La Fiscalía de Delitos Económicos a cargo de Enrique Rodríguez comenzó meses atrás una investigación por presunto lavado de activos, luego de recibir reportes del Banco Central del Uruguay por movimientos sospechosos en algunas cuentas bancarias. Precisamente, el documento remitido al Ministerio Público daba cuenta de ingresos millonarios en seis cuentas.
Tras las primeras actuaciones, los investigadores pudieron constatar que el depositante del dinero es una empresa que tiene sede en Hong Kong, que adquiere cálculos biliares de las vesículas de animales bovinos luego de que estos son faenados en frigoríficos. El negocio se completa cuando dicha compañía los revende con el fin de usarlos en joyas, cosméticos y materiales de belleza estética.
El gramo de estos cálculos suele venderse en el mercado a cifras similares a las del oro, por lo que el kilo del material cuesta miles de dólares. Entre los acusados hay dos argentinos, padre e hijo, que son defendidos por el penalista Marcos Pacheco y ya declararon ante el fiscal Rodríguez para intentar demostrar que no tuvieron participación directa con los hechos.
El resto de los implicados son cuatro uruguayos y, según la documentación recabada por la Fiscalía, recibieron ingresos por alrededor de US$ 10 millones a través de transferencias bancarias. La defensa de los compatriotas la realizan Jorge Díaz y Enrique Moller.
La particularidad del caso es que se estima que el tráfico se venía desarrollando hace años, porque muy pocos animales suelen tener cálculos biliares. Según pudo saber Montevideo Portal, la operativa consistió en negociar con los frigoríficos para luego comercializar los cálculos y enviarlos a Hong Kong sin la certificación correspondiente.
En otros países, como Paraguay y Brasil, ha habido causas similares. Las fuentes afirmaron que en Uruguay es el primer caso que se da, lo que obligó a los investigadores a informar sobre la mercadería que salió del país sin el certificado correspondiente.
El mercado chino suele estar interesado en este tipo de cálculos porque su medicina tradicional los utiliza como un remedio natural para varias enfermedades, como hipertensión y trastornos hepáticos. Las piedras se recolectan en las faenas de frigoríficos, se limpian y luego quedan listas para ser vendidas.
En el caso de Uruguay, ha habido experiencias de ventas a Estados Unidos con la correspondiente certificación del Ministerio de Ganadería. Sin embargo, el mercado chino no está habilitado legalmente.