Por Nicolás Delgado
NicoDelgadoSan
Lucía Topolansky fue guerrillera, presa política, edila de la Junta Departamental de Montevideo, diputada, senadora, primera dama y vicepresidenta de la República. A un año de su retiro del Palacio Legislativo y a pocos días del Congreso del Movimiento de Participación Popular (MPP) que proclamó al intendente de Canelones, Yamandú Orsi, como precandidato a la Presidencia, Topolansky recibió a Montevideo Portal en su chacra de Rincón del Cerro, en el oeste de la capital del país, para hablar de política y del caso Astesiano, la interna de Fiscalía y las negociaciones para designar a un fiscal de Corte.
A la sombra de los árboles, respondió durante más de una hora sobre diversos temas, entre ellos el acuerdo en la coalición de Gobierno para resarcir con hasta US$ 150 mil a víctimas de la guerrilla.
A continuación, un resumen de la entrevista.
¿Qué le ha parecido el trabajo realizado por la fiscal Gabriela Fossati en el caso Astesiano y sus derivaciones?
Aclaro en principio que no soy experta en cuestiones jurídicas, por tanto, lo veo desde la sociedad civil. Le tocó un caso complicado, pero se mezcló mucho la cuestión mediática; eso no estuvo bien. No se puede estar poniendo en Twitter declaraciones, esto y lo otro, porque el ciudadano de a pie, que es el que tiene que confiar, cree que Fossati es todo: juez, arte y parte. Este es un proceso acusatorio y ella es la representante del Estado. Desde el punto de vista de la educación cívica, ser juez, arte y parte está mal, porque yo pido de los jueces y los fiscales mucha más discreción. Sinceramente, no me cayó bien.
Y después idas y venidas y contradicciones. Estos últimos episodios de licencia y contra licencia no me los puedo explicar. O tú querés seguir en el caso y lo planteás directamente, jerárquicamente, porque creo que Gómez [Juan, el fiscal de Corte] está haciendo un trabajo con seriedad; o si te querés ir, planteá lo mismo por los mecanismos que hay y chau, y no das más vueltas.
Esto fue como un derrape final que yo creo que perjudica al sistema, que es lo que más me preocupa. El sistema, después de la reforma [instrumentada con el nuevo Código del Proceso Penal vigente desde noviembre de 2017], fue muy discutido, pero yo creo que no pasó el tiempo suficiente para hacer un balance, y decir “esto sirvió, esto no sirvió y hay que cambiarlo”.
Por una parte, se cerró una condena [a Astesiano], pero es por una parte de la causa, ¿y todo lo demás? Hay miles de preguntas que están sin respuestas, como el seguimiento de nuestros compañeros senadores [Mario Bergara y Charles Carrera]. Si realmente es verdad lo que dijo el prosecretario de Presidencia, [Rodrigo] Ferrés, que [Alejandro] Astesiano no era el jefe de custodia [presidencial], a pesar de que firmaba, con firma, sello y demás, y lo quisieron dejar pasar como error administrativo. No creo en los Reyes Magos yo.
Al tal comisario [Ricardo] Martínez, que sería el jefe de Astesiano, no lo interrogó nadie, no lo llamaron. ¿Nunca entró a ese cuarto piso [de Torre Ejecutiva]? ¿No vio las capturas de pantalla? ¿No sabía lo que hacía su subalterno? ¿No le rendía [cuentas] a Ferrés, que era a quien tenía que rendirle, para que Ferrés le rindiera al presidente? Ahí hay toda una zona oscura que no se investigó.
¿Es responsabilidad de Fossati?
No sé si es responsabilidad de Fossati, pero en todo ese entrevero aparece una zona gris de responsabilidades, porque yo no lo reduzco a que el tipo hizo cuatro negocios desde el piso cuarto. Es una cosa bastante más compleja todo lo que apareció, así que quedan enormes dudas.
