Las autoridades de la ciudad de Kaohsiung, Taiwán, idearon una forma ingeniosa de hacer que los conductores ebrios reflexionen sobre su comportamiento: se les exige que limpien los depósitos de las compañías funerarias para sentir lo que es estar cerca de la muerte.
El mes pasado, la localidad se vio conmovida por un accidente automovilístico causado por un conductor ebrio, que dejó un padre de familia muerto y otras tres personas heridas. El alcalde Chen Qimai anunció que los condenados por conducir en estado de ebriedad deben realizar un servicio de trabajo social en las funerarias locales como castigo. Hace un par de días, el primer lote de 11 conductores ebrios fue a la oficina de administración de una funeraria local para cumplir su pena. El grupo pasó horas limpiando la morgue, la unidad de refrigeración y el crematorio.
“Limpié la puerta del congelador y me di cuenta de que podría haber cadáveres humanos adentro”, dijo una de las personas condenadas por conducir bajo efectos del alcohol. “Nunca había estado cerca de la muerte, y se sentía inquietante. Realmente necesito tener cuidado al conducir en el futuro”, explicó en declaraciones a la prensa local.
El secretario de Asuntos Civiles, Yan Qingzhi, dijo que el gobierno de la ciudad implementa estrictas medidas de tolerancia cero. Las autoridades esperan que con etas experiencias de trabajo social en funerarias, los vecinos se cuiden a sí mismos, respeten la vida de los demás, renuncien a conducir en estado de ebriedad, mejoren la seguridad vial y respeten los derechos e intereses de los transeúntes .
Después de 4 horas de educación laboral en la pompa fúnebre, los 11 infractores expresaron su profundo remordimiento por sus acciones y juraron no volver a beber y conducir nunca más. "¡No me atreveré a hacerlo de nuevo!" dijo uno de ellos.