Un lamentable y absurdo accidente culminó con la muerte de una joven de 22 años en un gimnasio de Pontianak, Indonesia.
Según informara el portal noticioso NDTV, los hechos ocurrieron poco después del mediodía del pasado 18 de junio.
Las imágenes muestran cómo una mujer que corre en una cinta de ejercicios hace una pausa para limpiarse la cara con una toalla. En ese momento pierde el equilibrio y se desplaza hacia atrás, donde se ve un ventanal con una hoja abierta. En cuestión de un segundo, la mujer cae desde una altura de tres pisos y muere.
La mujer fue trasladada de urgencia al hospital con graves heridas en la cabeza, pero los médicos no pudieron salvarle la vida. La autopsia reveló que había sufrido numerosos hematomas y laceraciones en la cabeza.
La joven había ido al gimnasio con su novio, quien en el momento de la tragedia estaba en el segundo piso.
La pericia policial estableció que la distancia entre la cinta de correr y la ventana por la que cayó la víctima era de solo 60 centímetros. El informe policial señaló que esta proximidad y la posición de la máquina —de espaldas a la abertura— configuraban una “situación peligrosa”.
“Es muy fácil que alguien se salga de la cinta y luego se caiga”, dijo el comisionado de Policía de Pontianak, Antonius Trias Kuncurojati.
El gimnasio había colocado pegatinas de advertencia que decían a los asistentes que no abrieran las ventanas, pero se informó que el autoadhesivo de la abertura en cuestión estaba dañado.
Si bien hay entrenadores personales que tienen la tarea de cerrar las ventanas cuando alguien las abre, el trabajador encargado estaba tomando un descanso cuando ocurrió el incidente. Posteriormente, el gimnasio estuvo cerrado durante tres días.
El lugar está ahora bajo investigación por presunta negligencia y su permiso de funcionamiento también será reexaminado, dijeron las autoridades. La Policía también interrogó a varios testigos y solicitó la opinión de expertos.