El curioso episodio sucedió la semana pasada en la autopista española A-30, a la altura de la comarca murciana de Baños y Mendigo.
Según informara la policía local, un auto llamó la atención de los agentes porque circulaba “a alta velocidad y con la suspensión trasera muy baja”, circunstancia esta última que sugería que el vehículo llevaba una pesada carga en el maletero.
Desde un patrullero se dio la voz de alto al conductor, cuya reacción fue acelerar todavía más. Se inició así una persecución que acabó kilómetros más adelante, cerca de la localidad de Espinardo, cuando el fugitivo optó por abandonar el coche y huir a pie por el campo.
Cuando los uniformados revisaron el vehículo se llevaron una sorpresa: no había drogas, drogas, diamantes, uranio enriquecido ni ningún otro botín que los pusiera tras la pista de acciones del crimen organizado. La pesada carga que lastraba al vehículo consistía en 320 kilos de alcachofas que, a juzgar por la conducta del piloto, estarían un poco flojas de papeles.