Desde este miércoles y hasta el jueves, Uruguay es sede del primer Congreso Latinoamericano de Políticas Pospenitenciarias organizado por la Dirección Nacional de Apoyo al Liberado (Dinali), que tiene como objetivo intercambiar experiencias sobre los desafíos que tienen todas las organizaciones que trabajan con las personas que egresan del sistema penitenciario.
En Uruguay 500 personas egresan cada mes del sistema penitenciario, según datos del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). Con la puesta en marcha del nuevo Código del Proceso Penal, la mayoría de las personas privadas de libertad permanecen en prisión un tiempo máximo de seis meses, lo cual implica un desafío tanto para el INR como para la Dinali.
Para ayudar a transitar el camino hacia la libertad, la Dinali cuenta con la Posada del Camino, un dispositivo de convivencia para las personas recientemente liberadas del sistema penitenciario, mediante el cual se trata de contener a la persona que sale desamparada, sin un lugar donde vivir, sin vínculos ni redes que lo acompañen o apoyen en ese momento tan crucial como es la puesta en libertad.
Jhon Manzzi, el director de la Posada del Camino, que funciona desde hace un año, dijo a Montevideo Portal que desde que abrió sus puertas pasaron por ese centro 120 liberados hombres y mujeres y que actualmente hay 60. En promedio, los ex presos permanecen allí entre 90 y 120 días, aunque si es necesario se prolonga su estadía.
Cada año son liberadas cerca de 5.000 personas y Dinali atiende a alrededor de 2.000, según indicó Manzzi, quien subrayó que el acceso a sus programas es voluntario y que "cada persona que egresa del sistema penitenciario puede acercarse si así lo desea". "La persona una vez que recobra la libertad no tiene ninguna obligación a nivel judicial, hay libertad de acción y de acceso a las políticas y prestaciones sociales", explicó.
Mediante los programas de preegreso se busca acercarles los programas antes de que salgan en libertad, para que conozcan la institución y cómo los puede ayudar.
Manzzi definió el trabajo de la Posada del Camino como "otra forma de construir seguridad" y afirmó que la idea es que se pueda replicar la experiencia. "Se trata de ayudar a entender a la persona de que hay otras posibilidades y otra forma de vida distinta a la que venía llevando previamente a la privación de libertad", reflexionó.
El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, quien participó de la apertura del encuentro, dijo que el gran desafío de la Dinali es contar con organismos y empresarios que ayuden a contener con trabajo al que sale en libertad, pero esas oportunidades laborales se deben de dar desde la privación de libertad.
Por su parte, el director de la Dinali, Jaime Saavedra, planteó como desafío de la política pospenitenciaria en Uruguay un cambio en la legislación para que Dinali deje de depender del Ministerio del Interior. "No hay ninguna razón que justifique para que las políticas pospenitenciarias dependan del Ministerio del Interior (...) Es al último lugar al que la persona liberada quiere recurrir una vez que recupere la libertad", indicó.
Otro de los grandes problemas que se presentan, a la hora de hablar de reincidencia, es el consumo de sustancias estupefacientes. Más del 80% de la población privada de libertad dice ser consumidor problemático de drogas.
En el encuentro, que se lleva a cabo este 13 y 14 de junio en nuestro país, reúne referentes de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica y Uruguay.
La apertura del encuentro estuvo a cargo del ministro del Interior, Eduardo Bonomi, el director de Dinali, Jaime Saavedra, la subdirectora Nacional Técnica del INR, Ana Juanche, y el comisionado parlamentario para el sistema penitenciario, Juan Miguel Petit.