Contenido creado por Gerardo Carrasco
Curiosidades

Historia viva

Sobreviviente de la Guerra Civil Española (y del COVID-19) cumple 100 lúcidos años

Miquel Morera, sobreviviente de la “5ª del Biberón” cumplió 100 años el domingo y concedió una entrevista donde se mostró agudo y divertido.

27.04.2020 12:44

Lectura: 3'

2020-04-27T12:44:00-03:00
Compartir en

La ‘leva del Biberón' (conocida también como ‘quinta del Biberón', por la juventud de sus reclutas) fue el nombre que se dio a las levas republicanas de 1938 y 1939 en todo el territorio que aún controlaba la España republicana durante los últimos años de la guerra civil española.

Miquel Morera tenía 16 años cuando se unió voluntariamente a las tropas en Barcelona, donde ya se encontraba su padre, maestro armero de la columna Macià-Companys, de la Generalitat, y luego del 22.º cuerpo del ejército de Levante.

"Mi padre me tomó como ayudante. Me enviaba a trincheras, a frenar maledicencias", contaba Morera días atrás en una entrevista al periódico La Vanguardia.

En aquel momento, una de sus funciones era ajustar los puntos de mira de las ametralladoras, algo que le permitió adquirir puntería y que pronto le sería de utilidad.

"En el nido de ametralladora del frente de Miralbueno, vi subir a soldados franquistas, en hileras, y nuestro artillero se colapsó. No era capaz de disparar... ¡y los otros subían! Le aparté de un golpe, y empecé a disparar yo. Fui barriendo las hileras, iban cayendo", rememoraba.

"Traían bombas de mano: si se acercaban y acertaban, ¡nos mataban! Era la guerra. Se largaron al llegar nuestros refuerzos. ¡Salvé las vidas de los presentes!", añadía.

Como una de las peores experiencias, recuerda el bombardeo de los aviones nazis, que operaban para el bando sublevado. En uno de esos ataques, en la localidad de Benasal "destruyeron la armería, mi padre se salvó porque salió a ver la cueva del castillo. De los mulos atados en la fachada quedaron sólo las cabezas colgando".

En ese momento, el joven Miquel dormía en la cercana sacristía, en una cama de hierro. "El somier, hundido por los cascotes, se me clavó en la cara. Si no me sacan, me asfixio. Salí sin ningún hueso roto, y me sumé a ayudar a sacar a una mujer gruesa: ¡estaba viva! Y trozos de personas: piernas, brazos... Es lo peor que he vivido... No comí en dos días".

Tras el fin de la guerra, Miquel y su padre lograron regresar a casa, pero su suerte no fue completa. "Me interrogaron a bofetadas. Y cada noche sacaban presos y les fusilaban en el Camp de la Bota... A mi madre la encerraron dos meses. Y mi hermano murió, porque enfermó gravemente. Y yo hice cinco años de mili", recuerda.

Miquel cumplió 100 años este domingo, convaleciendo del coronavirus. "Lo vamos pasando lo mejor que podemos, en casita", dijo en entrevista radial con el programa radial Artesfera, de Radio Nacional de España.

Del reportaje también participó Víctor Amela, sobrino de un compañero de armas de Miquel, ya fallecido, y autor del libro Nos robaron la juventud, donde se reconstruyen las experiencias de la malograda 5ª del Biberón. A diferencia de Morera, el tío del escritor fue obligado a ir al frente. También sobrevivió al conflicto, aunque regresó a casa lisiado y traumatizado.

"Estoy perfectamente bien, con mi hija al lado, a seguir lo que sea" dice, deseando que "se acuerden de nosotros, antes de que ocurra como sucedió con los Últimos de Filipinas y los Últimos de Cuba", en referencia a los postreros combatientes de los últimos reductos coloniales de España, que afrontaron un injusto olvido.