Por GERARDO TAGLIAFERRO

Discípula de Andrés Flores Colombino, prócer de la sexología en el Uruguay, Carolina Villalba se adentró en terrenos que para su maestro estuvieron vedados. A Flores le levantaron un programa radial que conducía, en los años 70, porque en él se trataban asuntos "que deben quedar confinados al ámbito de la alcoba".

Hija de otros tiempos, Carolina no solo pudo tejer una trayectoria en los medios hablando de esas cuestiones, sino también abrirse paso en el mundo del espectáculo con obras de teatro o shows privados en los que aborda la siempre atractiva temática sexual con un humor y un desenfado que hubieran puesto los pelos de punta al pudoroso censor.

Eso no obsta a que también reciba pacientes en su consultorio y que allí utilice su maletín de conocimientos con un fin un poco menos lúdico: ayudar a hombres y mujeres a intentar una mejor calidad en su vida sexual que es, según ella y según la psicología en general, piedra fundamental de una mejor calidad en la vida a secas.

Hace unos meses se anunció su arribo a la escena electoral, como integrante de un equipo de trabajo del precandidato nacionalista Luis Lacalle Pou. "No soy política" se apura a aclarar, y justifica este paso en la convicción de que desde la psicología, y en particular desde la sexología, se puede hacer bastante por sanar los problemas de una sociedad. "Lo sexual es mucho más que el coito: tiene que ver con la autoestima, lo que es ser varón o ser mujer, los sentimientos que se ponen en juego en el despertar sexual, el machismo, el feminismo, el ser madre o padre. Aunque seas sacerdote, aunque decidas no tener pareja, la sexualidad está presente por ser persona", dice instalada en uno de los sillones de su consultorio céntrico, de espaldas a una pared repleta de diplomas y de un escritorio sobre el que reposan media docena de cajas de Talis y Vimax, los auxilios mecánicos del siglo XXI.

Cuando llega el fotógrafo se preocupa por moderar sus gestos y buscar las que supone -o sabe- son sus mejores poses. "Yo gesticulo mucho al hablar y después parezco cualquier cosa". Al salir vuelve a la carga y le pide que elija las mejores tomas. La imagen es una de las armas que empuña y en la que, por lo visto, confía plenamente.



1) Hace casi un año te integraste al sector de Luis Lacalle Pou. Ahora también, entonces, sos política.
En realidad es algo que yo no tenía para nada previsto. Las cosas en mi vida salen así, sin preverlas. Hago empatía con las ideas de Luis Lacalle Pou, es una persona con la que comparto vivencias porque los dos tenemos 40 años y además su propuesta de gobierno me parece aceptable. Pero no soy una mujer política, no sé de política, sé de lo social porque me interesa. Luis se acercó a mí a través de Martín Lema, que es un diputado del sector y me pareció muy buena la propuesta.

2) ¿Qué esperan de vos? ¿Tu notoriedad puede significar un rédito político?
No, para nada, no pasa por ahí. A Luis le creo, lo aprecio más allá del color político que tenga. Yo soy sicóloga porque me gusta, soy sicóloga desde el corazón y voy a la esencia, no me confundo con los envases de los productos. Y realmente a él lo miré a los ojos y le creo. Me puedo equivocar, soy falible por suerte, no me molesta equivocarme pero confío en mi instinto.

3) ¿Cuál es el papel que vas a cumplir en el sector?
En este momento soy parte de una comisión formada por profesionales que trabajan en distintas áreas: deporte, salud, educación. Yo trabajo en el área social. Cuando tuve la primera entrevista con ellos les dije que no sabía nada de política y me respondieron que justamente lo que querían era una visión desde afuera. Y eso me pareció genial. Hace 19 años que soy psicóloga, en el 2003 me recibí de sexóloga clínica, estoy en los medios y creo que ya he demostrado que lo que hago lo hago con criterio. Y de este gobierno nunca me llamaron. Hay un Plan de Educación Sexual, hay un montón de espacios donde uno podría intervenir y a nadie nunca le interesó. Y Luis se acerca diciendo: "Sos una persona que aporta, que la gente la escucha"...


