free Uruguay". No me queda claro de qué va el Foro de Montevideo, a qué se dedicará, qué temas discutirá.
-Somos un grupo de gente sin apetencias políticas, sin dependencias con el Estado, que intentamos establecer una usina de pensamiento. La primera actividad fue sobre educación. Somos semejantes: somos liberales, creemos en el Estado de Derecho, y somos todos conscientes que una educación de calidad tiene que pasar por educar ciudadanos respetuosos al otro. La diversidad, y todo sobre lo que se está hablando mucho, para nosotros parte de la educación.
En la primera jornada quisimos escuchar diferentes escuelas de pensamiento que ya se han olvidado: entonces colocamos a un teólogo especialista en la teoría de la educación de Santo Tomás de Aquino, sentado al lado de un positivista como (el abogado Álvaro) Diez de Medina, al lado un cristiano convencido como (el politólogo Francisco) “Pancho” Faig, y en el centro un gran krausista como Leonardo Guzmán, y los escuchamos. Intentamos volver a ser -sin esas pretensiones- el viejo Ateneo de Montevideo, en donde se juntaba gente de diferentes tendencias: blancos, colorados, junto con Emilio Frugoni, que era socialista, y trataban de establecer una cantidad de corrientes de pensamiento que aniden en la sociedad y en un futuro puedan ser tomadas por alguien que diagrame políticas en educación.
-Es un think tank, como EdUy21…
-Somos un think tank, pero no solo sobre educación… A instancias de foristas como Guillermo Siccardi y Eduardo Dotti, un fraybentino que ha escrito dos libros sobre reforma del Estado, la próxima actividad será sobre reforma del Estado, o mejor dicho, vamos a invitar a gente para que nos hable sobre las posibles reformas del Estado de cara a que, por ejemplo, como dice Siccardi, los nuevos emprendedores no tengan que remar en dulce de leche para sacar adelante un proyecto. Sobre eso se va a centrar el foro, que yo voy a moderar.
-El día de la fundación estaban en primera línea el ex ministro de Educación, Leonardo Guzmán, el politólogo Francisco Faig, el abogado Álvaro Diez de Medina, el diputado cabildante Eduardo Lust, y usted, entre otros. Usted me habla de que no hay afinidades políticas, pero yo no veo a nadie de izquierda…
-¡Somos liberales! ¿Cómo va a haber alguien de izquierda si en la carta fundacional decimos que somos liberales? Contame de alguien de izquierda que se defina y actúe como liberal. Nosotros queremos un Estado más mesurado y no tan abarcativo. Creemos en la regulación mínima e imprescindible del Estado.
-Usted dice “liberales”, no se asume de derecha. Esto lo hablé con Lacalle Herrera para este espacio, y él me reconocía que en Uruguay nadie se asume de derecha, como si fuera algo vergonzante. Él me admitió que ese fue un triunfo cultural de la izquierda.
-Yo me asumo de centroderecha y conservadora. Coincido totalmente con Lacalle Herrera, eso ha pasado en las últimas décadas. Pero creo que hay un cambio… Al existir las redes sociales, la academia y algunos medios perdieron la exclusividad en la comunicación. Yo creo que, por ejemplo, en la Marcha de la Diversidad, vamos a ver menos camisetas del “Che” Guevara, porque hace unos años cuando uno hablaba de campos de reformación que había puesto el “Che” en Cuba, otro te contestaba. Era todo dialéctica. Ahora, ves los fusilamientos, ves todo en tiempo real. Eso ha llevado a que el discurso monopólico de la izquierda se vea erosionado.
Hoy -pasa en las marchas de la Diversidad, y pasa en las marchas del feminismo radical- siempre en el libreto se acusa al neoliberalismo y al capitalismo de todos los problemas de las minorías. Sin embargo, cada día más, vemos videos de miles y miles de personas que hacen cola famélicas para escapar de países en donde impera el socialismo del siglo XXI rumbo al mundo capitalista. Entonces creo que esa disonancia está marcando un cambio de actitud, sobre todo de 40 y pico para abajo, las nuevas generaciones. Coincido con Lacalle en que el “buenismo” instalado en los discursos de izquierda está siendo barrido por la fuerza de los hechos. Por eso soy adoradora de los medios alternativos de comunicación
"En el Foro de Montevideo somos liberales, Contame de alguien de izquierda que se defina y actúe como liberal. Nosotros queremos un Estado más mesurado y no tan abarcativo. Creemos en la regulación mínima del Estado"
-Hace una semana me llegó una carta que la Fundación Free Uruguay le envió al presidente Lacalle Pou…
-Hay algunos del Foro que no la firmaron y hay otros de la fundación que tampoco la firmaron. Ya tenemos mil firmas. Es un grupo ciudadanos, muchos de los cuales estamos en el Foro y fuimos quienes las redactamos. Guillermo Siccardi no la firmó, Pancho Faig tampoco la firmó. Somos liberales, el que no quiera firmarla, no la firma.
