Por Federica BordaberryFederico Pereira

La sede de campaña desde donde Robert Silva y su sector, Crece, se prepara para el 30 de junio, no tiene ningún cartel del precandidato. En su fachada no está la foto del expresidente del Codicen, no figura el nombre del sector y no hay banderas del Partido Colorado, como en otros locales y clubes de la agrupación. Lo único del color de la divisa es una calcomanía pequeña que se ve en una ventana, con la leyenda “Robert Silva presidente”, como si se tratara de la casa de cualquier militante partidario.

“La casa es una propiedad que compró un amigo y que me la prestó para trabajar en ella durante este período. Esto es un ejemplo de cómo venimos con nuestra campaña. A partir de esfuerzos conjuntos de mucha gente”, explicó el aspirante a ganar la interna colorada, en conversación con Montevideo Portal.

El hombre elegido por Ciudadanos y otros sectores para competir por un lugar en la carrera de octubre destacó la forma de trabajar de su gente. “Tenemos 51 agrupaciones en todo el país. Ninguna se ha adherido a cambio de que nosotros demos algo; al contrario, las agrupaciones se autofinancian. Nosotros colaboramos con listas, cartelería, las cuestiones generales; los spots que hacemos que sirven para todos”, comentó.

Silva remarcó que tiene la “mejor estructura en todo el país” dentro del Partido Colorado, que, según dijo, necesita que no le pase como en elecciones anteriores, cuando se definieron liderazgos que después “se fueron”.

A su vez, en la entrevista, el colorado repasó su paso por la ANEP, tanto en la era de la reforma de Germán Rama como en su tiempo al frente de la “transformación educativa” que emprendió este gobierno. Esa que “la máquina de impedir” —como llama a sectores del Frente Amplio y del Pit-Cnt— quiso frenar y busca revertir, según dijo, argumentando la importancia de que gane la coalición en octubre. 

“Tenemos que ganar la elección para que no vuelvan”, enfatizó, remarcando que si gana el Frente Amplio van a “echar para atrás todos los procesos de cambio educativo”.

Silva advirtió que, si bien sale “a ganar las elecciones para ser presidente de la República”, lo van a ver “trabajando por la educación” en cualquier lugar que le “toque estar”, dado que es la política pública fundamental.

A continuación, una selección de la entrevista con el precandidato colorado.

Usted estuvo al frente de la reforma educativa, y esta es tal vez la mayor referencia que tiene el electorado sobre su accionar público. Desde la oposición critican que la transformación se llevó a cabo a espaldas de los docentes. ¿Qué responde a eso?

Hay que ejercer la autoridad, sin confundirla con autoritarismo. Hay que ejercerla, porque si uno llega a un cargo de gobierno —yo lo vivo diciendo en este proyecto político en el que estoy— es para que las cosas sucedan. Yo cuando llegué ahora a la ANEP, con ese aprendizaje, dije: “bueno, llegamos para transformar la educación; va a haber lio, va a haber problema, pero llegamos para que suceda”.

El Frente Amplio critica eso y tuvo pronunciamientos en contra de las asambleas técnico-docentes (ATD) por una reforma, pero la siguió igual. En 2017 y 2018, iniciaron un proceso de reforma que le llamó Marco Curricular de Referencia Nacional. Las ATD de Secundaria se posicionaron en contra, diciendo que se trataba de la mercantilización de la educación, por el tema del abordaje de competencias. A pesar de tener un pronunciamiento en contra de la pretendida reforma curricular, el FA siguió adelante y la aprobó igual. O sea, si es por eso, entonces el Frente Amplio hizo lo mismo.

Ahora a nosotros nos dicen que, habiendo tenido pronunciamiento en contra de las ATD, no hicimos caso y aprobamos. Es la vieja y querida máxima: “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago”. Nosotros escuchamos a los sindicatos, a las ATD, y siempre que hubo propuestas que compartíamos y que podíamos llevar adelante, muchas veces las tomamos. El problema es que muchas veces no hubo; la enorme mayoría de las veces.

Ahí entra esto de la autoridad que decía.

Claro. Ellos venían y decían: “Esto no hay que hacerlo, mercantiliza la educación, la subordina al mercado de trabajo, la privatiza”. ¿Tenemos problemas en la educación? Sí, tenemos. Bueno, algo hay que hacer, porque si seguimos haciendo lo mismo, los problemas van a seguir existiendo. ¿No hay propuesta? Bueno, mi remedio para atender este dolor y esta enfermedad es este. Si usted no tiene otro, yo voy a aplicar este, a ver qué suerte tengo. Eso fue lo que permanentemente dijimos. Trabajamos con muchísimos docentes, formamos los programas, los planes, y todo se hizo con docentes. La enorme mayoría de los docentes que está trabajando en todo el país está de acuerdo y está llevando adelante la transformación educativa.

