Orlando Petinatti llega tarde y como disculpas trae dos Coca-Colas para el periodista y el fotógrafo. Vaya a saber si de forma casual o intencionada, antes de comenzar la entrevista abre un paquete que le acaba de llegar. Parece un libro caro, de tapas refinadas. Al toque se da cuenta qué es y comparte la anécdota: es un regalo prometido de una oyente, que un día le escribió agradeciéndole que él la había acompañado -desde la radio- en toda su carrera de Ciencias Económicas; entonces al recibirse y hacer el viaje de egresados, ella -se comprometió- le traería un obsequio. Son imágenes del Ejército de Terracota, que descubrieron en Xiang, China, casi de casualidad. "Acompañé a varias generaciones, dos como mínimo, quizás tres", dice, para apostrofar la alegoría de la oyente agradecida.
Lo que sigue es una entrevista con el comunicador radial más importante de las últimas dos décadas y media: el licenciado Orlando Petinatti, álter ego de Freddy Nieuchowicz Abramovich, el pelirrojo tímido, que en 1987 osó cruzar la calle y golpear la puerta de El Dorado FM.
@Chechobianchi
-¿A qué atribuís que Malos Pensamientos se sostenga durante 25 años, y con tan buenos niveles de audiencia?
-Es una sumatoria de cosas... Es un poco de todo el esfuerzo que implica un trabajo como este, y que a pesar de ser un programa de humor, es un trabajo serio. Hay mucho de trabajo, de esfuerzo y de hacer cada programa con el entusiasmo del primer día. Yo hago el programa todos los días como si fuera el primero o el último. Siempre vine a trabajar todos los feriados laborables, porque pensé que aunque haya un solo oyente, el programa tiene que salir.
-La Mano, un segmento emblema del programa, era más audaz en sus inicios. Vos, en los comienzos, no preguntabas: "¿vos te hacés cargo de todo lo que va a pasar?". ¿Empezaste a cuidarte de algún juicio? ¿Tuviste algún problema serio en alguna mano?
-No, empecé a decir esa frase porque sí, porque me gustó, por decir algo. No fue por evitar problemas legales, porque la gente que sale al aire es mayor de edad y responsable. Solo me pareció que le daba seriedad, porque uno detrás de un micrófono tiene que ser responsable, más en un programa de humor. El humor es un arma letal, vos con humor podés decir las peores cosas de una persona. Yo trato de construir con el humor, pero también podés destruir.
-En el libro "Gente Seria" de Leonel García vos recordás que en 1998 hablabas, en una Mano, con una pareja. Él la quería recuperar a ella, y ella dijo al aire que no iba a volver porque él le pegaba. Tuviste un dilema ético a la hora de decidir si seguir adelante con la Mano, y optaste por cortarla abruptamente y no seguir adelante con ella...
-Sí, es verdad. Le dije que no me llamara nunca más y no me escuchara más, porque no me interesaba tenerlo entre la audiencia. Es que tengo valores e intento volcarlos al programa. Era una época en que no existía el colectivo Mujeres de Negro y no había una conciencia social de "paremos con la violencia doméstica"... yo me enorgullezco de haber tomado esa decisión. Siento que actitudes como esas marcan la cancha y hacen bien, porque nadie hablaba de la violencia de género como problema social. Parecía una historia de amor y descubrí al aire que él ejercía violencia contra ella. Intenté dejar un mensaje, intento hacerlo con el humor siempre.
"Uno detrás de un micrófono tiene que ser responsable, más en un programa de humor. El humor es un arma letal, vos con humor podés decir las peores cosas de una persona"
-¿Y en 25 años no se te filtró nunca una historia que no podías contar, una mano que no podías hacer?
-Hay un gran trabajo de producción, que trabaja mucho antes. Nunca me ha sucedido que aparezca una historia oscura, sí oscura desde lo familiar, pero tuvo final feliz, nunca una que yo diga "paremos acá", excepto la que vos recordaste. Eso pasa porque hay buen laburo previo, y yo ejercito mucho mi intuición. Si noto que hay una parte jodida de una persona, trato de irme para otro lado, de evitarla.
-Pero, ¿hay manos que elegiste no hacer?
-Todos los días, y por un montón de motivos. Porque no rinde el oyente, porque la historia no tiene humor...
-¿Si es un bajón?