Después aparece toda la zona de los cónsules. Si los cónsules, por lo que informa la prensa, ganaban con documentos que salían US$ 5.000 o US$ 10.000, y uno de los cónsules [imputado con prisión preventiva el 27 de noviembre] paga de fianza US$ 25.000, son tres o cuatro documentos, y dicen que hizo 70 o 100. Entonces, es una bicoca.
La fiscalía plantea que esos manejos vienen del año 2013.
Pueden venir de la fecha que sea, pueden venir de antes, porque el sistema de Relaciones Exteriores son funcionarios que andan desparramados por el mundo. Uno de los embajadores que conocí de esa época es el embajador [Enrique] Delgado [Genta, exembajador uruguayo en Rusia y actual director general para Asuntos de Integración y Mercosur de Cancillería], que ahora es asesor y varias veces lo he visto en fotos cerca de Presidencia. ¿Qué dijo Delgado? ¿Sabía que los cónsules…? No sé. Yo tengo más preguntas que respuestas. En el caso Astesiano lo que se investigó hasta ahora no me aclaró absolutamente nada. Tengo una gran nebulosa. Pero soy una persona que cree en la Justicia uruguaya.
Yo estoy de acuerdo con Gómez en esto: no por un caso, por una actuación fiscal, podés meter en una bolsa el universo. Pasa lo mismo con los jueces. Pero yo me imagino al ciudadano de a pie, que te diga: “Si en un momento determinado estoy yo [en un problema judicial] y hay todo este entrevero, ¿qué certezas tengo?” Porque si algo tiene que dar la Justicia son certezas.
Teniendo en cuenta que los hechos identificados por Fiscalía se remontan a 2013, ¿faltó control sobre los funcionarios desparramados por el mundo?
No sé, porque no tengo el hilado fino de Cancillería, entonces no te puedo contestar esa pregunta, porque sería un atrevimiento de mi parte. Sé que los ministros, los consejeros y los cónsules hacen periódicamente informes. Esos son mecanismos. Como ya no estoy a nivel parlamentario, tampoco me he metido a bucear o a pedir informes; eso lo harán los compañeros que están ahí.
Fantástico si un problema [que] se arrastraba de antes, se investigue cuándo empezó y cómo empezó. Eso me parece bien. Nadie dijo que estuviera mal.
¿Le pareció acertado el traslado de Fossati [de un turno a otro, con lo que fue apartada del caso Astesiano]?
Yo hubiera hecho lo mismo que Gómez, porque no estaba claro si quería quedarse o si quería irse. Un día quería quedarse, pedía licencia, estaba estresada; a los dos días se le acabó el estrés. Yo estoy preocupada por el médico que le firmó las licencias, porque sos un profesional responsable. Es un servicio las licencias médicas muy cuestionado siempre. Entonces, creo que Gómez, al final y después del altercado entre dos fiscales, dijo “acá le ponemos un punto final”. Y lo bien que hizo. Capaz que es demasiado bueno Gómez, demasiado formal.
Creo que Gómez ha hecho lo imposible, más allá de lo que se le podía pedir, teniendo sencillamente una suplencia [como fiscal general de la Nación], y en realidad el que ha fallado es el sistema político, que no ha podido ponerse de acuerdo para una designación.
¿De qué manera se puede destrabar la falta de acuerdo político para designar al sucesor de Gómez?
Negociando. Cuando yo voy a negociar, te doy para que me des. La negociación no es jamás una imposición. Entonces, el talante y la mano las tiene el oficialismo en esto.
Hubo un cambio sustancial en la negociación. En los 15 años que negoció el Frente Amplio, nosotros llamábamos a la negociación a todos los partidos y venían dos por partido: venían dos blancos, que por lo general eran [Luis Alberto] Heber y [Jorge] Larrañaga, a veces en lugar de Larrañaga venía [Carlos Daniel] Camy; los colorados eran [Pedro] Bordaberry y [José] Amorín [Batlle]; venía alguien por el Partido Independiente, [Pablo] Mieres o [Iván] Posada; y venía Unidad Popular, que no tenía votos para tener representación en los organismos que se negociaban. ¿Por qué los invitábamos? Porque entendíamos que al ser un partido que tenía representación parlamentaria, tenía que estar presente en esas discusiones, entonces venía [Eduardo] Rubio, que era el diputado que tenían. Se discutía las características del organismo, armábamos paquetes, porque tenía que haber equilibrios, y al final siempre salíamos. Fueron muy pocas las veces que no pudimos salir de la negociación, y que tuvo que entrar un ministro a la Suprema Corte de Justicia por antigüedad. La mayoría de las veces acordamos.