"Pregunto a las mujeres: ¿Quién ha visto solo una en toda su vida? Hace diez años, todas levantaban la mano. Hoy nadie la levanta"

4) ¿El aporte que espera él de vos está vinculado estrictamente a psicología o sexología o va más allá?
No, a los temas sociales. Te voy a explicar algo: la sexología clínica es mucho más de lo que ustedes creen. Ustedes como público. Es mucho más que el coito, la sexología pasa por la seducción, los problemas de pareja, la familia, los problemas del adolescente, los hijos, los niños en la escuela, el rol de las maestras. Los problemas sociales, el entorno cultural y social para la sexualidad es un marco fundamental, no podés escapar de él. Yo estoy en la comisión del área social, que incluye INAU y MIDES, y aporto desde mi lugar en lo que conozco desde la terapia de la pareja, porque la pareja es la esencia de la familia. Más allá del corazoncito histórico que uno tenga, yo lo adopté porque me pareció innovador, fresco, real.

5) Decís que desde el actual gobierno nunca te llamaron a colaborar en tu área. ¿No crees que tu exposición mediática de los últimos años, tu faceta artística, puede estar conspirando contra eso?
Sería una gran desinteligencia. Sería subestimar a la gente o subestimar a los medios. Los medios de comunicación bien usados y bien entendidos, como los uso yo, son muy importantes. Yo me muevo con mis valores porque la vida es muy corta y no da para moverse con valores de otros. Siempre respeté a la gente. Mirá, te lo digo hoy acá y lo digo en la televisión o donde sea: yo resisto archivos. Mostrame algo que yo haya dicho fuera de un marco de respeto a la gente. Comentarios puede haber, como han dicho: "Publicaste una foto en bikini en tu twitter". Sí ¡estaba en la playa! Sí no te gusta no lo recibas, ¿cuál es el problema? No salí en bikini diciendo una guarangada, ¿qué problema tenés? Volviendo a tu pregunta: se supone que estamos en un régimen abierto... que una mujer sea discriminada por estar expuesta... en el buen sentido porque yo no ando borracha por ahí, no tomo una gota de alcohol, no tengo una multa de tránsito, pago mis impuestos, no debo un peso a la DGI, nunca tuve una denuncia de nada, soy lo más prolijo del mundo. Hago obras de teatro sí, ¿y cuál es el tema?

6) Tu exposición como comediante, con obras de teatro que se basan en el humor, con fiestas de despedidas de soltera, ¿no hace que haya gente que no te vea tan creíble en tu rol de sexóloga clínica?
La verdad que no sé, porque esas personas no llegan a mí. Lo que sé es que mi ritmo de consulta ha subido, que los pacientes me requieren cada vez más, que el marco de confianza está dado y eso es para mí fundamental porque además yo no descuido esa faceta. Tengo pacientes de muchos años, de seis, de ocho, de diez, que me siguen... ¿sabés lo que pasa? Llega un momento en que uno tiene que confiar en uno, no da para seguir regímenes de otros. La vida es muy corta y esta sociedad es muy compleja.

7) La cabeza humana es una cosa muy compleja.
La cabeza humana es muy compleja y en un sistema que a su vez es complejo, se vuelve más compleja todavía. Entonces, si perdés la fe, perdés todo.

8) ¿La fe en qué?
La fe en ti, que implica la fe en Dios, en tu familia, en las cosas que creas.

9) Tu familia es de Santa Clara de Olimar.
Sí, mi abuela era brasileña, su familia tenía campos en Brasil, la familia de mi abuelo tenía campos en Santa Clara y ellos hacían transacciones de ganado y así se conocieron. Mi abuela me crió casi más que mi madre y si bien nací en Montevideo, crecí con las ideas y los cuentos del campo.

10) ¿Tenés hermanos?
Tengo una hermana y tenía un hermano que murió en un accidente de tránsito con 27 años, hace unos años atrás. Mi hermana es menor que yo.

