Por Cecilia Presa
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“Desmoralizante”: así sintetizó una representante de Alianza Nacional el resultado preliminar de las elecciones que colocaba a la precandidata con el 18% de los votos de los nacionalistas en las internas de este domingo 30 de junio.
El adjetivo bien reflejaba lo que se veía en los rostros de los presentes y en el silencio casi sepulcral que duró algunos minutos después de las 20:30 horas, cuando apareció el número en las tres pantallas colocadas en el vestíbulo central de la sede de Sumar en plaza Independencia, con la cobertura de los canales abiertos y la mención a la proyección de escrutinio de la Usina de Percepción Ciudadana.
También quedó inmortalizado en la cara de Laura Raffo, que se dejó ver recién cerca de la madrugada, cuando se confirmó que la compañera de fórmula de Álvaro Delgado no sería ella, sino la neófita dirigente nacionalista y exsecretaria general del sindicato de municipales de Montevideo Valeria Ripoll.
Desazón, tristeza y seriedad eran la norma luego de ese 18%, que fue algo menor al que mostraban varias de las últimas encuestas previas y estaba muy por debajo de las expectativas de dirigentes y militantes de Alianza Nacional, el Movimiento Nacional de Rocha y el Herrerismo, las tres agrupaciones históricas que respaldaron la precandidatura de Raffo.
De hecho, entre las charlas que se dieron en el lugar, un dirigente bromeó con que al otro día tendría que “aguantar” a un ministro al que le había apostado que Raffo superaría el 30% de los votos.
De fondo, el volumen de la música, y la tónica de esta, se mantuvo alegre y ajeno al estado de ánimo que se vivía. Cumbias, reguetones, salsas, canciones pop de los más conocidos empezaron a sonar desde horas tempranas y no pararon. Temas como “Procura” de Chichi Peralta y “Celebra la vida” de Axel se escuchaban en un volumen alto, mientras las miradas de la mayoría de quienes acompañaron a Raffo estaban más bien bajas.
“Ya se sabía que no íbamos a ganar”, admitieron algunos que, otrora, al igual que la propia precandidata, solo repetían el mantra de que iban a por la presidencia, a hacer historia, hacia consagrar a la primera candidata del Partido Nacional.
A la misma hora que en el comando de la economista descendía el volumen de charla y el ambiente se volvía cada vez más serio, las pantallas mostraban los festejos de los militantes desde el comando de Ojeda. “Hoy el Partido Colorado hace historia”, se leía en el zócalo del discurso del abogado erigido como candidato colorado. No faltó el cuestionamiento de esta declaración: “Le robó la frase a Laura”.
Así, también se empezaron a escuchar las especulaciones sobre la fórmula presidencial blanca.
“Estamos border”, reconoció una integrante de la campaña de la precandidata, en referencia a la posibilidad real de que se consagrara como compañera de fórmula de quien ganó por amplia mayoría (más de un 75% de los votos) la interna nacionalista.
La primera reacción de Raffo ante este número, sin embargo, no fue visible públicamente. Probablemente sí la pudieron ver dirigentes como los legisladores Juan Martín Rodríguez, Gloria Rodríguez y Carlos Daniel Camy, el exministro Luis Alberto Heber, la exfiscal Gabriela Fossati y, más tarde, sobre las 21:30 cuando llegó al lugar, el expresidente Luis Alberto Lacalle Herrera.
Todos fueron dirigidos por las colaboradoras de Raffo hacia el otro lado de una puerta corrediza de vidrio esmerilado que los separaba del resto.
Así, los llevaron a una oficina privada, desde donde se mantuvieron reunidos hasta pasadas las 22:00 horas junto a Raffo. La única que entró y luego salió fue Fossati, quien se quedó hablando con otros miembros de Sumar sentada sobre el escenario.
Montevideo Portal escuchó a quien aportó parte de las propuestas programáticas de Raffo opinar sobre la interna frenteamplista: “Yo prefiero mil veces que gane Orsi que Cosse”.
Se esperaba que, luego de que se escrutara más del 10% del total de los votos, la nacionalista saliera a hablar. Pero sobre las 22:30 horas, con más del 20% de votos contabilizados por la Corte Electoral, Raffo todavía no había dejado el lugar donde se encontraba.
Minutos antes de las 23:00 horas, finalmente salió. Sobre el escenario, rodeada de los dirigentes antes mencionados, pronunció un discurso que, sin hacerlo todo explícito, era la crónica de una muerte vicepresidencial anunciada.
“Con mucha emoción vamos a caminar las cinco cuadras que nos separan de la casa del Partido Nacional, para hacer nuestra reunión del Directorio y, por supuesto, para presentarle a toda la ciudadanía el equipo que va a ganar en octubre y en noviembre”, dijo, y sentenció: “Van a contar siempre con mi apoyo y con el de todo el equipo”.
Ya desde la casa del Partido Nacional, y luego de cantados el himno nacional y la marcha de Tres Árboles, con miembros del directorio y dirigentes nacionalistas, entre los que se encontraba Laura Raffo, Delgado por fin anunció que su candidata a vice sería Valeria Ripoll, y terminó con la agonía.
Si bien estaba claro que Raffo lo sabía —su postura tiesa, los intentos de sonrisas que se desarmaban inconscientemente y un largo parpadeo de ojos—, la incomodidad que le provocó la decisión fue difícil de disimular.
Por Cecilia Presa
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