El economista y exdirector de Transporte de la Intendencia de Montevideo Gonzalo Marquez difundió días atrás un ranking elaborado por la revista canadiense Visual Captalist, que ubica a Uruguay como el segundo país en el mundo en generación eólica y solar.
Según destacó la publicación, de toda la electricidad que Uruguay produjo en 2021 el 46,7% provino de fuentes renovables, en particular de la energía solar y eólica.
El ranking es liderado por Dinamarca (51,9%), seguido por Uruguay, tercero está Luxemburgo (43,4%), el cuarto país es Lituania (36,9%) y en quinto lugar se ubicó España (32,9%).
De los diez países que lideran el ranking, Uruguay es el único que no es europeo, lo que lo posiciona como uno de los líderes a nivel mundial en tecnología para la integración de redes altamente renovables.
Durante el año 2021 la generación de electricidad en Uruguay fue de 82,6% en base a fuentes renovables, la menor participación que tuvo este tipo de energía desde el año 2012, en particular por una fuerte caída en la generación hidroeléctrica.
Según la consultora Seg Ingeniería, en 2021 la participación de energía eólica fue de 35,4% y la de la fotovoltaica de 3,1%. La hidráulica representó el 36,7% de la electricidad generada, la térmica el 17,4% y la biomasa 7,3%.
Marquez, que se especializa en movilidad, transporte y energía, destacó que la Uruguay hace años está muy bien posicionado en generación eólica y solar a nivel global y que el país tiene “una base inmejorable para avanzar decididamente en la electrificación de nuestra movilidad”
“La prioridad debe ser transporte público, taxis, remises, transporte por aplicaciones y logística urbana”, agregó.
El economista destacó en la red social Twitter que si bien los gobiernos del Frente Amplio “tienen gran mérito por haber propuesto, diseñado y liderado cambios, es bueno también recordar que esto se hizo en acuerdo multipartidario”.
“En febrero 2010, culminó el trabajo de la comisión multipartidaria, la cual, según Ramón Méndez, logró ‘acuerdos importantes y sentó la base de la política energética para los próximos 20 años’. La política energética contó con amplios consensos. Esto es una fortaleza de la política energética, además de un factor de su éxito, lo cual siempre ha sido destacado por sus conductores. Lamentablemente, en otros campos (educación, por ejemplo) no ha habido acuerdos de este tipo, y el contraste en resultados, es evidente. La promoción de la movilidad eléctrica debiera ser una continuidad de la política energética y contar con amplio acuerdo multipartidario. Más aún, generar un acuerdo amplio sobre la descarbonización de la movilidad (la movilidad eléctrica es parte) es estratégico para Uruguay”, expresó el especialista.