Durante la campaña electoral, el presidente electo Donald Trump culpó de la crisis inmobiliaria a la inmigración. Según él, millones de inmigrantes están cruzando la frontera y ocupando viviendas escasas en un mercado que ya tiene escasez de oferta y es cada vez más inasequible para la clase media.

Sin embargo, los expertos del mercado inmobiliario dicen que la relación entre el aumento de la inmigración y los crecientes costos de la vivienda no es tan clara, según consignó el portal Yahoo! Finance.

Por un lado, los inmigrantes necesitan su propia vivienda, y una mayor demanda puede encarecer los alquileres y los precios de las viviendas. Por otro lado, los inmigrantes contribuyen desproporcionadamente a la oferta de nuevas viviendas porque gran parte de la industria de la construcción depende de su mano de obra.

"Cuando escucho sobre deportaciones masivas o una seguridad fronteriza más estricta, creo que podría tener un efecto paralizador en la población inmigrante en la industria de la construcción y, por lo tanto, reducir la mano de obra y aumentar los costos laborales", dijo Jim Tobin, presidente y director ejecutivo de la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (NAHB), un grupo comercial.

En última instancia, esas políticas pueden provocar retrasos en la construcción y hacer que los precios de las viviendas aumenten para los consumidores, añadió.

La NAHB estima que los inmigrantes representan alrededor de un tercio de la fuerza laboral en los sectores de la construcción. En algunos estados como California y Texas, el porcentaje se acerca al 40%.

Por otro lado, los planes de deportación masiva del republicano tendrían un efecto devastador para la economía del país. Las pérdidas estarían entre los U$ 1,1 y 1,7 billones por año.