La finalidad de la carta es establecer en la República Oriental del Uruguay que no hay cosa más importante para cada uno de sus ciudadanos que tener las reglas claras. Si vos tenés una Constitución que dice que los plebiscitos deben respetarse y los violás reiteradamente, si vos tenés una ley que dice que un fiscal o un juez no puede ser juez y parte y lo violás, si tenés una legislación que dice que las leyes no tienen efecto retroactivo y lo violás, estás convirtiendo el Estado de Derecho en un chicle.
-Leí con detenimiento la carta y allí le solicitaban al presidente que liberara a los militares añosos presos en la cárcel de Domingo Arena. Cito parte de la carta: "No debemos seguir recreando una y otra vez una guerra finalizada hace casi medio siglo, necesitamos paz y perdón para seguir avanzando. Es hora de un acto de grandeza, cesando definitivamente las hostilidades, liberando a aquellos que el soberano ya perdonó. En Domingo Arena hay algo más que un montón de viejos soldados, allí estamos presos todos, está presa nuestra democracia, detrás de las rejas del pasado está preso el futuro. Libéreos y libérenos, señor presidente, y cierre de una vez la fractura". Y cierra el hashtag #TodosEstamosPresosEnDomingoArena. ¿Cómo es esto? ¿Por qué dejar libres a personas que fueron halladas culpables por la Justicia?
-(José) Mujica tenía 40 años de preso, condenado, no en dictadura, eh. Mujica y tantos otros tenían condenas de casi 40 años (hay gente que mató, gente que secuestró) y fueron amnistiados. A veces se dice: “¿Cómo le explicás el dolor a la madre de un desaparecido?” El mismo dolor tiene (la familia de Carlos) Burgueño. Nadie dice que esto sea justo, porque las leyes de olvido nunca son leyes justas, son una herramienta política. Cuando una sociedad lauda dos veces es porque quiere la famosa “amnesia griega” y la pacificación nunca se va a lograr parcelando la memoria o la pacificación.
-¿Cuál es el argumento para dejar esos presos en libertad?
-El argumento fundamental es respetar la Constitución y los plebiscitos. La Ley de Caducidad es un espejo de la Ley de Amnistía con todas las falencias que pueda tener. Hay un editorial de Nery Pinatto en el que explica por qué él estuvo siempre en desacuerdo con la Ley de Caducidad: porque sabia que iba a estar manipulada. El resultado es que tenemos a un grupo de integrantes de un movimiento terrorista que ha sido liberado, resarcidas futuras generaciones, no solo pecuniariamente sino moralmente; y tenemos a otro, procesado por convicción. Procesar con la intervención de (la ex fiscal Mirtha) Guianze, que tuvo vinculación con el MLN… desde el derecho penal es una tacha. Y antes, los plebiscitos.
Para nosotros, que no somos juristas, cuando todo el desarrollo de los procesamientos se basa en la inconstitucionalidad de desconocer un plebiscito, cae como un castillo de naipes… Muertos (Gregorio Álvarez) y (José Nino) Gavazzo, fijate que (Miguel) Dalmao, que murió preso, estaba de vigía en la puerta de un cuartel de 5 kilómetros en Rivera o en Artigas… Asesinos como Mujica o (Eleuterio Fernández) Huidobro fueron resarcidos y el manto del olvido funcionó. Del otro lado, ya quienes están en el mismo status, se fueron. Entonces nos parece que seguir condenando por oídas de terceros… ya está. Lo que intentamos decir es que el Uruguay ya laudó.
-¿Por qué "todos estamos presos en Domingo Arena"? Yo no me siento preso de nada.
