En diciembre salió a la luz un caso que involucraba a una prostituta que demandaba por U$S 700.000 a un empresario luego de un encuentro entre ambos en el que el hombre firmó un pagaré a la meretriz. Sin embargo, el hombre acusó que fue impulsado a tomar drogas ese día, por lo que habría firmado los documentos sin ser consciente de ello.
El hecho comenzó en junio de 2017, cuando la mujer se presentó ante la Justicia afirmando que tenía un vale certificado por una escribana y que jamás había sido abonado por el empresario.
Sin embargo, el empresario aseguró que aquella noche tomaron alcohol, la meretriz le puso algo en la bebida y además le dio cocaína. Incluso, cuando se quedaron sin drogas llamó a un dealer para que trajera más.
Luego ocurrieron otros sucesos, como que el hombre fue trasladado a un motel y un posterior encuentro con una escribana.
Sin embargo, el hombre manifestó que no estaba consciente a la hora de firmar el vale.
En instancias judiciales, la meretriz señaló que fue el empresario quien propuso consumir cocaína y que luego le entregó el pagaré como "regalo de cumpleaños" para que ella pueda cumplir su objetivo de poner una casa de salud.
La Justicia finalmente falló a favor del empresario.
Sin embargo, la defensa de la meretriz, conformada por Gustavo Salle y Enrique Viana, presentó un recurso de apelación, según informó este miércoles El País y confirmó Montevideo Portal. "El demandado en la acción ejecutiva cuestiona el consentimiento, no cuestiona ninguno de los elementos referidos a la literalidad, es decir, la firma del vale, en cuanto a su 'genuinidad' y 'autenticidad'", señala la apelación.
"No solo no están cuestionados sino que, por el contrario, se encuentran irrefutablemente establecidos por la intervención de un profesional del derecho, investido de 'fe pública', por cuanto la firma del vale se encuentra certificada, según emerge de la intervención notarial de la escribana pública", añade.
Este miércoles, Salle dijo a Montevideo Portal que el vale "fue un arrendamiento de servicio por actos sexuales y orgiásticos" y que el juez debe fijarse si el pagaré cumple con todos los requisitos y no en otros asuntos.
"Cuando ejecutás un vale la ley prevé una serie de mecanismos de defensa, entre esos mecanismos de defensa no está el que vos ingreses a analizar el negocio que dio origen al vale. El vale es una forma de pago, es un documento de crédito, es como que emitas un cheque. El juez de la ejecución no tiene autorizado entrar a analizar el negocio que dio origen al cheque", explicó Salle.
"El juez de la ejecución no pude entrar a valorar el negocio causal, lo único que puede analizar es que el vale esté bien hecho, que cumpla con los requisitos que establece la ley. Este vale cumplía con todos los requisitos pero el empresario dijo 'ah, bueno, pero lo firmé drogado, lo firmé sin tener un estado mental de conciencia'", añadió.
"Firmó adelante de la escribana pública, nadie notó absolutamente nada. Por lo tanto, entrar a analizar si lo que pagó es caro, es barato, es abusivo o no es abusivo... No puede hacerlo después, es una sentencia rara", continuó el abogado.
Salle dijo que el juez "se metió en toda esta temática y a su juicio (el empresario) firmó drogado" porque "creyó en toda su versión". A su vez, señaló que "insólitamente" el juez presentó de oficio un testigo "para declarar a favor del empresario".
"Es una sentencia rara, una sentencia de un empresario contra una trabajadora sexual y el juez trae como medida, para mejor proveer, de oficio en un juicio a un testigo para beneficiar al empresario", añadió.