11) ¿Cuándo nace en tu vida el interés por trabajar sobre la problemática sexual de los seres humanos?
Mi tesis final de psicología fue "Sexualidad en el adolescente marginal". Después la vida me llevó a trabajar en una clínica sexológica y allí empecé a darme cuenta que a la psicología que yo había estudiado le faltaba una pata. Y le sigue faltando creo. Con (Andrés) Flores Colombino, con quien estudié tres años más y con todo lo que leí desde entonces, descubrí una nueva manera de hacer psicología. Lo sexual es mucho más que el coito: tiene que ver con la autoestima, lo que es ser varón o ser mujer, los sentimientos que se ponen en juego en el despertar sexual, el machismo, el feminismo, el ser madre o padre. Aunque seas sacerdote, aunque decidas no tener pareja, la sexualidad está presente por ser persona.

12) Eso ya lo dijeron muchos. Freud, para empezar.
Sí. Tengo las obras completas de Freud y las he leído como un cuento, pero soy muy actual. Mis terapias son frescas, son de hoy.

"Nuestras abuelas nos dijeron: ‘Ah m'hijita, el hombre necesita otras cosas, pero él va y viene, usted haga la vista gorda'"

13) Tu colega Gastón Boero dijo hace algunos años en esta sección que la represión sexual en buena parte del siglo pasado había sido ejercida por la religión, pero que ahora la ejercían los médicos.
La sexualidad no es un tema de los médicos sino de los sexólogos. El tema es que la sexología clínica acá no tiene el peso que debería tener. Es muchísimo más importante quizás que la dermatología, y eso es algo que no lo vemos. Yo lo veo acá con las personas, cuando les cambio la vida, cuando la persona deja de tener síntomas somáticos porque mejora su sexualidad. Porque se armoniza, mejora su autoestima y también su salud en general. Esto está en los libros, no lo digo yo. En los geriátricos de Dinamarca tienen mecanismos para que las personas puedan desarrollar una vida sexual saludable. Tienen acceso a pornografía si lo desean, a prostitutas incluso. Eso acá sería un escándalo. El médico que impulsó esto terminó diciendo que las personas de 70 u 80 años que tenían una vida sexual saludable llegaban a vivir hasta 10 años más que las que no la tenían.

14) ¿Por qué eso en nuestra sociedad sería un escándalo? ¿Por un tema cultural, de prejuicios?
Quizás de educación. Tenemos educación sexual formal desde hace poco. Pero es un tema de las personas, porque el proyecto de educación sexual estuvo hace muchos años en el Palacio Legislativo y no se aprobaba porque, por ejemplo, algunos decían que promovía la promiscuidad entre los adolescentes. O que no se puede difundir que la homosexualidad no es una enfermedad. Nuestra sociedad es muy especial, si trasmitís las cosas de la forma correcta, los cambios se asumen muy rápido. Y somos muy de las jerarquías, de la subordinación, de seguir a quienes nos representan. Y creo que como sociedad tenemos muchas virtudes que no han sido aprovechadas.
Somos una sociedad chica, es muy fácil sanearla. Realmente lo creo así.

15) Es difícil sanearse uno mismo, cuanto más lo será para una sociedad.
Hay sociedades de millones de personas donde sistemas se instalan y funcionan... nuestra sociedad es muy pequeña, no es muy diversa. A mi nivel, llegando a un número mínimo de personas, lo veo. Yo cobro una consulta barata, no me enriquezco con la sexología, no me interesa, no cobro más de 500 pesos una consulta, por eso accedo a pacientes de distintos ámbitos y lo veo. Un ejemplo de la falta de educación: se aprobó la ley del aborto... ¿alguien se preocupó de hacer un aviso informando a la gente de lo que es un aborto, de sus consecuencias, de qué hacer, de dónde ir?

16) ¿Decís que se aprobó la regulación del aborto pero hay como miedo de decirlo?
¡Está sentenciado! ¡Está sentenciado! Y por más que un médico sea presidente va a seguir sentenciado.

