El curioso episodio tuvo lugar el pasado miércoles en una finca de la calle 12 de Octubre, a las afueras de la ciudad argentina de Córdoba.
Allí, un hombre de 42 años ingresó a una vivienda cuyos moradores se encontraban ausentes y sustrajo una mochila y dos maletines. Para su desgracia, la salida no le resultó tan sencilla como la entrada, y al intentar franquear la valla se quedó enganchado por la entrepierna.
Vecinos llamaron al 911 y personal de Bomberos procedió al rescate. El sujeto —cuya identidad no se reveló— fue trasladarlo al hospital debido a que se había clavado una de las puntas del enrejado en un testículo.
“Quedó literalmente sentado e incrustado en las rejas. Se puede observar a simple vista que la reja tiene una terminación en punta y ha quedado allí con la lesión consiguiente”, dijo Roberto Villada, comisario de la jurisdicción, en declaraciones recogidas por Cadena 3.
Según informa el periódico La Gaceta, el intruso es amigo de los dueños de la casa en la que intentó robar, y presenta un problema de consumo de alcohol.