-Si es un bajón puede salir al aire. Te pongo un ejemplo: dos hermanos, y uno estafaba todo el tiempo al otro. El estafador le pidió a su hermano, "el bueno", que le saliera de garantía. La mujer de este le dijo: "¡no le salgas de garantía a tu hermano!", y él le contestó que sí le iba a salir de garantía porque, más allá de todo, era su hermano. Estamos hablando de laburantes. Era un pan de Dios, un tipo bonachón. Le salió de garante a su hermano, el hermano lo volvió a timar y la mujer del "bueno" lo echó de la casa. Estaba viviendo de lo que podía, viviendo por ahí, de prestado, y quería recuperar a su mujer. Conseguimos que ella le diera una oportunidad. Terminamos todos llorando... La historia era un bajón, pero valía la pena.
-¿En serio te emocionaste? A ver: ¿cuánto hay de pose en el personaje Petinatti? Pienso en el tipo sarcástico, mordaz y hasta cruel...
-De pose nada. Cero.
-¿El personaje Petinatti no se comió a Freddy?
-No... creo que tiene que ver con los valores que me ha dado mi familia.
-Bueno, el sarcasmo y la ironía no son valores...
-No, pero yo puedo manejarlas y soy una persona común y corriente. No soy sarcástico las 24 horas. Exploto el humor y la ironía porque es mi trabajo.
-¿En serio improvisás todo el tiempo y no guionás nada?
-Así es. Hay una reunión de producción y vemos qué temas vamos a tocar, pero después el programa camina solo, y yo voy para donde quiero. Pero no hay ni una grilla ni un guión, nada. Y me siento cómodo así.
-García te marca algunas frases que muestran que no sos nada humilde: "Yo revolucioné la radio", "con mi humor hice escuela" o "soy la banda de sonido de miles de personas". ¿Es un discurso estratégicamente elaborado, es convicción o es rechazar la falsa modestia que tanto gusta al uruguayo?
-La pregunta que yo hago es: ¿es mentira? No. Entonces, ¿para qué ocultarlo? ¿Es malo, es nocivo, es ilegal? Es mi trabajo. Y estoy orgulloso. Lo que pasa es que estoy a contrapelo de la sociedad...
-En este país si te la creés un poco, te condena toda la sociedad. Lo sabés.
-Decirlo no significa que yo me la crea, porque no soy un necio. Llevo 25 años de éxito, pero no voy a tener 25 más de éxito.
-¿Y los 25 años fueron de éxito?
-Sí, sí...
"No soy un necio. Llevo 25 años de éxito, pero no voy a tener 25 más de éxito (...) hoy es un programa que tiene una audiencia similar a la de un programa de prime time en TV"
-¿Aun cuando quedaste sin laburo en alguna radio?
-Sí, porque hoy es un programa que tiene una audiencia similar a la de un programa de prime time en televisión, en vivo. Entonces, todo el proceso que yo hice fue escalón por escalón, y siempre fue el programa más escuchado en el mapa de la radio uruguaya. No es que yo me la crea...
-Pero, quizás, cuando te alejaste de Océano, por ejemplo, no era un éxito...
-Sí, lo fue.
-¿Por qué te fuiste de Océano, si era un éxito? La gente de Justicia Infinita dijo que te ibas porque habían llegado ellos...
-(Se ríe). Sí, dijeron eso. Si yo me fui por diferencias con el director de la radio, no me voy a ir de una radio siendo exitoso y teniendo el poder que tenía... por otros comunicadores. Hoy tengo una correcta relación con Lecueder, a quien aprecio, y que creo que me aprecia.
-¿Te tomás a pecho la crítica esa de "Petinatti nunca funcionó en televisión"?
-Para empezar, es una falacia. Porque en el año 98, 99, yo generé con La tele está servida el primer late night show del Uruguay, y funcionó muy bien. Después apareció Noche de miércoles que fue un gran éxito en televisión. Los otros programas no, pasaron como pasan tantos, pero Noche de miércoles fue un éxito.
-¿Y por qué no se sostuvo, entonces? ¿Falta de auspiciantes?
-Lo voy a decir por primera vez, públicamente: me bajé yo, me equivoqué yo. Yo estaba muy cansado. En esa época estaba haciendo radio, TV y teatro con Moria Casán (¡hasta eso hice!) y no lo soporté y me bajé. Me equivoqué. Si hoy volviera a la televisión, volvería a hacer un Noche de miércoles.
-¿Qué te pareció La noche menos pensada, el late night show que condujo Martín Fablet en Monte Carlo TV?
-Me pareció un programa correcto, creo que Fablet lo condujo de forma correcta. Yo estuve invitado una noche. Cada uno lo hace con su impronta.