Al principio Tabaré Vázquez nombró la encargatura de Mirtha Guianze [en la Fiscalía] como para salvar la petisa, pero eso no caminaba, porque era casi una encargatura administrativa. Entonces, empezamos a negociar. El primer fiscal [de Corte] fue Rafael Ubiría, y como este es un país de 3 millones y medio de habitantes y nos conocemos todos, y los neutrales no existen, no existen en el Uruguay ni en el mundo, porque es imposible ser neutral en la vida, todos sabemos más o menos para dónde voltea. Pero no era para el Frente Amplio. Todos sabíamos bien que [Ubiría] volteaba más bien para el Partido Nacional. Nosotros lo nombramos porque se encontró acuerdo en torno a Ubiría, porque hay una carrera funcional, porque vos podés leer las sentencias. Ubiría después recibió la propuesta de otra responsabilidad jurídica de mayor nivel, pidió para irse y renunció voluntariamente, y ahí rápidamente se acordó el nombre de Jorge Díaz, que venía con un prestigio importante como juez por ser, junto con Graciela Gatti, los dos jueces que habían encabezado por primera vez los juzgados de crimen organizado.
Son los partidos políticos los que organizan la fila de los patitos. Nosotros, los que negociamos eso, constantemente estábamos informando a la bancada, entonces cuando nos sentamos en la Asamblea General no había ningún papelón; todos sabíamos lo que íbamos a votar.
¿Dónde ubicamos a Jorge Díaz en un escenario en que nadie es neutral?
Él siendo estudiante había militado vinculado al Partido Comunista, por lo que la gente en general lo vinculaba al Frente Amplio. Pero nosotros propusimos primero y después votamos para la Suprema Corte a Elena Martínez, la señora de Ope Pasquet [diputado del Partido Colorado]. Si vos leés el expediente de su carrera funcional, tenés que ser muy mala leche para decir: “No, le hago una cruz”. La primera vez que la propusimos no la pudimos votar porque el veto vino de su partido.
¿Del Partido Colorado?
Sí, pero no voy a decir de quién. Después la nombramos y ha desempeñado bien la función. Yo creo que no nos equivocamos.
¿Que ella asuma como fiscal de Corte podría ser una solución para destrabar el conflicto?
No lo sé. Ahora ella tiene una función en la Suprema Corte, que desde el punto de vista de la importancia de la función es igual. Entonces, si vos desvestís un santo para vestir a otro… No.
¿Graciela Gatti [que en junio de 2022 asumió como presidenta del Mecanismo Residual Internacional para los Tribunales Penales de Naciones Unidas] es un nombre para volver a poner arriba de la mesa?
Fue un nombre que se manejó y en su momento no hubo acuerdo por alguien que no fue del Frente Amplio.
Graciela Bianchi [coordinadora de la bancada de senadores del Partido Nacional] ha dicho que hay “una grieta” en Fiscalía entre fiscales pro Díaz y otros anti Díaz. ¿Visualiza ese escenario?
No. Yo ahí estoy con Gómez: creo que con el jefe de la Fiscalía podés tener más o menos afinidad, pero de ahí a traducirlo en una grieta, no. No, porque el Poder Judicial y el sistema acusatorio uruguayo han funcionado bastante bien y no los quiero bastardear, y no quisiera que por un tropiezo del sistema político se viera afectado.
Bianchi, que ha dicho mucho sobre usted, la elogió este martes en Desayunos Informales (canal 12) por su capacidad de negociar y dijo que le pidió al senador Alejandro Sánchez una reunión con usted para destrabar este asunto. ¿Ha hablado con Bianchi últimamente?