17) ¿Cuál ha sido el cambio más grande en el comportamiento sexual de los uruguayos en los últimos diez o quince años?
Apertura... aunque creo que como manotón de ahogado.

18) ¿Apertura a qué?
A hablar de determinados temas. Hace diez años que yo hago despedidas de soltera, que parece una cosa banal pero para mí es súper importante porque me acerco a la gente, a las mujeres, y me parece alucinante. Es espectacular y a mí me aporta cosas maravillosas. Yo inventé un juego donde hay preguntas -obviamente con humor, porque ellas se quieren divertir- y voy viendo qué cosas pasan. Además hay algunas que son multigeneracionales, porque va la tía, la abuela, y ahí uno ve.

19) ¿En esas despedidas vas sola?
Sola sí. Tengo dinámicas, hago regalos, juegos, he aprendido de los comediantes con los que trabajo a manejar el humor y también hago mucha humorada. Pero todo tiene un trasfondo en el que no descuido el mensaje. Y en estos últimos años he visto que las chicas están cada vez más abiertas a comunicar. Una anécdota: hay una parte de mi dinámica en la que pregunto: ¿Quién ha visto solo una en toda su vida? Hace diez años, todas levantaban la mano aunque fuera mentira. Hoy nadie la levanta, y si alguna lo hace las demás la miran como diciendo: ¡ay... pobre! (se ríe)

"Al hombre le cuesta más enfrentar la infidelidad de su pareja porque no lo vacunaron para eso; a la mujer sí"

20) ¿Y qué es lo que cambió? ¿Cuántas vieron o la libertad de decirlo?
Noooo... ¡siempre vieron, vamos a ser realistas! El problema es que antes el valor era otro, es lo mismo que la virginidad. Lo que cambió es la aceptación de ser mujer con el mismo derecho que el hombre. Eso me da la idea de que la mujer se apodera de su ser erótico, de su potencial y de su derecho a tener las experiencias que quiera sin ser sentenciada o juzgada. Siempre, obviamente, que no vulnere lo que yo digo que es normal en el sexo.

21) ¿Y qué es lo normal en el sexo?
Primero, no involucrar a otro sin su consentimiento. Segundo no involucrar a menores, y tercero no generar dolor, frustración o conflicto en uno o en otro en la actividad sexual. Esos son los parámetros de lo que es normal en el sexo, para mí. Hasta la masturbación puede ser conflictiva si después que lo hacés quedás mal. Si te masturbás todos los días y sos feliz, o si tenés sexo tres veces por día y tu pareja está de acuerdo, fantástico.

22) ¿La infidelidad puede ser aceptable en algún caso, según estos parámetros?
Infiel es un término negativo porque es no ser fiel a algo. Pero tener relaciones con otras personas en una relación abierta, con el consentimiento del otro, no es infidelidad.

23) ¿Es real la percepción de que los seres humanos somos cada vez más infieles?
No, siempre lo fuimos. La antropología es maravillosa, explica todo y ahí encontrás las respuestas. Siempre digo que el amor es monógamo y la sexualidad es polígama. Cuando uno ama y desea a la vez puede ser monógamo porque el amor es un regulador cultural, social. El amor es algo cultural, no es biológico, y la sexualidad es pulsión. Desde el momento que tenemos la bendición de tener las dos cosas, amor y sexualidad, tenemos un combo que es único en los seres vivos. Para mí el amor es un estado mental, es una herramienta para asegurarse la persistencia de la pareja, porque el estar la pareja junta, macho y hembra, favorece el desarrollo cultural de los seres humanos más pequeños, o sea los hijos. Entonces, desde el punto de vista antropológico el amor es una herramienta, y la sexualidad es mucho más libre. Por eso el amor es un regulador de la fidelidad.

24) Entonces lo natural en el ser humano sería la poligamia, la monogamia es una cuestión cultural.
Pero el ser humano es cultural, no es un animal. Tenemos que tomar el conjunto, por eso no podemos decir que la poligamia es lo natural.

