"Porque el sistema penitenciario uruguayo, evidentemente, no logra el efecto que la Constitución, las normas internacionales y las leyes locales le asignan: la rehabilitación de las personas, de las personas privadas de libertad", responde Gerardo Tagliaferro cuando Montevideo Portal le consulta la razón que hay detrás de escribir un libro sobre la vieja cárcel de Punta de Rieles: El camino de regreso (Fin de Siglo).

Punta de Rieles, dice, es un "oasis" dentro del sistema penitenciario uruguayo y es "necesario" darlo a conocer. Ese sistema, explica con preocupación y un poco de disgusto, logra que de cada diez personas privadas de libertad que pasan por él seis vuelvan al poco tiempo luego de reincidir. "Eso está diciendo algo. Hoy hay diez mil presos: seis mil de ellos van a volver a cometer algún delito. El sistema no está dando respuestas".

Tagliaferro, periodista e investigador, cree también que Punta de Rieles es un "esfuerzo por mejorar" ese sistema carcelario y que nada pudo haber surgido si no hubieran existido personas ("cabezas", como señala)  que lideraran esta "iniciativa aislada".

Es por eso que recala, en el libro y en la entrevista, en esas cabezas. Una de ellas es la de Luis Parodi, actual director de la cárcel, quien se le cuela en el relato con el que viene contestando la pregunta de por qué este libro sobre Punta de Rieles:

 "...Está dirigida por un educador de muchos años y con una experiencia basta y una forma de trabajo muy sui generis y que de repente es poco conocida, porque lo que sale, o lo que llama la atención, es la muerte del Pelado el otro día, o los motines, y cuando hay alguna buena noticia aparece como algo descolgado, algo producto de una iniciativa aislada, y Punta de Rieles es de alguna manera una iniciativa que responde mucho a empujes personales, pero allí pasan cosas muy importantes. A mí un día me dijeron tenés que entrevistar a Luis Parodi, y yo ni siquiera sabía quién era Luis Parodi, tuve que informarme, me pareció que era una linda entrevista... Allá fui, allá conocí la vieja Punta de Rieles y lo que vi realmente me llenó la cabeza de más dudas, de más preguntas". De allí surgió el libro.

En el libro contás muchas historias de personas privadas de libertad, ¿cómo fue la selección y qué intentaste mostrar?

La concreción de un modelo penitenciario particular, diferente, sus resultados en las personas. Lo que pasa en Punta de Rieles, el régimen de reclusión que hay, el manejo del poder por parte de la autoridad, la resolución de los conflictos que se generan diariamente, y que son los de la vida misma, los emprendimientos productivos, las relaciones laborales que allí adentro se generan, todo eso se traduce y tiene resultados en historias concretas, que son las de gente que llegó a la cárcel con una historia de delito (en su inmensa mayoría, porque hay dudas o inclusive errores en la percepción: el perfil de los presos que hay en Punta de Rieles es el mismo que hay en el Comcar, o que en Libertad. En el libro doy cifras, pero más del 90 % de los presos que allí hay están presos por delitos contra la propiedad, rapiñas, hurtos, copamientos, como en cualquier cárcel del Uruguay). Entonces, allí hay presos con una historia generalmente de delito y pasan por allí y generan relaciones de convivencia, de comportamiento, de poder entre ellos con la autoridad, con las normas, y realmente es diferente a lo que sucede en otras experiencias. Eso se muestra en rostros, en personas de carne y hueso. Cuentan de dónde vienen, cómo fue su proceso, qué fue lo que los llevó a delinquir, qué hicieron y cuál fue el recorrido que tuvieron en el sistema, cómo llegaron a Punta de Rieles, cómo ven esa experiencia, qué les aportó, qué les dejó de aportar, las críticas que tienen para este sistema y las críticas a este modelo, que también las hay. Llegué a algunos testimonios de personas que consideré representativas de eso que Punta de Rieles intenta hace".

Parodi en uno de los pasajes dice que la cárcel es un montón de angustia concentrada, y que lo que hay que tratar de hacer es encontrarle "circulaciones potables". ¿Cómo percibiste eso en Punta de Rieles?