"Yo generé con "La tele está servida" el primer late night show del Uruguay, y funcionó muy bien. Después apareció Noche de miércoles que fue un gran éxito en televisión"
-¿Cuáles han sido las mayores satisfacciones que te dio el programa, si tuvieras que hacer un top 3?
-Hacerlo es una satisfacción... no lo siento como un trabajo. Un día en el 98 cerré el centro, otro día cortaron la rambla... Una vez entrevisté a Tabaré Vázquez sorpresivamente cuando salía de canal 12, del programa de Lanata, y la radio quedaba en la esquina del canal. Yo monitoreaba su salida y lo agarré cuando salía. Quien es hoy presidente se encontró conmigo al aire y de muy buen humor salió sin ningún problema. Lo lindo de eso es que lo escucharon en Montevideo, el interior y el exterior. Fijate que yo empecé con Malos Pensamientos en 1991, cuando no había internet ni celulares. Y hoy la audiencia está en Estados Unidos, en Israel, en Japón, en España...
-En otra oportunidad pusiste al aire a Jorge Zabalza, quien le dio consejos de cómo escapar de prisión a uno de los Peirano.
-Sí, eso estuvo buenísimo.
-Como ya sabés, Daniel Figares ha dicho en más de una oportunidad que sos un desagradecido, que no lo nombrás ni lo recordás, cuando él te abrió las puertas de El Dorado 100.3 en 1987. ¿Hay una pelea detrás? ¿Cómo nace esa pica?
-De mi parte no hay animosidad hacia él.
-¿Y qué pasó? Porque eran amigos...
-Sí, había una amistad. ¿Qué pasó? Dejamos de trabajar juntos.
-Pero la amistad trasciende esas cosas.
-Sí, las amistades sinceras.... Se dio así. Yo en ese momento tenía 22 años, no sabía qué iba a ser de mi vida y estaba jugando a la radio. Yo ego nunca tuve.
-Bueno... después fuiste construyendo tu ego, a medida que tu personaje Petinatti ganaba fama.
-Todos tenemos ego, y no está mal en su justa medida. Creo que él nunca se imaginó que yo iba a volver a hacer radio después de él... Habría que preguntarle a él.
-¿Sos un judío practicante, un religioso practicante?
-Soy judío y estoy orgulloso de eso, como cualquier cristiano o católico está orgulloso de su religión. Me siento más cerca de la historia del pueblo judío que de la religión judía en sí, no practico tanto. Fui a Israel con mi hija Amy, y en 2012 fui a Polonia en "La Marcha por la Vida" junto a otro grupo de judíos uruguayos. Ahí vi dónde se cometió el Holocausto. Todo ser humano debería conocer realmente lo que pasó. Estuve en Auschwitz y en Birkenau. Fue muy fuerte, pero salí fortalecido.
-¿Cuánto hay de antisemitismo velado en Uruguay?
-Si yo hablo en esta nota en Montevideo Portal y digo que estuve en Auschwitz, seguramente voy a recibir algún comentario de algún lector, posiblemente anónimo, que dirá: "Qué lástima que estaban apagados los crematorios". Sin dudas. Se dan desde el comentario en redes sociales, no me ofenden... me dan pena. Creo que tiene que ver con la ignorancia y la falta de respeto, con lo agresiva que está nuestra sociedad.
-Cuando Juan Pedro Damiani -presidente de Peñarol le dijo "judío de mierda" sobre el final de una nota a Alberto Sonsol, vos opinaste duramente en tu programa y recordaste al Cr. José Pedro Damani...
-Es que todo el mundo sabe que el Cr. Damiani era amigo de Perón, que protegió nazis en Argentina.
-Solés ser muy activo en Twitter y ciertamente ácido, muchas veces... Cuando tuiteaste: "El presidente le dio 100 pesos a un hombre que le pidió dinero en la calle. Si hubiera sido sirio, le daba casa, comida y laburo", te salió al cruce Gonzalo Cammarota. Te contestó también en Twitter: "Son refugiados, abombado. Gente desplazada por una guerra horrible. Cada vez te llega menos el agua al tanque". ¿Ese duelo viene de cuando te fuiste de Océano, o que ameritó ese comentario tan fuerte de su parte?
-No lo sé. Para mí fue un buen chiste, solo eso. Ni le contesté. A mí no me gusta hablar de otros colegas, y mucho menos públicamente.
-¿Por qué renunciaste a la Semana de la Cerveza?
-Porque me metieron en una disputa electoral. Conduje durante tres años la Semana de la Cerveza y siempre fue una fiesta. En este caso no... Y se dijeron muchos bolazos, entonces no quise formar parte de todo eso. Y mucho menos de una contienda electoral previo a las municipales.
