El presidente de Argentina, Alberto Fernández, tomó este miércoles juramento a Sergio Massa como nuevo ministro de Economía del país vecino, donde crecen las expectativas por los inminentes anuncios de medidas económicas.
"Estamos empezando una etapa del Gobierno que estoy convencido de que vamos a transitar exitosamente. Para eso lo convoqué a Sergio, cuya capacidad y coraje me constan y estoy seguro de que lo va a hacer muy bien", dijo Fernández en el acto de asunción del nuevo ministro.
Massa, de 50 años y abogado de profesión, tendrá bajo su órbita áreas de gestión antes disgregadas, como Finanzas, Hacienda, Producción, Agricultura y la relación con los organismos multilaterales de crédito.
Se prevé que el nuevo ministro ofrecerá este mismo miércoles una rueda de prensa para anunciar medidas orientadas a intentar corregir los severos desequilibrios macroeconómicos que padece Argentina.
Fernández dijo que el actual "es un tiempo para que todos" aúnen "esfuerzos para salir adelante", no solo en el gobernante Frente de Todos, sino también entre los empresarios, los sindicalistas y todo el arco político.
Massa sucede en el cargo a Silvina Batakis, quien apenas duró tres semanas como ministra de Economía, en medio de fuertes divisiones en la coalición gobernante entre el kirchnerismo, liderado por la vicepresidenta argentina Cristina Fernández, y el sector del peronismo alineado con Alberto Fernández.
Massa, por su parte, lidera el Frente Renovador, la tercera fuerza con mayor peso dentro del Frente de Todos. Hasta este martes, Massa ocupó la presidencia de la Cámara de Diputados del Congreso argentino.
El nuevo ministro toma las riendas de una economía que el año pasado logró recuperarse 10,4 % tras tres años de severa recesión, pero que este año ha perdido vigor, en medio de un complejo escenario global y con una elevada inflación del 64 % interanual en junio.
Argentina también sufre desequilibrios fiscales y monetarios que el acuerdo de refinanciación firmado en marzo pasado con el Fondo Monetario Internacional busca corregir con metas de reducción de déficit primario, recorte en la asistencia monetaria al Tesoro y acumulación de reservas monetarias que suponen un desafío mayúsculo y que muchos expertos consideran de difícil cumplimiento.
EFE