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Viera, el scout y militante liceal que se fascinó con Sanguinetti y conoció todo el Estado

El histórico intendente de Rivera, el único bastión del Partido Colorado, se lanza por primera vez como precandidato a sus casi 70 años.

11.05.2024 09:00

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2024-05-11T09:00:00-03:00
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Por Valentina Temesio

“Trabajar para vivir y no vivir para trabajar”, se lee de un cartel con fondo colorado y letras amarillas y blancas en la esquina de Bulevar Artigas y Presidente Berro, en La Comercial. A sus costados se ven dos banderas, también coloradas, que flamean y mueven un solo nombre al ritmo del viento: “Tabaré”. Entonces, aparece también un rostro: el de un hombre que fue intendente de Rivera, ministro de Turismo, senador, diputado, presidente de Antel y director de OSE, que apoya una mano sobre su rostro, la misma en la que lleva una alianza.

Tabaré Viera dedicó gran parte de su vida a la política, y a pesar de que en 2004 integró la fórmula del Partido Colorado a la Presidencia como vicepresidente, nunca fue un precandidato para ser presidente uruguayo. Veinte años después de esa elección, que significó el peor resultado de los colorados hasta ese momento, se presenta como una de las siete opciones coloradas para liderar el país.

Su insignia: la experiencia, el paso de los años y los cargos que ocupó. Sus ideas: el batllismo, la corriente política que conoció a los 16 y nunca se cuestionó. ¿Cómo se preparó para postularse a gobernar el país a sus casi 70 años?

Sede de Tabaré Viera. Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

Sede de Tabaré Viera. Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

Del norte

Viera nació en la noche de un Jueves Santo en Rivera. En aquel entonces, era común que los nuevos humanos nacieran en casas particulares, con parteras. Y él no fue la excepción. Le contaron alguna vez que nació con chichones y que las primeras en acercarse a conocerlo fueron amigas de su madre. En aquella época, dice Viera, las madrinas se nombraban en su casa, y tuvo una durante mucho tiempo. 

En sus primeros años, el hoy precandidato colorado vivió en una escuela rural. Su padre Atanasildo y su madre Pura eran maestros, por lo que tuvieron que instalarse en un centro de estudios “recién recibidos”. El senador colorado creció lejos de la ciudad, en el paraje Buena orden, a unos 100 kilómetros de la capital riverense. 

Las escuelas rurales de hace 60 años eran distintas a las de la actualidad. Eran, más bien, un “centro educativo, cultural, social”, dice. Había muchos niños, unos 70 u 80, recuerda. En ese centro de estudios, en su casa, Viera comenzó la educación primaria: cursó hasta segundo año. 

Con el tiempo, volvieron a Rivera, donde tuvo una infancia “muy feliz”. Los Viera Duarte vivían en una ciudad “muy tranquila”, en la que se jugaba a la pelota en la calle, con “campitos” y “baldíos” que se convertían en canchas. 

A los 11 años, un año después del nacimiento de su hermana Patricia, Viera encontraría un movimiento juvenil que lo forjó: el Scout. 

“Recibí una formación en valores muy importante, también de contacto con la naturaleza, de competir con lealtad. El scoutismo es un método educativo y en mí hizo huella. Me brindó, tal vez, esa vocación de servir: los scouts utilizan una pañoleta que se usa para muchas cosas, entre ellas, tienen un nudito abajo que es para recordar que hay que hacer una buena acción diaria”, dice el precandidato colorado a Montevideo Portal

Para él, los valores del movimiento Scout y los de su casa, “un hogar muy lindo”, lo formaron con valores “fundamentales”, a los que cree que se debe “apuntar” para evitar “muchos de los problemas que hoy tiene nuestra sociedad”.