Son los militantes del caos de siempre, los que integran la máquina de impedir, los que una y otra vez anuncian catástrofes. Ustedes recordarán: “Se cierran los liceos nocturnos”, “se elimina el Plan Ceibal”, “se saca la alimentación de las escuelas”, “los docentes masivamente van a quedar sin trabajo”. Nada de eso pasó, el tiempo nos fue dando la razón. Ahora pasa lo mismo. Lo que sí tenemos que lograr es ganar la elección para que no vuelvan.

En un escenario en el que el Frente Amplio gane las elecciones y sea gobierno de nuevo, ¿visualiza una marcha atrás con la transformación educativa?

El Frente Amplio, si gana, va a hacer lo mismo que hizo en el 2005: echar para atrás todos los procesos de cambio educativo. Pero no porque yo lo crea, porque lo han dicho.

Orsi dijo que va a derogar la LUC [Ley de Urgente Consideración], que va a poner a los sindicatos y que va a haber cogobierno. El Partido Socialista dijo que hay que dejar sin efecto toda la transformación educativa y volver al punto que estábamos en 2020. Lo han dicho ellos, así que en definitiva acá es: volvemos al pasado o seguimos avanzando.

¿No hay diálogo posible?

A ver, con algunos sectores del Frente Amplio sí hay diálogo, pero son la minoría.

Ha mencionado a Mario Bergara como ejemplo.

Sí, a Bergara. A [el exsubsecretario de Educación, Fernando] Filgueira. Personas con las cuales uno puede conversar. Y otras, que son técnicos propios del Frente Amplio. El problema es que están en minoría. Acá va a llegar el Partido Comunista o el MPP. O los dos, que son los responsables de lo que la educación era.

Lo mismo pasa en seguridad. Nosotros decimos: hay problemas de seguridad, estamos de acuerdo. Homicidios, seguridad en los espacios públicos. ¿Qué vamos a hacer? ¿Cuál es la alternativa? ¿Seguir tratando de mejorar con la estrategia que hay, con el gobierno que ha llevado acciones adelante, o volver al responsable de la peor seguridad de la historia del Uruguay, que es el Frente Amplio?

Porque, además, no se les conocen referentes en seguridad, no se les conoce una medida especifica en materia de seguridad. Yo he buscado, busqué en las bases, qué proponen en seguridad; no tienen propuestas. Entonces, lo que la ciudadanía tiene que resolver es si vuelve al pasado o si apuesta al futuro, manteniendo la coalición.

¿Por qué eligió como eslogan de campaña “el coraje de hacer”? ¿Por qué hay miedo de hacer?

Porque se ha demostrado que hay muchas veces que se dice, se dice, se dice y no se hace. Y, cuando uno está en un cargo de gobierno, tiene que ser consciente de que asume muchos desafíos, incluso que trascienden la esfera profesional.

A mí me pasó, me vandalizaron mi hogar, me atentaron contra el vehículo en el que me trasladaba. Me llenaron ómnibus de integrantes de la máquina de impedir para mandarlos a Rivera a patotearme, insultarme y gritarme a mí y a parte del equipo.

Uno tiene que estar dispuesto, cuando ocupa un cargo, a que, si suceden determinados hechos, no van a impedir que vos hagas lo que tenés que hacer. Eso es lo que queremos demostrarle al país con “el coraje de hacer”. Somos garantía de que, en el Uruguay, si nosotros estamos al frente, donde nosotros estemos, las cosas van a suceder.

Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

En abril, usted y la bancada de Ciudadanos impulsaron una iniciativa plebiscitaria sobre los ingresos directos a las intendencias, con base en el último proyecto de ley de Adrián Peña. El Frente Amplio definió no respaldarla y, por falta de apoyos en la Asamblea General, cayó. ¿Cómo tomó Ciudadanos esa imposibilidad de llegar al plebiscito?

Nosotros vamos a seguir trabajando por la transparencia y la igualdad de oportunidades. La máquina de impedir puede, por un momento, dejar de serlo y sumarse a la propuesta nuestra. Parece que el Frente lo está rediscutiendo; tiene la oportunidad ahora de sumarse a nuestra propuesta, dejar de decir y empezar a hacer.

En caso de no darse esa reconsideración, ¿evalúan en el próximo período llevar el tema nuevamente a la discusión legislativa?

Sí, nosotros ya lo dijimos: vamos a propiciar que vuelva a estar en el acuerdo por el país. Para que, en el marco de un segundo gobierno de coalición, trabajar en que se haga realidad. El camino legislativo es uno, el camino constitucional es otro. Cualquiera de los dos, con tal de que se consagre y se cumpla.

