Por The New York Times | Eileen Sullivan

WASHINGTON — El senador Bob Menéndez, uno de los críticos demócratas más acérrimos y poderosos de las políticas de inmigración del gobierno de Joe Biden, dijo esta semana que había entregado una lista de acciones ejecutivas recomendadas a la Casa Blanca para abordar la inmigración ilegal en la frontera sur de una manera más humana.

Este proceder es inusual para Menéndez, un demócrata de tres periodos de Nueva Jersey y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, quien durante años se ha centrado en la política de inmigración y ha presentado una serie de proyectos de ley con la finalidad de cambiar un sistema que es obsoleto.

Sin embargo, Menéndez reconoce que es poco probable que el Congreso apruebe pronto una legislación sobre inmigración. Su decisión de hacer públicas sus recomendaciones refleja su creciente frustración por el incumplimiento de lo que el presidente Joe Biden prometió en torno a ese tema.

“Creo que hay una serie de acciones de orden ejecutivo que el gobierno puede tomar y que abordarían nuestros desafíos de manera más efectiva y humana”, dijo Menéndez en una entrevista con The New York Times.

Cada uno de los últimos tres presidentes, incluido Biden, ha recurrido a acciones ejecutivas para abordar los problemas de inmigración porque en más de 30 años el Congreso no ha reformado las leyes de inmigración del país.

El gobierno de Biden ha enfocado algunas de sus acciones ejecutivas en la gestión de un número histórico de cruces fronterizos ilegales en medio de implacables ataques republicanos. También ha adoptado algunas políticas de la era Trump que muchos demócratas y defensores de la inmigración esperaban que Biden suspendiera al asumir el cargo. Algunas de esas acciones se han producido mientras el gobierno se prepara para el 11 de mayo, día en que está previsto que llegue a su fin la medida de salud pública conocida como Título 42, que permite a las autoridades expulsar rápidamente a los migrantes, incluso a los que buscan asilo.

Menéndez ha criticado algunas de esas acciones y dijo el mes pasado que temía que Biden “se convirtiera en el ‘negador de asilo en jefe’”. Sus recomendaciones, que entregó a la Casa Blanca el viernes, incluyen simplificar las deportaciones, desarrollar programas para apoyar a los migrantes en América Latina y el recrudecimiento de las penas por actividades delictivas que facilitan la migración ilegal.

También recomendó la creación de una nueva vía a la libertad condicional que responda a la necesidad que tienen los estados de mano de obra. Los gobernadores, incluidos algunos republicanos, han pedido que se cambien las leyes de inmigración para cubrir la escasez vital de trabajadores. Este mes, el Departamento del Trabajo reportó que en febrero había 9,9 millones de puestos vacantes en todo el país.

“En vista de que no hemos podido encontrar estadounidenses para hacer esos trabajos, esta es una oportunidad, una válvula de escape para que las personas puedan regularizar un proceso, venir a hacer un trabajo esencial en los Estados Unidos, ayudarnos a incrementar nuestra prosperidad”, dijo Menéndez.

Menéndez también sugirió que el gobierno aumente los salarios de los agentes de la Patrulla Fronteriza y los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza.

La Casa Blanca se negó a hacer comentarios respecto a las recomendaciones de Menéndez, pero defendió el historial de Biden en políticas de inmigración.

“Este gobierno ha tomado medidas sin precedentes para ampliar los procedimientos de inmigración legal, reducir la migración ilegal y asegurar fondos históricos para la seguridad fronteriza”, mencionó Abdullah Hasan, un portavoz de la Casa Blanca.

“Pero solo el Congreso puede actualizar leyes que ya tienen décadas de antigüedad y ofrecer los recursos para realmente arreglar un sistema de inmigración que no funciona desde hace mucho tiempo”.

Los estadounidenses siguen divididos sobre a quiénes se les debe permitir ingresar al país. En febrero, una encuesta realizada a nivel nacional reveló que el 44 por ciento de los participantes cree que la inmigración debería reducirse, mientras que solo al 20 por ciento le gustaría que se permitiera la entrada de más inmigrantes al país.

En su primer día como presidente, Biden envió al Congreso un esquema que describió como la preparación para retornar a un sistema de inmigración más justo y humano. Menos de un mes después, Menéndez y la representante Linda T. Sánchez, demócrata de California, presentaron proyectos de ley basados en ese esquema.

Pero esa legislación murió en el Congreso y la Casa Blanca redirigió sus esfuerzos a la aprobación del proyecto de ley de infraestructura del presidente.

El gobierno ha culpado a los republicanos por negarse a llegar a un acuerdo que permita aumentar la seguridad fronteriza y facilitar que los inmigrantes ingresen legalmente a Estados Unidos y, en cambio, centrarse en iniciativas partidistas para construir un caso de juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.

En general, los demócratas están a favor de una legislación migratoria integral, pero también les preocupa desperdiciar capital político para generar respaldo, ya que suponen que los republicanos, que controlan la mayoría de la Cámara Baja, no cooperarían y cualquier legislación moriría ahí mismo, comentaron asistentes de los congresistas.

El liderazgo republicano de la Cámara de Representantes ya ha expresado que consideraría solo proyectos de ley sobre seguridad fronteriza y no de otros temas que impulsen la migración ilegal. Robert Menéndez, senador demócrata de Nueva Jersey, en una audiencia en Capitol Hill, en Washington, el 25 de enero de 2023. (Haiyun Jiang/The New York Times)