No percibí  esa sensación en Punta de Rieles, justamente, por porque allí se trabaja para que esas angustias tengan una circulación posible, una canalización sana, ecológica, que apueste a la convivencia. Parodi repite que la cárcel, y no es algo que lo diga él solamente, debe parecerse lo más posible al afuera. La forma de hacer circular las tensiones de una manera sanadora, reparativa, es justamente tratar de reproducir la vida del afuera, con sus tenciones y las maneras de resolverlas que hay en la vida real, en el afuera. Si vos a una persona la tenés encerrada, en una habitación de tres por tres, 22 o 23 horas al día y con otras personas, seguramente las tensiones van a estallar. Porque es la lógica, le pasaría a cualquiera.

El actual Director Nacional de Apoyo al Liberado, Jaime Saavedra, lo dice en el libro con un ejemplo muy claro: si vos en el living de una casa tenés a cincuenta personas conviviendo vas a tener un problema. Ahora, si de las ocho de la mañana a las ocho de la noche esas personas no están allí, sino que están  trabajando, estudiando, sociabilizando, jugando al fútbol, haciendo teatro, música, discutiendo, reunidas en una radio hablando de la planta de UPM o del matrimonio igualitario.... Si vos la tenés durante las 24 horas va a estallar seguramente. Eso es un poco lo que debería hacer el sistema y lo que intenta hacer el modelo de Punta de Rieles.

Esto no significa que las tensiones se eliminen, sino eso, que tengan un canal de expresión sano. Un ejemplo: un día los presos quisieron hacer un partido Peñarol -Nacional, y a Parodi le dijeron que no lo permitiera, que se iban a agarrar apuñaladas, y él dijo, 'bueno si no canalizamos eso, y tratamos de trabajarlo, gestionando el conflicto, el día que salgan lo van a tener afuera. El partido se hizo, con hinchadas, con camiseta, con banderas, cánticos y no pasó nada. No pasó nada. Esa es la manera de hacer que esas angustias concentradas circulen.


Uno de los capítulos lo arrancás citando a Onetti: "Se dice que hay varias maneras de mentir; pero la más repugnante de todas es decir la verdad, toda la verdad, ocultando el alma de los hechos". Ese capítulo cuenta la historia de Rolando Bustamente, ¿cómo se conectan esas dos cosas?

Rolando Bustamente es primo del célebre Cotorra Loca, que fue un delincuente de esos muy promocionados hace unos par de décadas atrás, y sufrió dentro de la cárcel las consecuencias de ser el primo "de", más allá de que cayó preso porque había cometida un delito. La historia de Rolando es la historia del típico presidario uruguayo: vinculado desde muy chico al delito, a la droga, empezó con pequeños hurtos casi que por diversión de la mano de un primo mayor que él siendo muy chico, fue creciendo porque en la espiral, o la carrera delictiva, se crece, se ganan galones. Él fue creciendo, si es correcta la palabra, y terminó Penal de Libertad se dan una serie de homicidios, que se atribuyen a disputas entre bandas rivales, una de ellas la banda del Cotorra loca, a la que se asocia a Ronaldo. Alguna investigación posterior, comprueban que esos homicidios están relacionados con algunos episodios de corrupción por los que terminan presos autoridades del penal y del INR (Instituto Nacional de Rehabilitación).

Rolando niega haber participado en esos homicidios*, concretamente se le imputan tres a él y a otros más. Sucede que los homicidios fueron de similares características (por ahorcamiento en sus celdas, con poca diferencia en sus fechas) y evidentemente pertenecieron al mismo móvil. Él niega haber participado en eso y dice que no tuvo la oportunidad de defenderse. O de tener una defensa de verdad. Yo le creo a Rolando, realmente le creo. Hoy tiene una bloquera en Punta de Rieles. Sinceramente, hablando con él me costaba enganchar a la persona que tenía frente a mí: un hombre de 39 años que hacía más de media vida que estaba preso, y que hoy era un empresario que trabajaba desde la cárcel, que genera trabajo con un emprendimiento productivo, preocupado por vender y hacer crecer su negocio y por lo que quiere hacer mañana el día que salga de la cárcel, que ya está pronto.

Me costaba atar eso, la historia de vida que él me cuenta, y los delitos que se le atribuyen. Yo le creo, pero así Rolando estuviera mintiendo en lo que me dijo, y él fuera responsable de esos crímenes la frase de Oneetti es perfectamente aplicable, porque lo que sale para afuera son los crímenes que se cometieron y se oculta el alma de los hechos que desencadenaron en un infierno de violencia, de acciones, de maltratos, de humillaciones, porque así eran las cárceles en su momento, como siguen siendo al día de hoy.