25) ¿Es correcto decir que es tan infiel la mujer como el hombre?
Cuando yo empecé a ejercer en 2003, en la terapia de pareja en la gran mayoría aparecía la infidelidad masculina. Hoy por hoy casi te diría que hay un 50 y 50. Todo esto tiene que ver con el machismo, del cual estoy convencida que la principal responsable es la mujer, es la mamá que educa a sus hijos en él. Nuestras abuelas nos dijeron: "Ah m'hijita, el hombre necesita otras cosas, pero él va y viene, usted haga la vista gorda". Al hombre no le dijeron eso, al contrario. Es más, hay una ley vigente en Uruguay que contempla de manera diferente el homicidio por infidelidad de la mujer que el del hombre.

26) Quiere decir que se va confirmando que la mujer es tan infiel como el hombre, pero a la sociedad todavía le cuesta reconocerlo por el machismo que todavía está presente.
Sí, yo me siento feliz porque se está abriendo la posibilidad de manejar la infidelidad femenina en la terapia de pareja como manejábamos la masculina.

27) ¿Igualmente le sigue costando más al hombre aceptar que su pareja pueda serle infiel?
No está bien visto que el hombre llore y rompa cosas y tire la ropa por la ventana porque su mujer lo engañó. Ese es un cliché muy femenino, no se ve a un hombre haciendo esas cosas. Lo que veo hoy en terapia cuando vienen con el problema "ella me fue infiel", es que "los hombres no lloran". Eso es histórico, y al hombre hoy le está costando resolver el problema de que su pareja le sea infiel y le está costando mucho más que a la mujer, porque ella ya tiene un histórico, ya tiene el gen de la resignación, que nos ayuda a reparar. Y el hombre no lo tiene porque no se lo trasmitieron de generación en generación. La mujer sufre, pero sabe por ejemplo que puede ir a sus amigas y ellas la van a entender y a apoyar. El hombre no puede hacer eso, no puede ir a sus amigos y decirle "mi mujer me metió los cuernos" porque queda horrible y porque ellos le van a decir "andá a buscar otra, si está lleno de minas". Y él va a sufrir, porque la ama. Por eso, así como antes el hombre ejerció el dominio en esa situación, hoy no tiene los elementos porque es como una vacuna: te inoculan el veneno para que generes el anticuerpo. A las mujeres nos inocularon el veneno muchísimos años y hoy tenemos el anticuerpo, tenemos poder frente a ello.

"Lo de que solo la mujer finge el orgasmo es un cliché, porque el hombre finge muchísimo, igual que la mujer"

28) ¿Eso está cambiando? ¿El hombre está aprendiendo a aceptar más la posibilidad de que le metan los cuernos?
Todavía no lo vemos, quizás los adolescentes lo estén desarrollando. En los hombres maduros todavía hay un pie acá y un pie allá. Se incorpora todo el concepto de equidad pero hay como una transición. El hombre que viene a la consulta con ese problema está mucho más destruido que la mujer, porque no tiene el anticuerpo, no sabe qué hacer porque además hoy no está en la posición de "si hacés esto te mato".

29) Racionalmente sabe que tiene que enfrentar la situación de otra manera pero no tiene elementos para hacerlo.
Exacto. No tiene la vacuna. La mujer sí. Los roles de género han cambiado y eso no se puede evitar.

30) ¿Las redes sociales favorecen la infidelidad?
Más que las redes sociales, las tecnologías. Y las redes sociales están, existen y seguramente condicionan. A mucha gente adulta y sin dudas, y muy dramáticamente, a los jóvenes. Porque los adultos tenemos otra versión de la historia, nos formamos sin las redes sociales; los adolescentes se están formando con ellas, parece que la única manera es vincularse a través de ellas.