-¿Cuánto tuvo que ver que se divulgara la cifra que ibas a ganar: 10.000 dólares?
-Nada. Y esa cifra era correcta, pero se habló de 60.000 dólares, de 90.000... se dijo cualquier cosa.
-En 25 años del programa, ¿cuántas veces quisieron llevarte para hacer política en algún partido?
-Vinieron a buscarme de los tres partidos tradicionales -nótese que digo "tres partidos tradicionales"- y siempre dije que no. No soy de izquierda, ni de derecha. He votado a todos, voto ideas, personas. También quisieron que conduzca eventos partidarios o discursos, y siempre dije que no. Ahora, si critico al Frente Amplio me dicen "facho", pero antes, cuando hice humor con blancos o colorados, no me decían "zurdito".
"(La distancia con Figares) se dio así. Yo en ese momento tenía 22 años, no sabía qué iba a ser de mi vida y estaba jugando a la radio. Yo ego nunca tuve"
-¿El expresidente Luis Alberto Lacalle te dejó de hablar por un chiste que hiciste?
-Sí. Después de mucho tiempo sin hablarse, volvían a verse y a acercarse el Dr. Lacalle y (Juan Andrés) Ramírez. Se encontraron en la sala del directorio del Partido Nacional y se dieron un apretón de manos, que registraron los fotógrafos para los diarios del día siguiente. Yo comenté al aire que Ramírez se había vuelto a mirar la mano, para chequear si tenía los cinco dedos... y le cayó mal. Desde entonces, me cortó al aire, y nunca más quiso hablar conmigo. Es humor. Lo hice con dirigentes de todos los partidos.
-¿Cómo es eso de que le diste la mano a Mick Jagger?
- EMI me convocó a mí y a otras tres personas para ir a Buenos Aires, a fines de los 90, para entregarles el Disco de Oro por las ventas en Uruguay. Nos dijeron que no podíamos hablarles, ni hacerles preguntas, que simplemente ellos se iban a parar y teníamos que ponernos atrás de ellos. Y cuando nos hicieran una seña pasábamos al frente y le dábamos el disco. No le podíamos estrechar la mano muy firme a Jagger, ni tampoco muy fofa, un término medio. Sólo le dije: "Hi Mick!", le di el Disco de Oro y me fui.
-Pasemos a lo más frívolo: sobre fines del año pasado, en Algo Contigo, Luis Carballo dijo que estabas viajando mucho a Buenos Aires, por una chica... Y reconociste que estabas conociendo a alguien de allá.
-Sí. Y la conocí.
-¿Te molesta que se hable de tu vida privada? ¡Sos una estrella de nuestra farándula vernácula!
-No me molesta, pero no trabajo para salir en la tapa de Caras...
-Pero saliste en la tapa de Caras...
-Es verdad. Es que no me molesta, no lo rechazo, son las reglas del juego y lo acepto, pero no lo busco. En todo caso, es una forma de promocionar mi trabajo.
-Está claro que sos una hincha fanático de Nacional, y hasta de los babosos. ¿Cuánto influye el resultado de los partidos del bolso en tu humor?
-Nada, no me amargo. Si gana, me alegro, y si no, no pasa nada. Si gano, baboseo y también al aire, pero si pierdo, banco y me babosean a mí. De eso se trata. El que se calienta pierde. Nunca tuve un problema con ningún hincha de Peñarol en la calle... al contrario: me dicen cosas de Peñarol y me río. ¡En estos 25 años me comí el Quinquenio! Lo tomo todo con humor.
"Si yo digo que estuve en Auschwitz, seguramente voy a recibir algún comentario de algún lector, posiblemente anónimo, que dirá: "Qué lástima que estaban apagados los crematorios"
-¿Cómo definirías a tu audiencia?
-Mirá: en un programa masivo y popular sucede lo mismo que en un partido de fútbol. Hay gente que va a la Amsterdam, otros van a la Colombes, otros a la Olímpica y otros a la América. Y son todos hinchas del mismo equipo. Con el programa masivo sucede lo mismo: la audiencia es de todos los niveles y todos los estratos sociales. Y me enorgullece eso, que además de escucharme el que va a la América y aplaude, me escucha el que va a la Colombes y hace ruido. Todos escuchan Malos Pensamientos. Algunos hacen más ruido que otros, pero me escucha el gerente del banco, el cadete del banco, el empresario y el que tiene el kiosquito.
-¿Sos feliz?
-Sí, soy muy feliz.
Montevideo Portal | César Bianchi
Fotos: Juan Manuel López
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