*Estos homicidios ocurrieron durante y después del motín que se desató en marzo de 2002 en el Penal de Libertad, y que tuvo consecuencias legales: el por entonces director de cárceles Carlos de Ávila y otros dos altos funcionarios fueron procesados por corrupción. Por los homicidios, el juez Oscar Núñez Ramallo halló a Bustamante culpable de tres de las seis muertes que se dieron en esos meses y los relacionó con enfrentamientos entre bandas criminales: una de ellas la de su primo, El cotorra locaCarlos de Ávila, por entonces director de cárceles, fue señalado por varios testigos como "incitador" de ese motín para que no quedara al descubierto que no se habían volcado totalidad de los recursos dados para arreglar el penal después del anterior motín, en 1998. Ávila fue procesado por corrupción, y una nota de La República publicada en junio de 2002 detallaba: "Las fuentes explican que la matanza fue una suerte de eliminación de pruebas que podrían perjudicar penalmente aún más a los directores.

¿Crees que la sociedad uruguaya se oculta el alma de los hechos en tema cárceles?

Definitivamente sí. La sociedad no quiere mirar adentro de las cárceles. Se mira cuando hay alguna noticias escalofriantes, cuando hay motines, o cuando hay alguna noticia simpática, como una murga de presos, o como que los presos hicieron tal obra, o están haciendo tal cosa y dice "qué bueno", pero después seguimos atendiendo otras cosas y hablando de la inseguridad, y quejándonos y viviendo con miedo, pero no miramos lo que está pasando ahí adentro, eso de que de los 10 mil presos que tenemos seis mil salgan y van a volver a agredir a la sociedad. Ocultamos el alma de los hechos porque ocultamos la razón por la cual el sistema penitenciario no da las respuestas que debería dar y la razón por la cual la mayoría de quienes están ahí llegaron ahí. No miramos la razón de abandono, de miseria, de humillaciones, de exclusión de la que vienen la mayoría de los privados de libertad que pueblan las cárceles. Los presos uruguayos son pobres entre los pobres, pobres materialmente, en valores, porque la sociedad no les llega, pobres en oportunidades y en las cárceles están con la misma pobreza en la que llegaron, salvo si acceden a experiencias aisladas como Punta de Rieles.

¿Qué te produjo la muerte del Pelado Roldán?

"Una infinita tristeza. El Pelado Roldán cometió, siendo prácticamente un chiquilín, un crimen espantoso: mató a un chico de su edad en una rapiña y antes había cometido otro crimen. Pero el Pelado  tiene una historia atrás y una historia adelante que lo llevaron a entrar al sistema penitenciario y a no salir nunca más. Tiene una historia atrás de maltrato, de humillaciones y de violencia, seguramente también producto de eso, o producto quién sabe de qué, tiene una historia de degradación de problemas de comportamiento, sicológico, trastornos. Parodi lo tuvo a su cargo en el Inau y lo describe como un chico muy difícil, que estaba todo el tiempo haciendo cosas para llamar la atención, tragándose cosas para que lo tuvieran que sacar. Tenía, según Parodi, varias operaciones por las cosas que se tragaba. Tenía un comportamiento díscolo, difícil, pero el Pelado murió tristemente en una celda del Estado uruguayo que le estaba a cargo de él y que por lo tanto debía velar por sus seguridad. Encerrado, 22, 23 horas por día, en las condiciones que ya sabemos con otro preso que estaba recluido por homicidio, en el cual había matado muy violentamente a su ex pareja, la había decapitado, como lo terminó decapitando a él.

Esas dos personas, con esas historias, estaban encerradas casi todo el día, durante gran parte de sus vidas, uno con el otro. ¿Es posible que el estado uruguayo haya adoptados esas medidas con respecto a estas personas y no previó el desenlace que finamente sucedió? ¿Qué pasó ah? ¿Hubo una falla? ¿Hubo negligencia, omisión, desidia? Algo hubo. ¿A lo largo de 25 años en los que el Estado uruguayo tuvo al Pelado Roldán no pudo hacer otra cosa más que esto que hizo con él, con un individuo que cometió un crimen espantosos cuando tenía quince años, cuando era un niño?. Realmente creo que la muerte de Roldán es una grave denuncia al sistema penitenciario uruguayo que a pesar de los esfuerzos que se han hecho, sigue siendo una máquina de picar carne". 

Agustín Zabala / Montevideo Portal

agustin.zabala@montevideo.com.uy