A Victoria se la nota superada. Dejó atrás los sinsabores de algunos episodios que la tuvieron en el ojo de la polémica por frases que ella misma dijo al aire. Hoy sólo le interesa "sumar", dice. Siente que fue linchada públicamente por algún "derrape" -de los que se hace cargo- pero asegura que hubo oportunistas mal intencionados, a conciencia.
En esta charla -mantenida en la cantina de canal 12- habló de los colegas "mala leche", de cómo dos décadas de trabajo le ensancharon las espaldas y recordó cuando Estela Medina le dio su bendición con su sola presencia en una sala. También compartió lo catártico que puede resultar pintar por las madrugadas, pergeñando cómo abrirse más al público con sus obras de arte (¿en 2014?), a medio camino entre lo figurativo y lo abstracto.
-¿Cómo te definís? ¿Qué sos ante todo?
-Madre. Me siento madre. Es lo que más llena mi identidad. Masivamente, soy comunicadora, por allá atrás viene la actriz y muy poca gente sabe que pinto.
-¿Pensás que mucha gente ha trivializado tu imagen a raíz de episodios puntuales?
-Con la mano en el corazón, no sé cuál es la imagen que se tiene hoy de mí... y tampoco me importa. Esto te lo digo después de un proceso. Estuve muy triste y angustiada y ese proceso me hizo cuestionarme un montón de cosas desde por qué y para qué trabajo y de ahí para abajo. No voy a lograr que a todo el mundo le guste mi forma de trabajar o que me quieran todos. Ya no vivo de lo que piensen desde afuera. Creo en mí como profesional y como ser humano.
-¿En todo lo que hacés?
-En todo lo que hago. Como comunicadora tengo 20 años de trayectoria, con mucho acierto y mucho error y eso me da espaldas para decirlo con más argumentos. Para muchos debo ser una muy buena comunicadora, algunos me hablan como si yo fuera periodista y otros se deben reír acordándose de mi historia cuando salía en bikini en "Verano del..."... y yo no puedo hacerme cargo de eso... ya está, ya no me importa. Tengo la tranquilidad de conciencia de que hago bien mi trabajo.
-Pero en ese proceso al que aludís, ¿hiciste autocrítica?
-Claro que sí, por supuesto.
"Se me ha puesto en una penitencia demasiado severa por algún derrape. Y ahí ya no tengo la culpa yo, ahí es problema del otro, porque han encontrado en mí una buena bolsa de box"
-¿...o pensás que siempre te sacan fuera de contexto en Bendita TV? ¿No se entendió lo que quisiste decir en algunas oportunidades donde fuiste duramente juzgada?
-Quizás en algún momento derrapé -como todo ser humano derrapa-, pero creo que se me ha puesto una penitencia demasiado severa por algún derrape. Y ahí ya no tengo la culpa yo, ahí es problema del otro, porque han encontrado en mí o en lo que puedo llegar a representar una buena bolsa de box, para hacer catarsis con sus propias frustraciones. Y otras veces no derrapé yo, lo que hubo fue una mirada muy mezquina y malintencionada, donde además se sumaron colegas que no lograron destacarse por mérito propio y se subieron a una escalera para hacer fuego del árbol caído. No soy ninguna tonta y me doy cuenta de todo. Es más: si algo he aprendido en los últimos dos años, en los que me convertí en un blanco de polémica es que aprendí mucho de la naturaleza humana... de cuán mezquino se puede llegar a ser. Y ojo que no me excluyo, quizás lo mismo que hacen conmigo yo lo hago por otro lado. Aprendí muchísimo de la mezquindad humana y le quité romanticismo a mi forma de ver el mundo. Sé quiénes son mis amigos. Y después de ese proceso, dejame decirte que nunca me vas a escuchar hablar mal de nadie. Jamás. Porque quiero seguir construyendo el camino y el norte que tengo. Creo que todo esto me sirvió para mantenerme humana, humilde, con los pies en la tierra. Quizás si yo hubiera sido amada por todos, de forma unánime, quizás hoy sería una tarada.
-¿Tuviste alguna charla posterior, para aclarar los tantos, con el muchacho del barrio Colón que te criticó?