Entonces, recuerda los famosos viejos valores, que muchos insisten en que se perdieron: “trabajo, honradez, tolerancia, compartir, respeto”. “Algunas virtudes que hay que cultivar, que lamentablemente en este mundo, quizá por un montón de cosas, como virar hacia un consumismo excesivo, hacia una vida demasiado acelerada, demasiado estresada, de demasiadas competencias que fueron haciendo perder valores, parece que vale todo y que fuimos cambiando el ser por el tener”, reflexiona. 

Viera nota una diferencia entre la sociedad de su juventud y la actual, y asegura que la “política no es ajena a todo”.

De militante estudiantil a la política

Su primer vínculo con la militancia fue en el liceo, donde integró la Asociación de Integrantes Liceales de Rivera, que después presidió. Ese paso por los gremios forjaría, de algún modo, su vida política. 

Si bien la raíz de su familia es colorada, en su casa eran más votantes que militantes. A la política partidaria llegó por el exsenador riverense Guido Machado, quien lo invitó a militar en la Juventud Batllista cuando tenía 16 años. Así fue como conoció las ideas de José Batlle y Ordóñez: “Sentí que ese era mi camino”, recuerda.

En ese interín se cruzó con Julio María Sanguinetti cuando era ministro de Educación y Cultura en el 70. Viera era un dirigente estudiantil que escuchó al jerarca promover la Ley de Educación, que muchos conocen como la Ley Sanguinetti. Para él, fue deslumbrante ver al flamante político que era un “orador eximio” y “de una gran cultura”. Después, volvió a encontrárselo en los 80 y nunca lo dejaría.

Julio María Sanguinetti y Tabaré Viera. Foto: Cedida a Montevideo

Julio María Sanguinetti y Tabaré Viera. Foto: Cedida a Montevideo

Viera siguió militando en la política, pero no llegó a votar en las últimas elecciones antes del golpe militar de 1973 porque era menor de edad. Su primera instancia electoral fue en 1980, cuando militó por el No en el marco del plebiscito constitucional que presentaron los militares, que buscaba legitimar su gobierno de facto y sustituir la Constitución. Su primera votación fue exitosa: los uruguayos rechazaron la propuesta militar y el No ganó por más de la mitad de los votos.

En ese entonces, reprimido por el golpe de Estado, Viera siguió militando por el Partido Colorado, por las ideas batllistas; motivado por publicaciones como Opinar, Correo de los viernes, empezó a trabajar en la clandestinidad. 

De aquellos días recuerda que “en el interior era muy difícil”. Quizá se podía hablar de política públicamente en alguna reunión familiar o social. Según Viera, fuera de Montevideo la situación dependía “mucho de cada jefe de Policía”. En su Rivera natal “fue duro”. 

Por ejemplo, se acuerda de la vez que el expresidente Jorge Batlle fue a una reunión en la casa de Altivo Estévez, quien sería el primer intendente en Rivera después del golpe de Estado, y fue detenido al otro día, apenas se bajó de la Onda en Montevideo; se acuerda de los políticos proscritos, de la campaña clandestina por el plebiscito, de hacer volantes y repartirlos de noche en el otro lado de la frontera. 

El Tabaré Viera fuera de la política

Los primeros pasos de Viera en el mundo adulto estuvieron, en cierta parte, por fuera de la gestión pública. Estudió Odontología en Montevideo, pero no la terminó. Tuvo también, “algunas empresas”: una “coparticipación en un hotel familiar” y otra de música funcional.

En ese entonces, dice Viera, no existía la FM por lo que se dedicó a musicalizar, a través de un cableado, aquellos espacios que necesitaban música, como locales comerciales. Además, fue profesor de Matemática y trabajó cuatro años en el Banco de Previsión Social. 

El precandidato colorado se casó dos veces. La segunda vez fue con Nélida. Tuvo dos hijas mujeres, Laura Estefanía y Silvana, y dos “hijos del corazón”, Rodrigo y Paula. Y, con el tiempo se convirtió en abuelo de Martín Germán, Juan Pedro y Lucas.

El camino político y sus diferentes roles

En 1985, con 29 años, Viera salió electo diputado por el departamento de Rivera. Fue después de apoyar a Estévez y al expresidente Sanguinetti, quien apoya su precandidatura dentro del Partido Colorado. 