No. La vi el otro día porque me vino a saludar el día que murió Ivonne Passada, pero yo después que me retiré del Parlamento me he dedicado a otras cosas. Por supuesto que miro sesiones que me interesan, porque me gusta seguir el tema político, y en algunos temas puntuales, porque trabajé 22 años ahí, le he hecho aportes a mis compañeros, pero siempre desde el llano, porque cuando hay alguien capitaneando, y eso es lo que hacen los legisladores, uno tiene que confiar en sus compañeros y tiene que ayudar todo lo que sea posible.
¿Se reuniría con Bianchi para intentar destrabar la negociación?
Cada vez que fuimos a negociar, fue el Frente Amplio el que definió quién era su negociador. No te lo pueden definir de afuera. Además, alguien que negocia algo que será tema de las bancadas tiene que estar en el Parlamento.
El senador Charles Carrera ha dicho que hasta que no se calmen las aguas, el Frente no se sentará a negociar el sucesor de Gómez. ¿Qué le parece esta decisión?
Si la bancada definió eso, yo me alineo totalmente con la bancada, porque ellos tienen el clima del día a día, que no lo tengo yo. El Palacio tiene su modo de hacer política.
Yo me he preguntado todo este tiempo, porque hubo un cambio grande de legisladores, si [la falta de acuerdo] fue [por] eso, o fue consecuencia de un tiempo de funcionamiento muy irregular durante la pandemia, si fue consecuencia de una coalición nueva que tiene ciertos ruidos internos. No sé. Ahora, en tema coaliciones nosotros hace 52 años que lidiamos con tirios y troyanos, y sé que no es sencillo, pero tenemos claro, desde el año 1971, que unidos podemos hacer un montón de cosas, y separados no somos nada. Y lo excelente a veces es enemigo de lo bueno. La barra a veces te pide lo excelente, pero no podés.
¿Lo que ha pasado en Fiscalía y las trabas para designar a un fiscal de Corte presentan un problema institucional?
Estamos en el borde. No nos tenemos que caer; más bien tenemos que consolidarnos para salir de ese borde.
¿Debería ser una prioridad para el Frente Amplio este tema?
Debería ser una prioridad para todo el Parlamento, oficialistas y oposición, poder no solo nombrar al fiscal de Corte, sino terminar de integrar los organismos de contralor, que no han sido integrados, y poder caminar con esos acuerdos que precisan mayoría especiales, porque por algo el constituyente puso eso.
Ahora por ejemplo disparan un juicio político contra Carolina Cosse sabiendo que no están los votos. ¿Es una discusión para qué? ¿Cuál es el sentido de una discusión que llega a sala y que no tiene los votos?
¿Por qué lo hacen?
Es una buena escenografía pre electoral. En este país al otro día de las elecciones, empieza… Estuve un par de días en Argentina y allá es mucho peor. Yo quisiera que ese talante característico de la política uruguaya se mantuviera, porque ha sido bueno para todos, para tirios y troyanos.
¿El planteo de juicio político fortalece o debilita a Cosse?
Yo creo que le hace perder el tiempo al Parlamento y a la ciudadanía, y es como pretender mojar a alguien que tiene un impermeable, porque la gente no la va a juzgar por eso. Para mí es una verdadera pérdida de tiempo.
Yo todavía estoy esperando la respuesta de un pedido de informes que hice a la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). Ahora, con el gobierno del Frente Amplio, nosotros pusimos una ley [por la] que si no te dan bolilla con el pedido de informes, tenés el acceso a la información pública. Y con eso, que es democracia, nadie se puede quejar en este país.
¿Qué le pareció la inversión de la Intendencia de Montevideo en el festival Acá estamos, cuestionada por blancos y colorados?
Me gustó lo que dijo en su momento Laura Canoura: lo positivo que tiene todo esto es que podamos discutir si vale la pena la inversión cultural o no. Hay que discutirlo de fondo.
