El presidente de la Federación de Funcionarios de OSE, Federico Kreimerman, aseguró el pasado domingo en el programa de radio de Sutel en Universal que la problemática actual con el agua potable “es una situación igual o peor” que la pandemia de covid-19.
En este sentido, cuestionó a las autoridades porque, a su entender, se desconoce qué es lo que pasará luego de que transcurran 20-30 de aquí en adelante.
“Es muy difícil determinar con exactitud por la poca cantidad de agua. Queda tan poca agua en el río Santa Lucía que ya es difícil calcular cuánta queda, porque, de hecho, el fondo del río no se sabe del todo cuánto en realidad es barro y sedimentos. Vos ves arriba agua, pero no quiere decir que todo lo que esté abajo sea agua. queda muy poca y es difícil calcular en la represa cuánta agua queda de verdad”, indicó.
Continuando con la incógnita, el dirigente sindical se preguntó qué pasará el día 31, es decir, el primer día después de la previsión que tienen las autoridades. “Eso es lo que decimos. qué pasa en serio, porque te dicen 30 días. ¿Y? No es que el día 31 vuelve a la normalidad, toda la previsión indica lo contrario”, criticó.
“Lo que nos han dicho varias autoridades técnicas en la OSE es que preveían tener agua hasta el 30 de mayo, ya estamos a 14, así que los 30 son más bien menos de 20, pero bueno. ¿Qué pasa al día siguiente? Salvo que el 1º de junio empiece un diluvio universal en Uruguay, cosa que Inumet prevé que no, entonces ¿qué va a pasar?”, agregó.
Kreimerman se adelantó y dijo que si la medida que tienen prevista es traer el agua desde otro lugar, allí habrá “mayores consecuencias” porque las cantidades de cloruros son mayores, por tanto, en el hipotético caso de que ocurriera, el Ministerio de Salud Pública debería dar más recomendaciones, más serias.
“Por supuesto que para nosotros ya se debe concretar una emergencia sanitaria, estamos en una situación igual o peor que la pandemia acá, por la cantidad de gente afectada. Es la realidad, lo que decidimos el viernes es: bueno, manejamos toda esta información, los datos estrictos los tienen las autoridades, pero empecemos a pedir que las autoridades lo digan. Qué va a pasar con la población con 2 millones de habitantes que van a recibir agua que nadie puede definir como potable y qué va a pasar con la industria y los puestos de trabajo”, concluyó.