Días atrás, precisamente el 12 de junio, se confirmó la condena del exoficial del Ejército Nacional José Tomás Puigvert, uno de los homicidas de Aldo "Chiquito" Perrini, un hombre que en 1974 fue torturado y posteriormente asesinado por militares de la última dictadura cívico-militar en Uruguay.

La ratificación de la sentencia por parte del Tribunal de Apelaciones de primer turno se conoció públicamente este lunes y Montevideo Portal accedió a la sentencia de la jueza Graciela Gatti, que confirmó la condena de 22 años de penitenciaría para Puigvert, el único imputado por este caso que aún sigue con vida.

El caso había tenido un seudofinal en febrero de 2019, cuando el juez Tabaré Erramuspe resolvió, tras la intervención del fiscal de Crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, una condena de 22 años de penitenciaría para Puigvert.

Sin embargo, su abogada, Graciela Figueredo, presentó un recurso para apelar la sentencia y se abrió un nuevo capítulo en los juzgados que finalmente terminó hace unos diez días, cuando Gatti resolvió ratificar lo dispuesto por Erramuspe.

Chiquito Perrini tenía 34 años en 1974. Vivía junto a su esposa y sus tres hijos en Carmelo (Colonia), donde tenía una heladería junto a su hermano. No militaba en política partidaria. Era simpatizante del Frente Amplio.

El 26 de febrero de 1974, durante la mañana, un operativo militar se desplegó por la zona al mando del capitán José Baudean y el teniente Pedro Barneix, hoy fallecidos. El objetivo era ubicar y detener a militantes y simpatizantes de la oposición a la dictadura.

El operativo militar no estaba dirigido solo a Perrini, sino que abarcaba a un número mayor de personas (fundamentalmente jóvenes de entre 18 y 25 años). Entre ellos estaban José Antonio Valente, Carlos Alberto Pereyra, Miguel Alfredo Chipolini, Margarita Noemí Castillo, Daniel Gastián Conde y Jorge Raúl Ferrari, todos detenidos en el mismo día que Perrini. En fechas anteriores y posteriores también fueron detenidos ilegalmente Roberto Melo Rodríguez, Abraham Alfredo Bermúedez, Graciela Joana Castillo, Miguel Angel Molfino y Ruth Margarita Castillo.

Perrini fue detenido en su heladería. En la comisaría lo encapucharon y esposaron con las manos hacia atrás y luego lo trasladaron en un camión del Ejército al Batallón de Infantería N°4. Durante el traslado fue golpeado por los soldados que lo custodiaban.

A su arribo al Batallón de Infantería les prohibieron hablar entre sí durante varios días y no les dieron agua ni comida, lo que se denominaba "el ablande". En estos días de "plantón" todos eran golpeados y a las mujeres, además, las violaban. Esto ocurría frente al resto de detenidos que, si bien tenían los ojos vendados, escuchaban las palabras de los militares y los gritos desesperados de las víctimas, a quienes conocían de cruzarse en la localidad de Colonia.

Según se expresa en el dictamen judicial, los interrogatorios se realizaban bajo torturas, golpes, submarinos y picanas eléctricas. Luego de las sesiones de tortura, las víctimas eran trasladadas a la Enfermería para su control y recuperación a efectos de proseguir con la tortura. Perrini fue sometido a igual tratamiento que otros detenidos pero sobre él recayó especial violencia porque en intentó, con los escasos medios a su alcance, que no eran otros que su voz, defender a una joven para que no fuera abusada por los captores, y como respuesta recibió no solo más insultos, sino también mayores apremios físicos.

El 3 de marzo de 1974 Perrini fue trasladado a una nueva sesión de interrogatorios. A cargo de él estuvieron el capitán Baudean (fallecido), el teniente Barneix (que se suicidó luego de conocer su procesamiento en 2015) y el teniente Puigvert.

Fue en este interrogatorio que Perrini fue sometido nuevamente a torturas pero su cuerpo no las soportó y se desvaneció. Baudean ordenó a Puigvert que buscara asistencia médica. Un enfermero vio a Perrini y recomendó llamar a un médico, que recomendó trasladarlo a la enfermería.

El médico constató que Perrini estaba en "estado comatoso" por lo que solicitó el traslado al Hospital Central de las Fuerzas Armadas en Montevideo. En el trayecto, a la altura del kilómetro 110 de la ruta 1, Perrini sufrió un paro cardíaco y murió. Pese a ello, el cadáver fue trasladado al Hospital Central de las Fuerzas Armadas, donde un doctor realizó la autopsia y consignó que el cuerpo de Perrini tenía múltiples hematomas y hemorragias en diversas partes del cuerpo.