Keir Starmer, líder del Partido Laborista, se convirtió este viernes en el primer ministro del Reino Unido, terminando así con 14 años de gobiernos del Partido Conservador.
El partido liderado por el novel premier se consagró ganador de las elecciones anticipadas celebradas este jueves, en las que tuvo una arrolladora victoria, catalogada como “histórica” por medios y analistas británicos, por la magnitud de votos y bancas obtenidas sobre su competidor, el partido liderado por el saliente primer ministro, Rishi Sunak.
Al asumir, Starmer prometió que su gobierno va a estar dedicado al servicio del pueblo británico, dado que “la política puede ser una fuerza para el bien”.
“El trabajo para el cambio comienza hoy”, dijo el líder laborista.
No hubo sorpresas en las urnas. Como estaba previsto, los laboristas hundieron a los tories de Sunak en los comicios adelantados celebrados este jueves, donde obtuvieron una mayoría rotunda con 412 escaños (de un total de 650) frente a los 121 de los 'tories', y a falta solo de declararse dos circunscripciones, que se conocerán este sábado.
Starmer inició la jornada a media mañana concurriendo al Palacio de Buckingham, la residencia oficial de la corona británica, donde, como estaba previsto, mantuvo una audiencia con el rey británico, Carlos III.
Durante ese trámite constitucional de rigor tras unas generales, el soberano encomendó al dirigente laborista formar el nuevo Gobierno, poniendo así fin a los 14 años de Ejecutivos conservadores.
Una vez terminada su reunión con el rey, Starmer acudió al número 10 de Downing Street, la que será a partir de ahora su oficina y residencia oficial.
Allí hizo una entrada triunfal junto a su esposa, Victoria, saludando efusivamente a los congregados (que portaban banderitas) a las afueras del edificio, una llegada que trajo reminiscencias de la que en su día protagonizó el antiguo dirigente laborista Tony Blair, en 1997.
Starmer quiere restaurar la confianza
En su primer discurso a la nación como jefe de Gobierno, Starmer recordó que los ciudadanos han dado a su partido en las urnas “un mandato claro” que emplearán para “proporcionar cambio y restaurar el servicio y el respeto a la política”.
“A partir de ahora, tienen un Gobierno despojado de doctrina, guiado solamente por la determinación de servir vuestros intereses, y desafiar tranquilamente a quienes han descartado nuestro país”, dijo.
Un Starmer pletórico insistió en que “la política puede ser una fuerza para el bien”, sin olvidarse de dedicar unas palabras de agradecimiento a la gestión de su antecesor en el cargo, Rishi Sunak, a quien elogió la “dedicación y trabajo duro que trajo a su liderazgo”.
No obstante, recordó que ahora la ciudadanía “ha votado de manera decisiva por el cambio, por la renovación nacional y por el regreso de la política al servicio público”.
Según recalcó, la “falta de confianza” actual en los políticos puede sanarse “con acciones, y no palabras”, por lo que prometió tratar “con respeto a cada uno de los ciudadanos” de este país.
“El trabajo del cambio comienza de inmediato, pero no tengan dudas, reconstruiremos el Reino Unido con riqueza generada en cada comunidad”, apuntó.
Fue una comparecencia exultante, en contraste con la solemnidad que marcó la declaración previa hecha por Sunak, quien pidió disculpas a los británicos por el hundimiento de su partido tras anunciar que dimitirá como dirigente 'tory' tan pronto haya un sucesor.
También Sunak dedicó palabras elegantes hacia el nuevo “premier”, a quien se refirió como “un hombre decente, de espíritu solidario” al que “respeta”.
El Reino Unido ha tenido en apenas dos años cuatro primeros ministros: los conservadores Boris Johnson, Liz Truss (quien duró tan solo 44 días en el poder y tuvo que dimitir tras crear el caos financiero con un radical plan fiscal), Rishi Sunak y ahora el laborista Keir Starmer.
A lo largo de este viernes, se espera que el nuevo primer ministro designe al gabinete con el que dirigirá el país durante los próximos cinco años.
Con información de EFE