¿Qué problema tengo yo? Salvo Laura Canoura y [Daniela] Mercury, para mí el resto son desconocidas. Hablaban de la argentina [Lali Espósito] y yo no sé ni lo que canta. Estoy cerca de los 80 [años].
No tiene opinión formada sobre si fue una buena inversión o no.
La Intendencia hizo un programa cultural que tuvo una cantidad de eventos ya, un montón, que se desarrolla una parte en el Cabildo, que tiene proyecciones hacia los barrios, que tuvo el Carnaval entreverado en eso. Este fue uno, y como marzo es el mes de la mujer, también tiene sentido.
Una cosa de la que se habló poco: la manifestación del 8 de marzo; hacía mucho que no veo una manifestación de ese tamaño con la cartelería tan diversa, todas las edades, todos los barrios, y no hubo un solo lío. Cada uno con su alegría y con sus aplausos.
Entonces, si se quiere hacer un festival por lo alto, bueno, yo no me voy a meter a opinar de eso.
Yo soy del Municipio A y a veces nos quejamos. Lo compadezco al alcalde porque en el Municipio A somos 250.000 personas, mucho más que la Intendencia de Salto y la de Paysandú.
¿Y están un poco relegados?
Cuesta llegar determinadas cuestiones culturales fuertes, aunque ahora tenemos un centro cultural muy lindo en Paso de la Arena que se llama Julia Arévalo. Vos fijate: un vecino de Santiago Vázquez para llegar al Cabildo son dos ómnibus y esto y lo otro, y al final no va. De acá ni qué hablar, porque el L35, que es el ómnibus que pasa por acá, después de las 9 de la noche es como las gallinas; andá a acostarte.
Capaz que le reprocho un poco eso, pero esos son detalles ínfimos. Se mira donde está el borbollón de gente; es natural eso también.
Hubo sin embargo un momento en que estaba [Mauricio] Rosencof que llevó una cantidad de actividades por los barrios muy lúdicas, porque Mauricio se pone a soñar y es especial para esa tarea.
Considera que falta la descentralización de la cultura dentro de Montevideo.
Claro. Y yo soy de las que piensa que habría que generar más municipios, porque al ser el gobierno de cercanía ese tercer nivel de gobierno, lo importante es la cercanía.
En este momento, en el Montevideo rural, la Intendencia tomó cuatro medidas por la sequía, y están bien, más las del Gobierno nacional, pero se hubiera precisado un alcalde acompañando al chacarero, que está penando.
¿Qué puede proponer el Frente Amplio para 2025?
Estamos terminando de cerrar el programa, porque la construcción del programa del Frente Amplio es una cosa seria. Nosotros tenemos comisión por temas e hicimos aquella recorrida del Frente te escucha, en la que no solo queríamos desentrañar por qué habíamos perdido, sino también escuchar al ciudadano común. Tenemos que empezar a cerrar ahora para devolverle al ciudadano propuestas. Cada sector hemos pensado algunas propuestas. A nivel de mi sector, el desarrollo del Uruguay se juega en la inclusión total del interior. Si logramos incluir a pleno el desarrollo del interior, el país puede subir uno o dos escalones en productividad, en desarrollo, en oportunidades.
La única política social de fondo es el trabajo y yo creo que la causa fundamental por la que nosotros perdimos fue la pérdida de esos 50.000 puestos de trabajo que se nos acumularon en el último período de gobierno, porque Sancho siempre va al lado del Quijote, y te va a juzgar por cómo le va en la feria.
Hablando del interior, que Mario Bergara y Andrés Lima compitan en las elecciones internas, ¿ayuda a Orsi o lo complican?
Yo soy partidaria de las múltiples candidaturas. Eso no quiere decir que, como en un momento pasó, todos los sectores apoyen a un candidato, como pasó con Tabaré, porque tampoco vas a ser negacionista. Cuando aparecen múltiples candidaturas, jamás me voy a oponer.
Hay quienes piensan que Bergara y Lima, por diversos factores, le quitan más votos a Orsi que a Cosse.