-Tuvimos una instancia de diálogo, solicitada por él.
-¿Te pidió perdón?
-Él tuvo el coraje de comunicarse conmigo después de todo el episodio, lamentando todo lo que se generó, a partir de esa carta que él tan livianamente publicó. Yo me tomé mis días para contestarle, porque no quiero decir "te perdono" si en realidad no podía hacerlo. Me hizo mucho daño lo que él hizo, pero después se fue de sus manos. El episodio de Colón se transformó en algo de lucha de clases y ya no tenía nada que ver conmigo.
-¿Te enteraste que, a raíz de ese episodio, se te parodió en el carnaval?
-Me contaron.
-¿No sos de ir al tablado?
-No, lo que no quiere decir que cada tanto no me maraville con algunas agrupaciones o al escuchar algunas letras, pero no tengo feeling (con el carnaval). Pero, ¿ves? Eso. Yo invito a cualquiera a que mire ese programa puntual y me diga si yo discriminé. Se me achacó que discriminé por una frase que dicen que dije... y nada que ver. Al contrario: en Esta boca es mía se le estaba dando lugar a los vecinos para que defiendan el barrio. ¡Está muy lejos de discriminar! Sólo la mala leche hace que veas discriminación y muy pocos colegas se tomaron el trabajo de chequear lo que se había dicho, porque al no ver el programa, lo que hicieron fue perpetuar la maldad contra mí. No hicieron sus deberes, les quedaba cómodo para ganar un puntito más de rating. Pero yo eso no lo hago. ¿Hasta cuánto me van a seguir preguntando por esto? Ok, soy polémica. Se ve que tiene que ver con mi forma de comunicar... Me la banco. Debo tener un lugar importante, porque por algo me siguen dando con esto.
-Sos una comunicadora relevante en el país: la cara institucional de un canal de televisión.
-Bueno, pero hay comunicadores más importantes, y otros menos. Alguna roncha debo hacer... ojalá no fuera polémica y sólo pudiera llevar luz a los hogares. Asumo que soy polémica, pero no me asumo mala gente como quieren hacer creer. Pero vivimos en una sociedad democrática: que piensen lo que quieran, pero no van a lograr intoxicarme.
-Cambio de tema. ¿Cómo nace la actriz? ¿Estaba entre tus planes postergados o era un sueño?
-Era un sueño desde chiquita. Estoy moldeada por una familia conservadora, tradicional, donde la actuación era algo impensable (y también la televisión lo era). Pero después del golpe de la televisión, empecé un camino transgresor para el modelo de mi familia y después que en casa lo tuvieron bien masticado, decidí lo de la actuación. Decidí es un decir... tuve mucha suerte.
-Fue un ofrecimiento de Diego Fisher para interpretar a Juana de Ibarbourou...
-Sí. Había tenido otros ofrecimientos pero eran castillos de naipes en el aire. No me convocaban por talento, era marketing, les gustaba el nombre. Fisher conocía mi sensibilidad artística, a través de otros trabajos previos, y me tenía toda la fe. Y yo también me tenía fe. Pero ojo: reconozco la suerte de tener un padrino. Podés tener mucho talento, pero si no tenés alguien que te apalanque... Y por lo menos tuve el buen tino de decir que no, antes de ese papel.
-¿Notaste cierto recelo o desconfianza de las actrices clásicas, quizás las egresadas de la EMAD?
-Obvio. No pienso que sea envidia, recelo está bien. Y era entendible.
"Ok, soy polémica. Se ve que tiene que ver con mi forma de comunicar... Me la banco. Debo tener un lugar importante, porque por algo me siguen dando con esto".
-¿Convenciste a muchas con tu actuación?
