La investigación por el asesinato de Cecilia Fontana —madre del actual ministro del Interior, Luis Alberto Heber— continúa. Hay varias citaciones y hay un “montón de oficios solicitados”, según pudo saber Montevideo Portal en base a fuentes de la Fiscalía.
Este lunes, la diaria informó que el pasado jueves un expolicía condenado por un delito de violación e imputado por otro delito sexual declaró ante la Justicia por este caso. Las fuentes de la Fiscalía no confirmaron la información a Montevideo Portal, pero sí aseguraron que personas que no habían sido involucradas hasta ahora en el caso fueron citadas a declarar.
El medio anteriormente mencionado informa que este expolicía nunca antes había declarado por el caso y que fue citado luego de varias pericias recogidas a uno de los sobre en los que se envió el mensaje en donde quedó su huella dactilar. El diario añade que en la audiencia el hombre dio versiones distintas y que cometió varias contradicciones.
A mitad de año del 2021, el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, relevó al director de la Escuela Nacional de Policía, comisario general (retirado) Washington Curbelo, ya que pretende "profesionalizar las direcciones de la institución", informaron fuentes del gobierno a Montevideo Portal. Este jerarca policial había participado de la investigación judicial sobre el asesinato en setiembre de 1978 de la madre del ministro.
Consultado al respecto, Heber respondió a la prensa que no es ministro de su familia, sino del Interior y de la población. Las fuentes del Ejecutivo destacaron en diálogo con Montevideo Portal que la participación de Curbelo en esta investigación no incidió en su remoción.
Peritaje caligráfico
“El jueves 31 al mediodía brindaremos por la patria en su nueva etapa. MDN”, decía un papel que acompañaba la botella envenenada que llegó en 1978 a la casa de Mario Heber, padre del ministro y dirigente blanco. Otras botellas llegaron a las casas de Carlos Julio Pereyra y Luis Alberto Lacalle.
La primera pericia caligráfica fue realizada ese año y estuvo a cargo de Curbelo, quien no encontré mayores indicios para aclarar el crimen.
En 2006, Pereyra insistió ante la Justicia y logró reabrir la investigación. Cuatro años después, la jueza Gabriela Merialdo ordenó detener a la policía María Lemos, por ser la presunta autora de la carta, como relevó una pericia caligráfica a cargo de Roberto de los Santos.
De todas maneras, la defensa de Lemos solicitó una nueva pericia caligráfica, que fue aceptada por la jueza y estuvo a cargo, como en 1978, de Curbelo, quien concluyó que la agente no era la autora del texto.
Lemos integraba en la década del 70 el equipo dirigido por Víctor Castiglioni, jefe de inteligencia policial en la dictadura.