La conferencia en la que Ciudadanos anunció la búsqueda del plebiscito generó un montón de críticas, dentro y fuera del Partido Colorado. El senador Germán Coutinho, por ejemplo, lo señaló personalmente y le dijo que estaba incurriendo en un “oportunismo político”, apuntando también a su discurso en el velorio de Peña. ¿Cómo responde a esas críticas?

Yo no respondo esas críticas, la verdad. Nunca voy a atacar gratuitamente a nadie, ni difamarlo, como se hizo. Así que, por lo tanto, nosotros entendemos pertinente que todos los mecanismos que estén a nuestro alcance para asegurar la transparencia y la igualdad de oportunidades lo vamos a utilizar y así procedimos en materia de este plebiscito, porque todo el Partido Colorado había acompañado y nosotros creíamos que el Frente Amplio también iba a acompañar. Pero el Frente Amplio, tanto que se jacta de luchar por la transparencia y la igualdad de oportunidades, colgó sus banderas y se olvidó de todo.

Volviendo a las elecciones, hay una sensación de que la interna colorada, al estar muy fragmentada, es la que está más picada. ¿Cómo ve el ambiente dentro del partido?

Yo creo que es un ambiente de cordialidad y camaradería entre todos los que somos precandidatos, con algunas situaciones en función de lo que hace cada candidato. Yo me hago responsable de lo que yo hago. Nunca agredí a nadie, nunca falté el respeto, nunca dinamité ningún puente. Al contrario, a pesar de que hubo unión de candidatos en contra de mí, a pesar de que salió alguna persona a decir que no había estado de acuerdo con el discurso, con propuestas que habíamos presentado y muchas cosas que dijeron, yo nunca respondí y nunca voy a responder.

El Partido Colorado tiene que estar unido para lo que toca afrontar a futuro. No comparto las acciones que se han llevado adelante, de unos contra otros; no lo comparto.

Hizo referencia a la renuncia de Gustavo Zubía a su precandidatura y su respaldo a Andrés Ojeda. El diputado ha sido muy crítico con usted y con su equipo asesor en materia de seguridad, diciendo que se unía a Ojeda para que evitar su victoria en las internas. ¿Se define de “centroizquierda”, como lo catalogó Zubía?

La gente no va por ahí. A la gente no le interesa encasillar las propuestas en cosas que tienen sus orígenes hace más de doscientos años. No tiene sentido. Acá nosotros trabajamos desde una perspectiva netamente focalizada en la justicia social; ese es nuestro norte. Ese es el batllismo, eso lo tenemos impregnado. Generar oportunidades para todos, en particular para los que menos tienen. Y hacerlo desde la educación pública, la salud pública, las prestaciones sociales, con contraprestación. 

Por ahí vamos. Por generar crecimiento económico, que se necesita, al momento de hacer todas esas políticas sociales. Que lo cataloguen como lo cataloguen, pero eso no es lo que a la gente le importa. A la gente no le importan nuestras peleas, no le importan nuestros encasillamientos, le importan las propuestas. Que es lo que nosotros venimos haciendo: presentar las propuestas. 

Volviendo a Ojeda, ha habido un crecimiento de su figura en las encuestas, aunque permanece el escenario de paridad. Incluso hay consultoras que eligen no dar los sondeos del Partido Colorado, porque no hay muestreo suficiente que no se vea afectado por el margen de error. En ese escenario, ¿cómo se ve de cara a las elecciones?

Yo trabajo con encuestas, pero nunca me basé en ninguna, en ningún momento. Ni lo hice, ni lo haré al futuro. Además, estas mismas encuestadoras le erraron toditas en la elección pasada. Entonces yo dije desde que empecé: “a ver, tengamos en cuenta, trabajemos con empresas, porque hay que hacer sondeos de opinión pública, focus group y cosas así, pero, ojo, todas daban a [Julio María] Sanguinetti varios cuerpos adelante en la elección pasada y [Ernesto] Talvi lo pasó de largo”. 

Realmente no las tengo en cuenta a las encuestas. Sí digo que tienen un efecto favorable, porque han generado gran compromiso, de salir a pelear los votos, a trabajar, a convencer, en todos los equipos nuestros, a lo largo y ancho de todo el país. Han tenido un efecto positivo en nuestro caso, porque han motivado a toda la militancia, a todos los equipos, a todas las estructuras.

Estas encuestas le dan al Partido Colorado, de cara a octubre, entre un 12% y un 7%. Esto último sería un mínimo histórico si ocurriera así. ¿Cómo ve el futuro del partido? ¿Ese dato puede reflejar la realidad?

Creo que hay que trabajar mucho a partir de propuestas, de que exista coincidencia. Acá el gran tema del Partido Colorado es que no le vuelva a pasar lo que le pasó en elecciones anteriores, que se generaban liderazgos postelecciones y esos liderazgos se fueron. O trabajan para las elecciones y luego, durante el período de gobierno, si no fueran por esfuerzos individuales o grupales departamentales, el partido no tiene una estructura que movilice.