-A muchas las convencí, claro. A mí me viene a ver Estela Medina. ¡Se sienta a verme Estela Medina! Aparte, justo ella había hecho Blanche Dubois o Juana La Loca, papel que acabo de interpretar. Y ella estaba sentada en las primeras filas. Y me hizo buenas devoluciones. Y ella es la primera que tendría el derecho a decir "¿qué hace ésta en el papel que hice yo?". Y no lo hizo. Que esa mujer tan talentosa me reconozca... ya está. Es un ejemplo de una linda actitud. En el estreno de El Tranvía (NdeR: "Un tranvía llamado deseo"), Roberto Jones me dijo antes del estreno que nos iban a estar esperando dos ataúdes: uno para él y otro para mí. Pero Jones se rompió el lomo y sacó lo mejor de mí. Lo que se pudo haber pensado por parte de las actrices clásicas es entendible: yo era una paracaidista. Pero, ponete en mi lugar: ¿voy a decir que no? Yo aprovecho las oportunidades porque honro la vida. Lo mejor que yo puedo hacer, de gratitud, es devolver las oportunidades con lo mejor de mí. Y es lo que hago.
-¿Al ganar el Florencio tapaste algunas bocas?
-Me lo han dicho. Y con esas mismas palabras. Me lo dijeron directamente: "yo fui a verte con muchos prejuicios y me tapaste la boca" o "te aplaudí de pie".
-¿La pintura es un hobby, una terapia, una vocación?
-Hobby y terapia seguro. Vocación no, porque nació conmigo ya crecidita. Arrancó con mis embarazos, hace 9 años que pinto, pero arrancó arbitrariamente.
-Pero da la impresión que tu don para la pintura está un poco oculto.
-Hay muchas cosas que hago que no las ando contando. Arranqué haciéndolo para mí.
-¿Hoy en qué momento pintás? ¿Cuándo te dan ganas?
-Cuando vienen las ganas, vienen y te pinto la mesa igual. Es compulsivo. Cuando está la inspiración y está la idea... pueden ser las tres de la mañana igual. Y de golpe no me vienen por una semana. Y como además no vivo de eso, no ando a las apuradas por ningún encargo. La madrugada es el mejor horario por una cuestión práctica, funcional: acosté a los chicos y tengo tiempo para mí.
-¿Por qué tantas imágenes que aluden a lo sacro, muchas vírgenes...?
-Tengo una línea de arte sacro sí, tiene que ver con experiencias personales.
-¿Sos de ir a misa o de rezar?
-No voy a misa, pero rezo, sí. Soy una buscadora de fe. Sobre lo que insisto en mis pinturas es en la maternidad. El año que viene pienso abrirme un poco más con esto de la pintura, hacer mis propias exposiciones.
-No te deben faltar ofrecimientos...
-Pero lo mismo que el teatro: "Vení y exponé" sin haber visto ni un cuadro, sólo por el nombre. Yo tengo autocrítica. En este momento estoy intentando en que alguien me aliente un poco para saber si lo que hago vale la pena y está bueno. Estoy en el momento de la duda. Me gané un premio en el Conrad en una feria con otros pintores internacionales, pero de nuevo: quiero hacer mi camino tranquila y sin apuro, nadie me corre.
"Después del golpe de la televisión, empecé un camino transgresor para el modelo de mi familia y después que en casa lo tuvieron bien masticado, decidí lo de la actuación".
-Explicale a un ignorante de la pintura como yo qué técnica usás para pintar.
-Uso técnicas mixtas, más acrílico que óleo. Una vez un crítico definió mi arte en un camino que va entre lo figurativo y lo abstracto. ¿Viste cuando te sorprendés porque ni vos sabés catalogar tu estilo y viene de alguien de afuera y analiza lo que hacés? El arte es muy así. Y leo mucho sobre arte, estoy actualizada de las tendencias.
-Hablando de estar actualizados: ¿cuánto tiempo le dedicás a informarte?
-Mucho. Veo los noticieros de la mañana, mediodía, el central y el de la noche. Empecé por trabajo, pero me gustó mucho. Tenía que preparar el programa, pero después hacerle un seguimiento a las noticias. Me fui volviendo más partícipe de la sociedad en la que vivo. Yo defiendo el no ser periodista, sino el rol de comunicadora, para poder hacer otras cosas.
-A conciencia fue una aventura en su momento o un despropósito. Porque también fue muy criticado...
-Y entendible: pasé de mostrar playas y palacios a meterme en barrios complicados o cárceles. Fue un cambio muy abrupto. Fue super abrupto, pero super necesario, porque si no, al año siguiente, yo no hubiese sido creíble en mi rol de conductora y mediadora de Esta boca.