-Tú no te sentirás preso, pero yo, que no tengo ni pienso tener problemas con la Justicia, yo siento que vivir en un país que viola la Constitución, que desconoce dos plebiscitos, y que hace que las leyes (que son la seguridad que tenemos todos los ciudadanos) sean retroactivas… Hoy o mañana si un hijo mío tiene algún problema, yo no estoy segura en un país donde se pasa por encima de las leyes y la Constitución. A eso nos referimos. Es más, sacamos una frase, porque yo había puesto que “somos todos tributarios” y otro había puesto “somos todos culpables”, al final las sacamos. Digo que somos todos tributarios porque yo sigo pagando impuestos para financiar a los nietos de los que pusieron las bombas en el bowling de Carrasco (y mirá que había dos primos, familiares míos, entre los que pusieron las bombas).
Ahora se habla de un plebiscito (NdeR: quiso decir referéndum) por la LUC. Yo sobre el tema no me he pronunciado. Pero, ¿a mí quién me garantiza que se va a cumplir el resultado del plebiscito (sic)? Si este país ya desoyó dos. De eso se trata.
"Asesinos como Mujica o Fernández Huidobro fueron resarcidos y el manto del olvido funcionó. Nos parece que seguir condenando por oídas de terceros… ya está. Lo que intentamos decir es que el Uruguay ya laudó y se desoyeron dos plebiscitos"
-El 17 de setiembre tuiteó: "Cuando los partidos fundacionales comprenden que alimentan al enemigo quizás sea tarde". ¿Qué quiso decir? ¿Por qué blancos y colorados alimentan al enemigo?
-Y sí, porque han hecho de la educación en igualdad y de la independencia de la raza, del sexo, y de la posición social su bandera primordial y ahora se detienen en una diferencia que, para mí, no tiene sentido. Hay que festejar el ser humano en toda su libertad. El ser humano tiene la libertad legislativa de hacer de cuerpo la mejor versión de sí misma. Vuelvo a esa concepción que viene de la Escuela de Frankfurt de separarnos por tribus: occidentales contra pueblos originarios, homosexuales contra heterosexuales, mujeres contra hombres.
Explicame que “muerte al macho” no es una agresión. Explicame la marcha trans hablando del capitalismo y de que “viva el socialismo”. Primero, es un error histórico, porque en los países socialistas se los penalizaba a todos. Y segundo, dicen que no es política y después hacen manifestaciones políticas. Es como si yo te dijera que integro el Foro de Montevideo y no quiero hacer política y después me veas en un acto de Lacalle Pou. Tenés que acompañar lo que decís con los actos.
-Usted es de las escritoras que ha combatido lo que entendía que era una hegemonía de la izquierda sobre la cultura. Dijo en nuestra anterior charla en 2018 que eran solo "cuatro o cinco" los escritores independientes, que los medios del Estado como Canal 5 o TV Ciudad no la entrevistaban durante los mandatos de izquierda. ¿Eso cambió con la asunción de este gobierno? ¿Se siente más tenida en cuenta?
-No ha cambiado. Sigue la misma inercia. Yo lo voy a llamar por el nombre que tienen: son intelectuales orgánicos. En el Ministerio de Educación yo no he visto ningún cambio.
-¿Se siguen beneficiando a agentes culturales de izquierda?
-Claro, porque quienes deciden también son agentes culturales de izquierda.
-El ministro Pablo Da Silveira no es de izquierda.
-¿Y el resto? La subsecretaria (Ana Ribeiro) fue del Partido Comunista durante 62 años, la directora de Cultura (Mariana Wainstein) lo mismo. Son todos: unos por comisión, otros por omisión. Si no, ¿cómo explicás que los textos sigan siendo los mismos? Donde, por ejemplo, se dice que la dictadura comenzó en 1968, se dice que el sistema comunista en la URSS es la aldea de Los Pitufos, en donde se siguen financiando aventuras apologéticas de los grupos terroristas. Eso sigue incambiado. Sumale un incremento enorme en la financiación para implementar la ideología de género dentro del Estado. Porque la ideología de género, como toda ideología, mientras se quede en un rincón, no hay problema. El problema es cuando se las coloca bajo el poder coercitivo del Estado. Ahí está el problema.
-¿Cómo ve la cultura y políticas públicas culturales desde la asunción de este gobierno?
-Continúo con las mismas bajas expectativas que tenía cuando me entrevistaste hace tres años.
-¿Es feliz?
-Sí, total. Soy genéticamente feliz, porque aún en momentos jodidos, soy feliz.
Por César Bianchi
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