He oído ese razonamiento y habría que sacar la calculadora. A nosotros nos tocó fundamentar la candidatura de Yamandú en el Congreso del MPP y dijimos cosas concretas, que tienen que ver con la descentralización y la visión país.
Adolfo Fito Garcé publicó en Búsqueda este jueves que a Orsi le falta debatir temas nacionales.
Eso lo irá incorporando. Tiene experiencia de gobernar un departamento que es como la miniatura de Uruguay en cuanto a problemáticas. Su condición de profesor le hace tener un ida y vuelta, porque tiene que andar atrás de los alumnos, llegarles; no es ni de Montevideo ni del Uruguay profundo, por lo que puede ser entendido por el montevideano y los del Uruguay profundo. Y si el Frente lo elige, y de aquí a diciembre también, tiene que incorporar en su mochila eso que dice Garcé: el paquete de propuestas y de visión nacional, de la base productiva del país, la energía, las empresas públicas, la salud, la educación, las relaciones exteriores. Pero eso se puede hacer al andar; se hace al andar. Pero además hoy ya no hay gobiernos unipersonales, sino que son equipos.
¿Ve a Cosse como vice de Orsi?
Hay una resolución en el Frente de que queremos una fórmula paritaria y es casi tácito que si ella estuviera y saldría segunda, tendría que estar en la fórmula, si quiere. Capaz que Carolina quiere consolidar su trayectoria en la Intendencia. Ella tiene la posibilidad de elegir. Tampoco podemos exigirle a la gente. Lo que tiene que ser es paritaria la fórmula.
¿Qué ha hecho bien este Gobierno?
Hubo una cantidad de cosas que nuestro partido, el Frente Amplio, votó en el Parlamento. Por ejemplo, últimamente acompañó prácticamente todas las medidas en relación a la sequía; propuso medidas también. Es decir, hay una serie de cosas concretas que están bien, pero tuvo algunos problemas que creo que flecharon mucho la cancha. El mecanismo de Ley de Urgente Consideración (LUC), que yo lo hice estudiar por abogados de mi confianza, estuvo pésimamente mal usado. En la Constitución, el constituyente lo puso ese mecanismo, porque se pasaba de un Consejo de Gobierno a un Gobierno presidencial que podía tener ciertas debilidades la Presidencia y se necesitaba un mecanismo para cosas de urgente consideración, no para cualquier cosa, y entonces fueron leyes que se aplicaron, porque las usamos todos, pero limitadas a la urgente consideración.
Los peores 135 artículos de la LUC, según el Frente Amplio…
Ellos la utilizan pésimo, porque al final no sé si quedaron o no, pero que pongan al chorizo artesanal como de urgente consideración es un chiste al lado de mandar cuatro años y medio a las mujeres que llevan unos gramos [de droga a las cárceles]. Y eso lo quieren sacar y no les da el coraje porque es reconocernos algo. Y fijate que un hombre como al que le encontraron cuatro toneladas de cocaína en un contenedor todavía puede tener libertad ambulatoria y le dieron permiso para irse a casar a Rosario [Argentina]. No, esas cosas no se hacen. Entonces hubo una cosa mal parida.
Y ahí tuvimos una discusión, si era la derogación in totum, porque había algunas cosas que eran votables, porque siempre cuando metés un cúmulo de cosas hay votables, y no somos necios. Siempre dijimos son 135 peores. Y bueno…
Pero la raíz está en utilizar mal un mecanismo y tan mal lo utilizaron que hace poco oí las declaraciones de un senador diciendo que habría que tener otra para terminar los temas que faltan. Sería como gobernar por decreto. Es tremendo; es sacarle al Poder Legislativo, que es el más directo de representación, su papel. Y yo no sé si todo eso no está incidiendo en todos estos trancazos que tenemos.
¿Cuál será la postura del MPP en un eventual gobierno del Frente Amplio con respecto a los impuestos al agro y el Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE)?