-A propósito, ¿seguirás haciendo Esta boca es mía por mucho tiempo?
-No tengo mucho para pensarlo en lo urgente, creo que sigue en 2014. Al ser un país chico, es una cuestión de mercado, terminás saturada de lo mismo: o le buscás una vuelta para seguir con el mismo producto y terminás hundido. En este momento del año necesito vacaciones. Estoy abrumada de tanta violencia, de tanta mala noticia... esto de seguir la actualidad tiene sus bemoles. Como dentro de la agenda noticiosa nunca están las buenas noticias. A veces pido "tirame un zucchini sí o zucchini no", debatamos sobre cualquier otra cosa...
-¿Hay farándula en Uruguay?
-Debe haber sí... ¿no ves que los programas (de chimentos) funcionan. Que Esta boca... siga existiendo es un éxito, soy un sándwich entre los programa de farándula, y compito con ellos. Pero salgo a flote. Por lo menos habla de que hay diversidad de intereses. Yo me sorprendo enormemente cuando sale en las revistas si tengo novio o no tengo novio. Me sorprendo cuando lo escriben, como si interesara. No sé si de veras interesa, o es el caprichito de una revista, que inventa la necesidad. Se me hace más interesante saber si una modelo tiene novio. Yo soy un bodrio en ese sentido: soy madre, tengo dos hijos, no salgo nunca, no voy a eventos sociales, creo que no le rindo a la comidilla farandulera.
-El antagonismo con Claudia Fernández, ¿se aclaró en algún momento?
-Nunca supe ni entendí... no sé cómo empezó. Ella tomó un camino agresivo que nunca entendí. ¿Sabés qué? Sólo me interesa sumar, no restar. Yo no aprovecho el micrófono para hablar mal de nadie. Si me apurás preguntándome por ella, no te digo nada y si me dejás pensar, te digo algunas virtudes, que las tiene. Conmigo no se portó bien, pero no es nada, pasan cosas peores en la vida.
-¿Qué cosas te preocupan del sistema político uruguayo?
-Yo conduzco un programa para que los que saben, opinen sobre eso. A veces me desilusiona un poco y me cansa es cuando ves que se politizan cosas que tienen mucho más que ver con la salud, la educación y la vivienda... a ver: cuando la politiquería le gana al trabajo honesto que deberían tener los políticos. Hay muchos Uruguay, tantos como posiciones desde donde vivirlo. Por estos días, Tabaré decía que los que tienen más van a seguir pagando más. Sí, está perfecto, pero después lees un titular que dice que sólo el 10% del plan para realojados realmente las está aprovechando. El resto las regaló, las vendió de a water o de a ventana. Desde una concepción justa y noble con justicia social a la realidad... algo pasa y está la gestión en el medio. Y ojo, que no lo digo por ningún color en particular.
"Lo que se pudo haber pensado por parte de las actrices clásicas es entendible: yo era una paracaidista. Pero, ponete en mi lugar: ¿voy a decir que no?"
-¿Qué música tenés en tu pendrive y qué libro en tu mesa de luz?
-No tengo tiempo para agarrar una novela o un thriller... no tengo tiempo para lectura recreativa. Lo que leo es actualidad, el último informe de Unicef sobre valores o el libro de Marcello Figueredo, Palabra de Hombre, porque lo iba a entrevistar después. ¡Hace tiempo que no agarro uno de Sidney Sheldon! Y música... toco el piano y la guitarra, que me lleva al blues y al country. Tengo mi propio micrófono, piano y guitarra y Delfi, mi hija, canta como los dioses, la rompe. El piano de casa es de mi abuela francesa, un piano con mucha historia. Para pintar me gusta poner Erick Satie...
-¿Sos feliz?
-Me sentiría una pelotuda si te dijera que soy feliz. Si decís que sos feliz sos un inconsciente, no mirás al lado en el mundo en que vivís. Soy una persona super agradecida con las bendiciones que he tenido, cada tanto conquisto momentos de mucha paz, y cada tanto tengo alegría en el corazón. No sé si eso es ser feliz.
Montevideo Portal / César Bianchi
Fotos: Juan Manuel López