La Asamblea Nacional Permanente (ANP), que agrupa varios colectivos sociales y medioambientales, organiza hoy la IX Marcha Nacional en defensa del Agua, la Tierra y los Bienes Comunes. La marcha parte desde las 17 horas desde la explanada de la Universidad hasta la Plaza Independencia. Habrá cuerda de tambores durante el recorrido.
La ANP invita a ciudadanos en general interesados por el medioambiente a concurrir a esta manifestación, que en su convocatoria anuncia que se opone al fracking, al monocultivo, a las plantas de celulosa, a la megaminería y a los "puertos del saqueo". Tiene el valor agregado de realizarse un día después de que el Senado ratificara una ley contra la que se pronunciaron tanto organizaciones sociales como científicos: la Ley de Riego.
El proyecto de ley, redactado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) pero modificado luego con el acuerdo del Frente Amplio y la mayoría de la oposición, tiene como objetivo "el incentivo del desarrollo del riego en el Uruguay".
En ese marco, apunta a fomentar el establecimiento de nuevos sistemas de riego como los embalses, habilitando que inversores privados ajenos a la producción rural puedan invertir en ese tipo de emprendimientos. Por ese motivo, sus detractores han considerado que se trata de la "privatización del agua de riego".
A nivel ambiental puede tener otras consecuencias, advertidas ya por científicos del país. Meses atrás, el ministro Tabaré Aguerre dijo que actualmente "sobra el agua" en Uruguay, pues llueven 1.300 litros de agua por metro cuadrado al año, de los cuales 500 litros fluyen por las cañadas y los arroyos y terminan en el océano Atlántico, donde se mezclan con agua salada. Por lo tanto, el proyecto propone realizar embalses y almacenar el agua para desde allí regar.
Un informe de la Sección Limnología del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias, realizado por siete especialistas, asegura que el proyecto no considera el impacto ambiental de la construcción de represas a gran escala. El agua "no sobra", indican los científicos, sino que "es parte del ciclo hidrológico natural, y como tal cumple diversas funciones relevantes en los ecosistemas".
Recuerdan que las represas "interrumpen el curso de los ríos, transformando sistemas lóticos (ríos) en lénticos (lagos)", con lo que "se pierde la biodiversidad fluvial". Además, la construcción de represas "implica transformar sistemas terrestres en acuáticos, con la consiguiente pérdida de biodiversidad de flora y fauna, y de hábitats terrestres".
Lo más preocupante de este informe, sin embargo, es el posible efecto de estos embalses en el desarrollo de las cianobacterias. " Si el agua represada trae consigo una carga importante de nutrientes proveniente de la fertilización agrícola excesiva, como está sucediendo en varias zonas del país, se incrementarán los procesos de eutrofización en el embalse", indican los especialistas.
Estos factores "aumentan el riesgo de que se desarrollen floraciones algales y de cianobacterias potencialmente tóxicas". "El país ya está sufriendo estos fenómenos en lagunas, embalses y ríos, algunos de los cuales sirven de fuente de agua potable. Este riesgo se ve magnificado cuando los cursos de agua a embalsar se encuentran en cuencas particularmente fértiles y bajo una intensa actividad agrícola".