En las últimas semanas, el caso de Madeleine McCann, la niña que desapareció en 2007 en Portugal y de la que nada más se supo, regresó a los titulares luego de que las autoridades lusas realizaran nuevas investigaciones, en un intento de poner fin a la desaparición de Madeleine.
Tal como informáramos, los agentes portugueses revisaron exhaustivamente un área situada a unos 50 km del lugar donde desapreció la pequeña. La información recabada fue enviada a Alemania, país del que es oriundo y donde se encuentra preso Christian Brueckner, principal sospechoso de la desaparición. El hombre purga condena actualmente por la violación de una mujer de 72 años, y también por delitos relacionados con drogas.
Con la reactivación del caso, se dio a conocer uno de los elementos que manejan los investigadores. Se trata de unas palabras que había pronunciado años atrás el sospechoso y que fueron comunicadas a la policía por una de las pocas personas que las escucharon. La breve frase de Brueckner hizo que se convirtiera en un objetivo prioritario en el caso.
Según consigna el tabloide británico Daily Mail, el sospechoso habría cometido el desliz en 2008, ante un par de amigos. Uno de ellos habló años más tarde con la policía y desató las pesquisas.
La revelación la hizo Helge Busching, un alemán que había estado junto a Brueckner y otro compatriota, Manfred Seyferth, en el balneario portugués de Praia Da Luz en el verano boreal de 2007, en el mismo tiempo y área de verano que los británicos McCann.
En 2017, Helge Busching fue arrestado en Grecia y condenado por un delito de tráfico de migrantes. De hecho, cuando lo detuvieron transportaba a tres indocumentados en su camioneta. Los policías griegos comprobaron que tenía un antecedente de 2011 en Brindisi, Italia, donde habían agredido a una mendiga.
Durante los interrogatorios, el alemán sugirió tener información acerca del caso Maddie y expresó que quería hablar con la policía británica. Así las cosas, un equipo de investigadores afectado al caso viajó a Grecia para interrogarlo.
Busching estuvo preso dos años por un delito de tráfico de migrantes, pero sus declaraciones acerca del caso Maddie sirvieron para poner el foco sobre Brueckner.
De acuerdo con el citado medio, Busching contó que al año siguiente de la desaparición de Madeleine, los tres alemanes que habían estado juntos en el balneario, coincidieron nuevamente, esta vez en España. Se encontraban en un tradicional festival en la localidad de Órgiva, en Granada, cuando la conversación derivó hacia el verano anterior.
“Fue entonces cuando Christian hizo un comentario sobre la chica desaparecida. Christian me preguntó si todavía iba a Portugal, y yo le contesté: ‘Ya no voy a Portugal porque allí hay demasiados problemas, Portugal tiene demasiada policía para mí a causa de la niña desaparecida. Es extraño que haya desaparecido sin dejar rastro’. Christian respondió: ‘Sí, no gritó’”, contó Busching.
Según un informe interno de la policía griega, la información de Busching se describió como “dada voluntariamente y sin consideración monetaria o de otro tipo”.
Para los agentes helenos, esto había sido “verificado” y se consideraba al informante como “una fuente confiable”.
Actualmente, Busching está radicado en un pequeño pueblo en la isla francesa de Córcega, donde en setiembre de 2020 fue localizado por el tabloide The Sun. Interrogado sobre el caso, dijo que tiene vedado hablar al respecto. Se limitó a asegurar que tiene la convicción de que Brueckner es culpable de la desaparición y muerte de Maddie, y deseó que permanezca en prisión.
Por su parte, Brueckner niega el comentario que su examigo le atribuye y cualquier contacto con la niña.