El pasado 4 de octubre, Ruth Hamilton (una ciudadana de Golden, Canadá) despertó en el medio de la noche sobresaltada por un fuerte estruendo. Descubrió, entonces, que un meteorito atravesó el techo de su casa y aterrizó en su almohada, a tan solo centímetros de su cabeza.

Ahora, Hamilton dijo a The Guardian que se siente “protectora” de la piedra espacial y su intención es que los escolares conozcan su historia, según consignó luego RT.

Hamilton explicó que es muy consciente del enorme valor de su meteorito, pues en la mayoría de los casos estos son encontrados luego de años de haber impactado en nuestro planeta y están contaminados.

"Aparentemente, los meteoritos como el mío son muy valiosos, porque están intactos y no contaminados por el contacto humano", subrayó la protagonista del hecho. "La mayoría de las veces, los meteoritos se encuentran en la Tierra solo después de haber sido erosionados durante años, por lo que es más difícil para los científicos aprender sobre los lugares por los que viajaron. Pero el mío está recién llegado del espacio exterior", agregó.

El día después del impacto, Hamilton colocó el meteorito una bolsa de plástico y luego la Universidad de Ontario Occidental fue a recogerlo a su casa. Después de unos meses de investigación, se lo devolverán.

Hamilton destaca que todo el alboroto la ha hecho "sentir protección" hacia el meteorito.

"La gente gana dinero cortándolos en pedazos para venderlos como joyas, pero siento que esta cosa que tiene miles de millones de años se metió en mi cama y quiero protegerla", señaló. "Si lo vendo, quiero encontrar un buen hogar donde se exhiba", aclaró.