Traficante fue preso por ansioso y el nombre del lugar del hecho agregó ironía al asunto

Un hombre de 27 años marchó a prisión en el estado brasileño de Tocantins y afronta cargos por tráfico de drogas. El caso saltó a las páginas de la prensa local no por la envergadura de la operación, sino por las circunstancias que determinaron el arresto del maleante.

Según informara el portal noticioso G1, todo comenzó cuando un dentista recibió un paquete en su consultorio. El profesional —que no había solicitado nada— abrió la caja y se encontró con algunos ladrillos de marihuana y varias piedras de crack. Su primera reacción fue llamar a la policía, y minutos más tarde un grupo de agentes fue al lugar para recoger la droga.

El odontólogo se comunicó asimismo con la empresa encargada del reparto, cuyo propietario se mostró tan sorprendido como él, y se puso a disposición de la policía para aclarar el caso. Así las cosas, se trasladó a la comisaría acompañado por el repartidor que había hecho la entrega.

“Cuando el dueño de la empresa y el cadete estaban en la comisaría, el que enviaba la droga, así como el destinatario, empezaron a llamar exigiendo explicaciones sobre dónde estaba la droga”, dijo al citado medio Guilherme Moreira, comisario a cargo del caso.

Ese error costó caro al destinatario, quien no se resignó a dar por perdido el bulto y se expuso demasiado.

Ante el interés del narco local, la policía pidió al cadete que completara la entrega, y una vez hecho esto procedió al arresto del hombre que la recibió.

Para colmo de ironía, esta suerte de comedia de las equivocaciones ocurrió en una pequeña localidad llamada Laguna de la Confusión.

Ahora, la policía busca localizar al remitente de la encomienda, que no es un “confuso” —o como sea el gentilicio del lugar—, sino un residente de la localidad de Palmas.