La Federación de Funcionarios de OSE (FFOSE) criticó a través de un comunicado a las autoridades de la empresa pública, después de que se anunciara que debido a la situación de sequía se resolvió modificar la calidad del agua que provee la estatal desde Aguas Corrientes a Montevideo y a la zona metropolitana.
OSE anunció la semana pasada que mezclará de forma diferente las fuentes de agua, aumentando el agua que se bombea desde abajo, que implicará una suba en el valor de salinidad del agua corriente. El límite era de 200 mg/l de sodio y 250 mg/l de cloruro, pero tras la medida tomada por OSE ahora pasó a ser 280 mg/L el sodio y a 450 mg/L el cloruro.
Ante esta coyuntura, el sindicato expresó que las autoridades de OSE no comunicaron a tiempo haber agotado las reservas de agua.
“Lo que no dicen, es que el agotamiento de esas reservas se ha ido en buena parte en pérdidas de agua potable en las propias redes y sistemas de OSE, que casi la mitad del agua que se bombea no llega al consumo de los hogares”, comenzó apuntando el gremio.
En esta línea, FFOSE señala que dicha situación se debe a la política de reducción que lleva adelante la empresa pública desde el Gobierno, a través de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP).
“Por un lado, la falta de inversión que lleva a tener sistemas obsoletos, a falta de mantenimiento; por otro, la falta de personal que desde FFOSE llevamos más de un año denunciando, que implica que no se puedan reparar las roturas en las propias cañerías de OSE. Al mismo tiempo que nos anuncian que nos van a mandar agua salada, se sigue adelante con el Proyecto Neptuno, que costará a los uruguayos más de US$ 800 millones, y que la situación actual muestra que no es la solución, puesto que justamente, bombearía agua con sal”, afirmó el sindicato.
Posteriormente, FFOSE asegura que “las autoridades nunca han tenido un plan serio frente a la falta de agua, cuando Inumet informa que el déficit hídrico comenzó hace tres años”.
“Frente al peligro real del agotamiento del agua, nos anuncian que no hay más remedio que bombear agua con sal; efectivamente, no hay más solución hoy, pero la hubiera habido si, en vez de rifarse a que lloviera más, se hubiera invertido en infraestructura y en reponer personal. Por último, los fenómenos de escasez de agua no son un castigo de la naturaleza, son la consecuencia del manejo del suelo y las aguas de nuestro país bajo un modelo económico agroexportador que prioriza el lucro de unos pocos por sobre las necesidades de la población, que se aplica hace décadas en Uruguay y responde a los intereses del capital internacional”, finaliza el documento.