La organización terrorista Estado Islámico reapareció el viernes pasado en titulares de todo el mundo por un ataque a balazos y con bombas dentro de una sala de espectáculos de Moscú, el Crocus City Hall, y que tuvo, al menos, 137 víctimas mortales.
Además de las muertes, hubo 110 personas hospitalizadas, muchas de ellas en estado crítico.
A raíz de esto, este domingo, Rusia vivió una jornada de duelo nacional. “Todo el país está de luto”, afirmó la cadena de televisión pública rusa al iniciar sus programas.
Había unas 6.500 entradas vendidas para el concierto de la banda Picnic, que se presentaría esa noche en el escenario ubicado en las afueras de Moscú. Pero antes de que comenzara, hombres con uniformes de camuflaje ingresaron a la sala, donde dispararon con armas automáticas contra el público y también incendiaron parte del edificio.
El mismo viernes, los yihadistas del Estado Islámico, conocido como ISIS por sus siglas en inglés, reivindicaron el atentado, algo que fue confirmado por inteligencia de Estados Unidos. De esa forma, se convirtió en el atentado terrorista más sangriento del ISIS en Europa, superando a la masacre del Bataclan en París en 2015.
Sin embargo, el gobierno de Rusia no ha mencionado hasta ahora a este grupo islámico, sino que apunta contra Ucrania. Según la agencia estatal de noticias RIA Novosti, los cuatro responsables del ataque fueron detenidos tratando de cruzar la frontera ucraniana.
El gobierno de Volodimir Zelensky negó cualquier responsabilidad en los hechos y consideró las acusaciones como “una provocación planificada por el Kremlin para alimentar aún más la histeria anti-ucraniana en la sociedad rusa, crear condiciones para una mayor movilización de los ciudadanos rusos para participar en la agresión criminal contra el país y desacreditar a Ucrania a los ojos de la comunidad internacional”.
La experta en el mundo árabe Susana Mangana aseguró a En Perspectiva que sí ha habido atentados mortíferos del ISIS en el último tiempo, pero en países donde “normalmente no ponemos el foco”, como “Afganistán y Pakistán”.
“Eso no quiere decir que no haya actividad terrorista y que no haya grupos de distintas banderas yihadistas, que están operando en Afganistán, en Pakistán o incluso en la propia Rusia. En Moscú también ha habido atentados bastante cercanos o, por lo menos, se planificaron llevar a cabo varios atentados y las fuerzas de seguridad e inteligencia rusas también abortaron esos planes”, detalló Mangana.
Particularmente el atentado del viernes en Rusia fue reivindicado por el ISIS-K, una facción del grupo yihadista que hace base en Afganistán y que recientemente se ha responsabilizado por atentados con bombas en Irán.
“Nos tenían acostumbrados a hablar sobre el ISIS-K en el Levante, luego en Irak y en Siria”, contó la experta. Este grupo está compuesto mayoritariamente por “jóvenes de zonas rurales” y talibanes paquistaníes y afganos.
“Cada vez que ellos hacen golpes, por ejemplo en Afganistán, y demuestran que ningún gobierno ni tampoco los talibán son capaces de dar seguridad y estabilidad económica al país, entonces van captando más adeptos jóvenes para sus filas”, explicó la especialista.
Según la profesora de estudios árabes, en el 2023 se llevaron a cabo 21 atentados por parte del ISIS-K y en el 2022 el grupo había perpetrado ocho atentados, todos “letales”.
Mangana afirmó que el ISIS-K pretende tener un califato “desde Asia Central (provincias musulmanas que pertenecían a la Unión Soviética y ahora son repúblicas independientes) y de ahí expandirse a todo el globo”.
“Volvemos a tener un grupo utópico que pretende arrasar con la civilización occidental y, por eso, les viene bien atentar en Rusia y en otros países europeos”, sumó y señaló que el querer empezar por Asia Central explica, en parte, por qué el ISIS-K tiene como un enemigo importante al Kremlin.
En 2014 Rusia irrumpió en la guerra de Siria y apoyó a Bashar Al-Asad y, en ese mismo momento, surge con fuerza el Estado Islámico en la zona. “Es decir, han sido combatidos por Putin y la aviación rusa desde prácticamente sus comienzos, con lo cual consideran a Rusia un enemigo de la causa yihadista”, agregó.
Además, el gobierno de Putin “ha seguido una serie de políticas dirigidas a controlar y mantener la seguridad” dentro de su territorio, con una vigilancia especial a su población musulmana, que son alrededor de 25 millones de personas.
Para Mangana el gobierno ruso está cometiendo “un error” al adjudicarle a Ucrania este ataque. Lo hace porque “le sirve”, consideró, “para alimentar ese sentimiento anti ucraniano en la población rusa que bastante molesta está con esta guerra”.
En el ataque del viernes, una característica que llamó la atención sobre los terroristas es que no se inmolaron y que no cubrieron sus rostros.
Mangana dijo que esto no “debe llamar la atención”. “A los que capturaron dijeron que lo hicieron por dinero. Tenemos que entender que este grupo, como otros yihadistas, atraen a personas de zonas empobrecidas, donde hay mucha necesidad económica”, recordó.
Sin embargo, la analista admitió que existen muchas líneas de lectura sobre quién está detrás de estas personas. “Hay varios que se benefician de este ataque, aunque parece macabro, a la hora de desestabilizar a Putin”, dijo, ya que el líder de Rusia “tiene varios enemigos”.
Estados Unidos y Reino Unido insisten en que habían advertido sobre un posible ataque en Moscú. Sin embargo, eso fue desestimado por Putin, quien afirmaba que se trataba de un “chantaje de occidente”.
“Putin tiene esa mentalidad de Guerra Fría, de que Rusia tiene que volver a ser grande, por eso su empeño en tener un cepo encima de países como Ucrania, que se acercaba peligrosamente a la OTAN y a Europa”, comentó Mangana.
La experta recordó que en Europa “los políticos que entienden de las cuestiones de seguridad están advirtiendo” sobre “una posible guerra” y que “los niveles de alarma” en el viejo continente a partir de ahora “se van a elevar”.
“Tenemos muy presente lo que son capaces de hacer estas células y evidentemente en España también ha cambiado el modus operandi de las fuerzas de seguridad después del atentado hace 20 años en Atocha”, ponderó.
De hecho, los misiles lanzados del Kremlin hacia Ucrania después del atentado del viernes sobrevolaron el espacio aéreo de Polonia.
“Nos están advirtiendo con cuentagotas de que los ciudadanos nos tenemos que preparar para aceptar mentalmente que llegará algún día, como dijo Macron, que habrá que enviar soldados de la OTAN a pelear en Ucrania”, manifestó.
“No sabemos todavía decir si es el fin de una etapa de la historia o si es el principio de ese fin, o los albores de un nuevo orden mundial” advirtió y añadió: “Lo cierto es que tenemos una Rusia enfrentadísima a Europa y ahora además se agrega la atención a este grupo ISIS-K”.