Tabaré Viera en el Parlamento. Foto: Cedida a Montevideo Portal

Tabaré Viera en el Parlamento. Foto: Cedida a Montevideo Portal

Para Viera, ser diputado “requiere estar al lado de la gente”, así como también de los “temas de la localidad” a la que el legislador representa. Por eso, esa tarea es “de recorrida, de estar presente, de participar en distintas actividades de todo tipo y ser eco de esos temas”. 

Cuando asumió por primera vez a un cargo dentro del Parlamento, no existía ni Wikipedia ni internet para buscar información, recuerda. Ser legislador también “requiere de mucho estudio, de conformar algún equipo técnico como asesor”, y en una era de información en formato físico el trabajo era diferente. Para buscar datos había que indagar entre antecedentes legislativos, que estaban en el Palacio Legislativo o en la Biblioteca, o pedir informes a técnicos y asesores. 

Como legislador destaca el rol de las comisiones, que reconoce como “la tarea más importante del Legislativo”. Eso implica “hacer invitaciones a expertos o a la academia”. 

Después de su primer paso por el Parlamento, Viera formó parte del Poder Ejecutivo. Durante el segundo mandato de Julio María Sanguinetti, se convirtió en presidente de Antel, tras la renuncia de Ricardo Lombardo. Además, durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera fue parte del directorio de OSE.

“Fui director de OSE, después presidente de Antel, empresas que, por un lado, si bien uno va adquiriendo experiencia y conocimiento sobre gestión pública; hay que aprender sobre los temas específicos de cada una. Es otra cosa, hay que estar tomando decisiones. Por otro lado, a veces, más satisfacciones. Porque si bien uno siempre quiere hacer más cosas y siempre tiene limitantes, fundamentalmente presupuestales, lo importante es poder decidir algunas cosas y ejecutarlas, y eso da enormes satisfacciones. Al momento de cortar una cinta, es mucho más que la ceremonia, la foto. Es la satisfacción de haber concretado algo que realmente se decidió porque mejora, como digo yo, la condición de vida de la gente”, dice sobre los cargos ejecutivos.

En el 2000, Viera volvió a su Rivera natal, que lo coronaría en 2005 como el primer intendente reelecto en la historia del departamento. Primero fue durante el cambio de milenio con una asunción turbulenta que incluyó a trabajadores municipales acampando en la puerta del edificio porque no les pagaban su sueldo; después, en 2005, a un año de las elecciones de 2004 en las que el Partido Colorado obtuvo el 10,6%, que marcó un punto de inflexión en su histórica votación.

Tabaré Viera durante su gestión como intendente de Rivera. Foto: Cedida a Montevideo Portal

Tabaré Viera durante su gestión como intendente de Rivera. Foto: Cedida a Montevideo Portal

El senador recuerda que los años de la intendencia fueron “muy intensos”, porque “cuanto más lejos del gobierno central territorial o geográficamente, más pasa por allí”.

Después de la Intendencia de Rivera, Viera volvió al Parlamento. Esta vez, como senador. Para él, esa responsabilidad es “distinta” a la de un senador. Porque representan “un poco más que el departamento”, porque “tiene mayores responsabilidades en cuanto a esa presencia en el territorio”.

En agosto de 2021, después de una pandemia y la renuncia de Germán Cardoso por la polémica con Kirma Services, Viera asumió como ministro de Turismo. El pasado 10 de marzo renunció a la cartera para dedicarse a su precandidatura. Se fue con la sensación de que “recuperó” el turismo, un sector afectado por las medidas restrictivas que trajo consigo el covid-19.

El único bastión colorado

Viera nunca dejó el batllismo. Si bien considera que en la actualidad hablar de algunos temas que hablaba Batlle y Ordóñez sería anacrónico”, insiste en que “sus ideas son un gran legado”. Yo estoy en un partido que tiene historia, como Batlle, y tiene ideología; no tenemos que inventar nada ni copiarle nada a nadie”.