31) ¿Pero no hay estudios que analicen la incidencia de estas nuevas tecnologías en el tema de la infidelidad?
Sí, los hay. Yo he escrito sobre eso y lo que veo es que las redes sociales tienen algo que ayuda a ciertas personas a abrirse al mundo de la seducción, y es el anonimato. En una red social uno puede ser hombre o mujer y a partir de allí puede generar vínculos y hasta juego erótico con otros. Y puede ese juego darse con alguien de tu propio sexo cuando esto no lo harías jamás en la vida real. Ese ya es un elemento que los sexólogos tenemos que tener en cuenta para manejar la realidad de la sexualidad humana en el hoy. Antes eso no existía. No sabemos todavía el impacto que esto tendrá en la realidad. En Japón se fabrican hoy muñecas inflables a pedido, iguales a la mujer que tú quieras, con textura similar a la piel y con movimiento. En Japón, sobre todo los hombres, cada vez quieren más sexo virtual y hay más demandas de "hentai" o "animé", los dibujitos animados. ¿Qué pasará con esto? No lo sabemos. Yo creo que el ser humano es muy plástico: nacen dos gemelos y a uno lo cría una familia sueca y al otro una tribu del Amazonas, y van a ser como los críen. Por eso, volviendo a la política, yo la entiendo como la posibilidad de generar las mejores condiciones a seres que somos 100% condicionables.

32) ¿El poder es una fuente de seducción?
Afrodisíaco total. Uno de los más fuertes.

33) ¿Por qué?
Porque nos atrae lo que idealizamos, el poder tiende a generar idealización. Todos queremos poder: queremos poder lograr tal cosa, llegar a determinado lugar... el poder naturalmente implica seducción. En la sexualidad, donde somos tan vulnerables a esos estímulos, lo que implica poder va a generar atracción, y si hay atracción hay deseo, y si hay deseo puede llegar a haber un canal erótico.

"Hace diez años que estoy en los medios y contadas veces he recibido algún mensaje inadecuado"

 


34) Escribiste un libro que se llama "Te lo diré al oído" y que investiga en las fantasías de los uruguayos. ¿Cuáles son las más recurrentes?
Caemos en cliché cuando hablamos de fantasías, sobre todo el hombre. "Ahhh... yo he estado con dos minas". Eso es lo que queda bien, no puede decir "mi fantasía es que me pasen una plumita por la espalda". Entonces, al hombre todavía no le creo, sobre todo al de mediana edad para arriba. En cambio la mujer, como tiene el gen de resignación del que te hablaba, es más abierta. El hombre no puede decir que no, eso no es de macho, si una mina se te entrega, meté para adelante. Y la psico-sexualidad masculina y femenina son diferentes. Para la mujer todo es consecuencia, como durante mucho tiempo su papel era quedarse quietita ahí, desarrolló la capacidad de fantasear, y hoy eso le juega a favor. Desarrolló mucho más que el hombre la subjetividad erótica.

35) ¿Cuál es la fantasía más común en la mujer, según tu investigación?
Sentirse deseada. Y eso significa mucho: autoestima en primer lugar. Al hombre le excita unas lolas, un buen cuerpo, por eso las películas pornográficas son carne, carne y carne, porque están pensadas para hombres. La mujer mira eso y dice "es un embole". Ella quiere otra cosa: me quedé una noche trabajando en la oficina y de repente entra el jefe que se olvidó de algo, está sin el saco, siento su perfume, se acerca por atrás y me dice algo al oído, me excito... bla, bla. El hombre si no apareció a esa altura una nalga, ya se aburrió.

36) El proceso de aceptación de la homosexualidad como una orientación sexual, ¿tiene el mismo ritmo en relación al hombre que a la mujer?
Si un padre ve llegar a su hija adolescente de la mano con una amiga y se van al cuarto, se encierran, juegan, se cambian de ropa, se dicen "qué linda que estás" y después duermen juntas... ¿se preocupa? Pensá lo mismo para un hijo varón: llega de la mano con un amigo, se van al cuarto, se cambian de ropa, duermen juntos... ¿tampoco se preocupa? Ahí tenés la respuesta. Nuestra visión pasa por los valores del hoy y ahí es donde filtramos y nos equivocamos al sacar conclusiones. Los swingers, los bisexuales, los homosexuales, están presentes en la antigua Grecia, en Egipto. Los juguetes eróticos están presentes en la edad de piedra, los vemos hoy en los museos eróticos. No es algo nuevo, la pornografía siempre existió. No somos tan distintos, lo que hoy hay más son elementos para construir nuestras fantasías, pero las fantasías siempre existieron.