No tenemos ese punto… En su momento nosotros pusimos el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR), hubo un recurso de inconstitucionalidad [la Suprema Corte de Justicia declaró en el año 2013 la inconstitucionalidad de los artículos 1 y 2 de la ley que creó el ICIR], pero no sé…
Hay una cuestión del IVA. Yo personalmente pienso que hay que derivar al IVA personalizado. El IVA es un impuesto que pagamos todos sea cual sea nuestro ingreso. La persona que gana muy poquito gasta la mayoría de su sueldo en comida; la persona que cobra mucho gasta un porcentaje pequeño en comida. Entonces, para productos alimenticios, medicamentos y ese tipo de cosas sería muy bueno un IVA personalizado, que no se lo quedara la cadena, sino que fuera directamente a la tarjeta. Incluso ese era uno de los fundamentos de la bancarización. No solo ese, sino también estar en blanco, porque muchas empleadas domésticas que obtuvieron la tarjeta pasaron a estar en blanco, lo cual es muy bueno, y debería ser una preocupación de la reforma jubilatoria; tenemos que estar todos en blanco.
Lo del IVA personalizado está en la discusión. Nosotros vamos a proponer con el Frente en el programa ese punto. Ese lo tenemos claro, pero después hay que ir viendo.
La reforma impositiva del Frente fue muy buena porque ordenó el panorama, y no es verdad que Uruguay sea el que tiene más presión fiscal. En el mundo, hay países que tienen muchísima más presión fiscal que esta. Después las cosas no son estáticas, porque las realidades cambian. Entonces, eso lo tenemos que ir midiendo.
Y ahí también se pueden mirar algunas exoneraciones que pueden ser válidas un tiempo, pero después dejan de servir. Uruguay es maravilloso, te conseguís una exoneración y después te prendés de por vida. No; hay que advertir que te exoneran para que se consolide el sector 10 años o 15 años, pero después va a ir decreciendo; que ya lo sepas de antemano.
¿Cómo ve a Fernando Pereira como presidente del Frente Amplio (FA)?
Nosotros estuvimos de acuerdo con él, militamos por él y nos quedamos contentísimos de que hubiera salido, porque lo ordenó al FA. Estaba muy caótico el FA.
El Frente funcionó de forma bastante buena hasta [la presidencia de Jorge] Brovetto; después la presidencia de Mónica Xavier y de Javier Miranda tomaron algunas decisiones equivocadas, como por ejemplo la supresión de la comisión del interior. Esto yo lo relaciono directamente con ese bajón que tuvimos en el interior. Entonces, Fernando volvió a organizar una cantidad de cosas.
Además, estuvo muy buena la movilización porque de una derrota salís militando, salís movilizándote. Nos ayudó sí la juntada de firmas por la Ley de Urgencia para poder levantarnos en un momento duro. Yo ahora estoy más vieja y tuve un accidente doméstico y no podría hacer los puerta a puerta que hice, pero gastarte los zapatos es lo mejor, en cualquier campaña.
¿Le gusta que Pereira tenga un perfil alto y combativo?
Sí, no me parece mal. Él lo va graduando. Es un compañero que sabe decir, que escucha. Yo le tengo muchísimo aprecio a Fernando Pereira: es un valorazo, una reserva interesante que tiene el Frente ahí.
¿Reserva electoral?
Por ahora te lo digo así: interesante. Para muchas cosas. Es muy interesante por cómo ha manejado. Mirá que no es fácil comandar una coalición. No es nada fácil.
La coalición de Gobierno llegó a un acuerdo para resarcir a las víctimas de la guerrilla. Esto fue anunciado el miércoles. ¿Qué opinión le merece la iniciativa?
En realidad, cuando hay una dictadura, las reparaciones son sobre el accionar de la dictadura, del aparato del Estado. Esto no se había visto nunca. Veremos qué texto sale. En principio me parece que no correspondería, pero tienen los votos.
¿Por qué no correspondería?
Porque es parte de las luchas políticas. No tiene nada que ver con el aparato del Estado.
Por Nicolás Delgado
NicoDelgadoSan
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