No sé identifica con la derecha ni con la izquierda y tampoco con el centro: dice que es progresista, aunque luego se corrige: “Soy batllista, no tengo que buscar otra definición”. De todos modos, aclara que “el batllismo, obviamente, no es de derecha”. 

Dentro del Partido Colorado vivió momentos felices, pero también duros. Por ejemplo, la derrota de 1989, cuando Lacalle Herrera venció a Batlle. 

“Nosotros sufrimos una dura derrota tanto en lo nacional como en lo departamental, en Rivera también. Fue dura, no lo esperábamos y aprendí todo, porque en política se aprende de las derrotas, mucho más que de los triunfos. Allí empezamos de vuelta tratando, justamente, de corregir errores”, dice.

Otro momento duro fue cuando asumió como intendente en Rivera y enfrentó la peor crisis económica del país, la de 2002. “Yo ya había aplicado todo lo que ya había pensado de medidas para mejorar la situación, apenas entré en el 2000. En 2002 las cosas empeoraron y ya había que tomar nuevas medidas. Allí me salieron todas las canas que tengo hoy, pero salimos adelante”, recuerda.

También fue difícil el 2004, cuando el partido que más gobernó en la historia uruguaya tocó fondo y él fue candidato a vicepresidente. Lo propusieron a dos meses de la elección. Un día Sanguinetti lo llamó desde Montevideo y le pidió que asistiera a una reunión en el Palacio Legislativo. Cuando llegó a la capital, había un consenso: él sería parte de la fórmula presidencial colorada junto con Guillermo Stirling. 

Tabaré Viera. Foto: Cedida en Montevideo Portal

Tabaré Viera. Foto: Cedida en Montevideo Portal

“Acepté porque nunca rehuí a las responsabilidades del partido, sabiendo que era muy difícil. El Partido Colorado tenía que enfrentar una elección habiendo estado al frente de un gobierno que le tocó vivir la crisis, y las crisis económicas siempre tienen un costo político. Pero, además, fueron los primeros intentos de renovación más allá de Sanguinetti o de Battle, con un Frente Amplio que venía muy fuerte en aquel momento”, señala. 

Cuando volvió a Rivera, su equipo no estaba contento, porque su candidatura a la vicepresidencia arriesgaba una posible reelección en la intendencia. El Partido Colorado perdió a nivel nacional, pero ganó en Rivera, el único departamento con intendencia colorada en la actualidad, el único bastión colorado.

Para Viera, ser el líder colorado en Rivera es una “gran responsabilidad”. De todos modos, asegura que no es su “intención volver”. “Si tuviera que hacer lo haría, no es que no me haya gustado. Yo voy contento con mi gente en Rivera, me gusta mucho, pero creo que debemos generar espacios para que otros dirigentes que se van formando vayan teniendo su oportunidad. Por eso, ya vamos en el tercer intendente, que esperamos que salga reelecto, cumpla sus diez años y que después venga la cuarta generación”, expresa.

Un líder batllista

Viera quiere ser presidente porque siente que puede hacer cosas por el país y por su gente. Por su experiencia, que ha “acumulado” por sus pasajes por la política, que también incluyó gobiernos. El precandidato colorado dice que tiene un “gran equipo”, que los colorados son “un buen soporte para un gobierno de coalición”.

Tabaré Viera lanza su precandidatura, diciembre 2023. Foto: Gastón Britos / FocoUy

Tabaré Viera lanza su precandidatura, diciembre 2023. Foto: Gastón Britos / FocoUy

El senador reconoce que “necesariamente” el próximo gobierno “va a tener que ser” una coalición. “Pero quiero liderar esa coalición y llenarla de ideas batllistas; quiero acelerar algunos temas que tienen que ver con el desarrollo del país, con la atención de la calidad de vida de los trabajadores”, asegura. 

Por Valentina Temesio