Un referente religioso, su sobrino y tres tiros: incógnita sobre quién mató en Melilla

El primer día de febrero apareció un cuerpo en un descampado de Melilla, sobre Avenida de los Deportes y Los Camalotes. La escena era de película: una persona semiquemada con tres disparos, uno en la nuca y dos más en el resto de su cuerpo. 

En el mundo judicial y policial, este tipo de crímenes se suelen resolver con cierta facilidad dado que pueden ser ajustes de cuenta por temas vinculados al microtráfico de droga. Sin embargo, esta causa parece ser más compleja y hasta el momento le ha generado al fiscal que lo investiga, Carlos Negro, dificultades para llegar a una conclusión. 

Días después del hecho, un joven de 23 años apareció en la sede Fiscalía con un arma en mano diciendo que era el autor del homicidio y que había utilizado ese revólver para disparar en la nuca de la víctima. Su abogado, Marcos Pacheco, contó a Montevideo Portal que el cliente asegura ser quien secuestró, disparó y dio muerte aquel día en Melilla.  

Negro le tomó declaración y de allí se desprende que en la escena estaba el tío del sospechoso —defendido por Marcos Prieto, abogado del excustodio presidencial Alejandro Astesiano— y también un menor de 16 años que está prófugo. 

Prieto aclaró a Montevideo Portal que el sospechoso —quien fue imputado esta semana— no es “un hábil declarante” porque es primario, y a su vez en el momento de responder las preguntas del fiscal estaba “muy nervioso”. 

Al comienzo, el joven aseguró que estuvo solo en el lugar del crimen y que fue él quien se encargó de gatillar el revólver para asesinar a la víctima de unos 30 años, aproximadamente. Sin embargo, conforme pasaron los minutos y aparecieron los cuestionamientos, el sospechoso aseguró que otras personas estaban en ese momento.

Para Negro el caso no está concluido, dado que resta saber quién fue el que utilizó el arma para dar muerte. Además, es necesario establecer responsabilidades en cuanto a quién movió el cuerpo y lo prendió fuego. En ese marco, el tío del sospechoso, de 30 años de edad, también aparece como uno de los posibles autores del homicidio y fue imputado junto con su sobrino. 

Lo que el fiscal tiene claro es que los tres participaron del hecho, por lo cual busca avanzar en las indagatorias para cerrar la causa y lograr las condenas. En palabras de Prieto, Negro no debería tener ninguna duda de que el hombre que se entregó es el culpable. 

“Llevó el arma homicida y al momento del hecho estaba muy drogado, pero muy drogado. Es muy joven y hoy en día se arrepiente de lo que pasó, pero fue quien disparó”, enfatizó el abogado. Ante la consulta de cuál fue el rol del tío, Prieto contó: “Llegó al lugar para intentar evitar que su sobrino cometiera ese crimen. Él es referente y profesional de la religión umbandista y en ese momento estaba con varios fieles”.

En este marco, los supuestos testigos serán parte de las declaraciones ante Fiscalía y uno de ellos posiblemente sea protegido. De igual modo, Negro sostuvo que restan algunos elementos para esclarecer la situación y también será importante la palabra del adolescente que fue parte del hecho, en caso de que logre ser detenido y pase a Fiscalía de menores.

Presiones 

De acuerdo con las versiones sobre el caso, quien se entregó en Fiscalía aseguró ante Negro que la víctima fue a su casa para robarle dinero y drogas, por lo que pasado el tiempo decidió ir a buscarlo para matarlo. 

No obstante, fuentes de la investigación aclararon a Montevideo Portal que no descartan que el hombre de 30 años haya ejercido algún tipo de presión sobre su sobrino. En ese caso, aún restaría aclarar el objetivo de esa presión; es decir, buscaba que el joven disparara, si pretendía que se hiciera responsable en Fiscalía, o qué. 

Negro prevé tener novedades en los próximos días dado que ambos imputados estarán en prisión preventiva mientras continúa la investigación. Pacheco pedirá un reinterrogatorio de su cliente, en busca de darle más elementos al fiscal para desenredar la causa.