Entonces, hay que trabajar por ese lado. Vamos a tener la mejor votación posible, sabiendo que no estamos marcando. En eso sí creo que las encuestas tienen la posibilidad de inferir un poco más. No creo que estemos tan bajos, pero creo que el Partido Colorado tiene que hacer mucho esfuerzo para mejorar. 

Foto: Javier Noceti / Montevideo Portal

En el escenario posterior a las internas, ¿ve que va a seguir ese ambiente caldeado o que puede ser fácil trabajar en unidad?

No, vamos a trabajar todos en unidad. Vamos a estar todos juntos trabajando por el partido, marcando nuestras diferencias.

Nosotros tenemos proyectos, hojas de ruta, tenemos un gran equipo. Creo que algo importante, cuando te presentas a la opinión pública para que te vote, es no presentar proyectos unipersonales; ya cada vez hay menos. A mí me gustaría que le preguntaran a la gente, a los precandidatos, “¿usted qué quiere hacer?”, pero a la vez que le pregunten con quién lo va a hacer: “Dígame, ¿qué equipo tiene usted?”.

Yo puedo demostrar equipo en todas las áreas, que combinan además la renovación con la formación. Nosotros tenemos desde un Nicolás Albertoni, subsecretario de Relaciones Exteriores con 36 años, dos PhD [doctorados] internacionales, hasta Diego Sanjurjo [coordinador de Coordinador de Estrategias de Seguridad Integrales y Preventivas de Ministerio del Interior], formado en el exterior, con 36 años. Antonio Manzi, de 32 años, en el Mides, con formación en Inglaterra. Puedo seguir. Victoria Pasquet, con formación en Londres también, [Adriana] Aristimuño en Educación, Fernando Mattos [ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca] en agro. Combinás experiencia con renovación. Gente joven con gente veterana, eso es lo que tenemos.

Tenemos proyecto, tenemos equipo y somos garantía de que vamos a llegar y vamos a hacerlo. A nosotros no nos tiembla el pulso al momento de hacer las cosas. Dialogando, procurando acuerdos. Pero llegado el momento, hacerlo. 

Habló de equipo y eso lleva a hablar del golpe que significó para Ciudadanos el fallecimiento de Adrián Peña.

Totalmente. Fue un gran golpe, terrible. Un golpazo, humano en primer lugar, y político. Adrián era el coordinador de Ciudadanos y además una figura de consulta permanente en este proyecto político. Además era técnico, porque se había formado en estos años en [el Ministerio de] Ambiente.

Que no esté Adrián nos abre una desventaja importante, pero bueno, la estamos supliendo con muchos compañeros que están ratificando ese compromiso en este proyecto. Porque nosotros también, en lo político, tenemos renovación, tenemos un Walter Cervini en Canelones, un diputado joven. Él toma la posta en Canelones, y junto a él un gran equipo.

Antes que Adrián muriera tuve una reunión con más de 80 dirigentes de Canelones. Adrián tenía una estructura muy buena en el departamento, y tenemos también diputados con mucha experiencia, como Ope Pasquet, que es una persona que desde la vuelta a la democracia trabajó mucho en el Parlamento, siendo senador, diputado, y también como ministro. Tiene mucha experiencia en el ámbito político. Entonces combinamos también en lo político eso para suplir la ausencia terrible de Adrián. Que el tiempo nos ayudará a irla superando.

Se dijo que él era un baluarte para Ciudadanos en el interior. ¿cómo se está trabajando ahí para reforzar ese trabajo?

Nosotros tenemos estructura en todo el país. No hemos perdido a ningún dirigente. Somos los que tenemos, yo diría, la mejor estructura a nivel nacional. Hay algunos otros precandidatos que están más fuertes en algún departamento, el caso de Tabaré [Viera], ¿no? Pero nosotros tenemos una estructura uniforme en todo el país. No he perdido un dirigente, siguen todos al firme.

Por último, en las elecciones del 2019 se presentó en fórmula con Talvi como candidato a vicepresidente, luego llegó a la presidencia del Codicen, en la gestión de Luis Lacalle Pou. En caso de no lograr la victoria electoral, ¿ANEP sería un buen lugar para volver? ¿O se ve en la tarea legislativa?

Yo salgo a ganar las elecciones para ser presidente de la República, pero por la educación voy a estar trabajando en el lugar que me toque estar, siempre. Porque considero que es la política pública fundamental.

Yo siempre dije: vengo a esto para trabajar por el país y, dentro de ello, para trabajar por la educación. O sea que, en el lugar que esté, voy a trabajar por la educación. Generalmente las cosas se van dando a medida que el tiempo avanza y los resultados se van obteniendo, pero creo que por la educación hay que seguir trabajando. Si estoy en esto es para que haya más y mejor educación.