37) ¿El miedo más importante del hombre en el plano sexual sigue siendo a la impotencia?
El hombre tiene una desventaja, entre comillas: que tiene un pene. Y el pene se ve, o sea que si no hay erección eso se ve. La mujer no tiene ese problema. Eso hoy está cambiando, pero hace diez años las únicas clínicas eran andrológicas, solo para hombres, para la impotencia masculina. Como si lo único importante sexualmente fuera que el pene estuviera erecto. De la mujer no importaba nada: es un receptáculo, si no se excita, un poco de lubricante y adentro. Y eso la mujer lo incorporó y de ahí muchas veces viene el fingir el orgasmo. Ese es otro cliché, porque el hombre finge muchísimo, igual que la mujer. Lo único que no pueden fingir es una erección, porque la erección se ve. Ahí está, para mí, la diferencia sustancial: lo que se ve y lo que no se ve. Hoy estamos mejor, porque está el Taladafil o el Sildenafil, que son del 98 y tienen un impacto que todavía no podemos medir.

38) En 2007 te entrevisté y te preguntaba sobre cómo asumía tu pareja tu exposición mediática y me decías que sin problemas. Siete años después ¿ha cambiado algo?
Mirá, siempre hay un roto para un descosido. Y yo encontré mi roto, o mi descosido. De hecho yo creo que el amor es un estado mental, que nos enamoramos de quien necesitamos y si estamos saludables podemos llegar a tener vínculos muy saludables. Yo tuve la suerte, la bendición de Dios, de encontrar la pareja adecuada para mí. Somos lo contrario: yo soy muy enérgica, dinámica, viajo, soy multifacética. Él es comerciante, le gusta hacer windsurf, la vida natural, no le gusta la vida social, no me van a ver con él en una reunión social... yo amo la libertad y me encanta ejercerla. Me encanta ser mujer, me cuesta doblegarme ante cosas en las que no creo y desde ese lugar elegí mi pareja. A mi esposo hace casi 20 años que lo conozco, soy eternamente fiel, resisto archivos también en eso y estoy orgullosa de ello. Lo contrario sería ser infiel a mí misma y eso no me lo perdonaría. Si alguna vez siento la necesidad de estar con otra persona lo voy a hablar. Creo que eso ha mantenido nuestra confianza y esta simbiosis positiva que tenemos, sin avasallarnos durante 20 años.

39) ¿Cómo se canalizan las fantasías que seguramente tanto él como vos saben que genera tu actividad?
¿Sabés que yo no sé eso? Creeme por Dios que yo no me visualizo desde ese lugar. Hace diez años que estoy en los medios y te juro que contadas veces he recibido algún mensaje inadecuado. Soy una mujer, creo que mi apariencia es pasible de generar ciertas cosas, soy sexóloga, hablo del pene y la vagina, y la verdad no he recibido agresiones. Ahí tengo que apostar una fichita por nuestra sociedad: solo cosas positivas, desde el corazón lo digo. Esto me ha demostrado que una no tiene que hacer de hombre para hablar de sexo. Yo soy una mujer, tengo mi esposo, mi sexualidad, me gusta, lo trasmito así y disfruto cómo lo reciben los demás.

40) ¿Crees que si fueras una señora obesa y de 60 años, tendrías el éxito que tenés?
Cuando yo tenga esa edad voy a ser magnífica (se ríe). Es una pregunta retórica, no puedo dar una respuesta. No tomemos una realidad que no existe como parámetro para medir, porque nos vamos a equivocar. No sé cómo reaccionaría la sociedad en esa hipótesis. No lo sé.



Montevideo Portal / Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López
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