Trabajadores del Sindicato de la Industria Química (STIQ) se movilizaron este martes en Montevideo, junto a otras gremiales, después de varios días de marcha tras salir en caravana desde Bella Unión.
La medida de protesta adoptada por la STIQ es "en defensa de las empresas públicas, y en particular de Alcoholes del Uruguay (ALUR)", asociado a la producción de biodiésel.
STIQ entiende que el posible cierre de ALUR Capurro y ALUR Paysandú implicaría la "pérdida de 4.000 puestos de trabajo directos e indirectos", según un comunicado del sindicato de la semana pasada.
"Nuestro gremio se declara en estado de preconflicto y analiza un plan de acción continuando como desde hace un año realizando gestiones ante el gobierno, la oposición, ministerios y Poder Legislativo con el objetivo de que se instale una comisión con participación de todos los involucrados", expresaron desde el gremial.
Participaron de la concentración frente a la planta de ALUR en Carpurro también Federación Ancap, mesa de colonos de Bella Unión y Belén (Salto) y otros sindicatos vinculados al sector productivo del Estado.
La movilización primero protestó frente a la planta de ALUR en Capurro y luego marchó hacia el Palacio Legislativo.
El delegado general de base y dirigente del STIQ Nicolás Lema explicó días atrás a La Diaria que la última Rendición de Cuentas incorpora tres artículos que "quitan la obligatoriedad por parte de Ancap de mezclar biodiésel en el gasoil y la obligatoriedad de producir biodiésel para mezclar con gasoil".
Para el STIQ, esto implica el desmantelamiento definitivo de ALUR, que en Bella Unión se vincula con la producción de caña de azúcar y de bioetanol y abarca a "una tercera parte de la población".
"ALUR tiene unos 800 puestos de trabajo directos, pero, sumados pequeños y medianos productores, fleteros y todo lo que rodea a la producción, tenés más de 4.000 puestos de trabajo", señaló el trabajador a ese medio.